En japonés, el término «furikomi» significa «transferencia bancaria» o «transferencia electrónica de fondos». Este proceso permite a particulares o empresas transferir dinero directamente de su cuenta bancaria a la de otra persona o empresa. La transferencia bancaria japonesa, o furikomi, se usa de forma generalizada en Japón para diversas transacciones como, por ejemplo, el pago de facturas, la compra de bienes o la transferencia de dinero entre cuentas personales. Es una forma cómoda de gestionar transacciones financieras sin tener que manejar dinero en efectivo ni cheques.
En esta guía explicaremos lo que las empresas deben saber sobre las furikomi: cómo funcionan, quiénes las usan y por qué, los costes y comisiones asociados y cómo empezar a aceptarlas como método de pago.
¿De qué trata este artículo?
- ¿Cómo funcionan los pagos por furikomi?
- ¿Dónde se utilizan las furikomi?
- ¿Quién usa las furikomi?
- Ventajas de aceptar furikomi
- Medidas de seguridad de las furikomi
- Cómo aceptar furikomi como método de pago
- Alternativas a las furikomi
¿Cómo funcionan los pagos por furikomi?
Los pagos por furikomi son iguales al resto de las transferencias bancarias de todo el planeta. El término «furikomi» designa simplemente una transferencia bancaria nacional dentro de Japón. A continuación, se explica a grandes rasgos el proceso de realización de una furikomi.
Inicio: la persona ordenante inicia la furikomi a través de una plataforma de banca electrónica, una aplicación bancaria del móvil, un cajero automático o directamente en una sucursal bancaria. Para iniciar una transacción, la persona ordenante debe introducir el nombre, el banco, la sucursal, y el tipo y número de cuenta de la destinataria. El nombre de la persona destinataria debe coincidir con el nombre registrado en la cuenta bancaria. La persona ordenante debe especificar el importe de la transferencia y puede añadir si lo desea una nota de referencia en la que indique la finalidad de la transferencia.
Notificación de la comisión: la plataforma elegida informará a la persona ordenante de las comisiones asociadas a la transacción, que variarán en función de los bancos y los tipos de cuentas que intervengan en la transferencia. Las comisiones podrían ser superiores si los fondos se transfieren de un banco a otro distinto o si la persona ordenante solicita que el proceso se lleve a cabo con mayor rapidez.
Autorización del pago: el banco de la persona ordenante verifica que la cuenta correspondiente disponga de fondos y que los datos de la persona destinataria sean correctos. Acto seguido, la persona ordenante autoriza la transacción, por lo general a través de un método seguro como, por ejemplo, una contraseña, un PIN o un sistema de verificación biométrica.
Transferencia de fondos: una vez autorizado el movimiento de forma satisfactoria, el banco de la persona ordenante transfiere electrónicamente los fondos al banco de la destinataria. Las velocidades de procesamiento varían: lo normal es que los fondos se transfieran en un plazo de un día hábil, pero este proceso puede demorarse en función de factores tales como la hora del día y el día de la semana de inicio de la transferencia.
Cobro de fondos: el banco de la persona destinataria recibe los fondos y los abona en la cuenta correspondiente. Este banco también verifica que los fondos se depositen en la cuenta pertinente.
Confirmación de la transferencia: ambas partes reciben una confirmación de la realización de la transacción en su aplicación bancaria, por correo electrónico o mediante un extracto en papel, en función del método de comunicación que hayan elegido con su banco.
¿Dónde se utilizan las furikomi?
Las furikomi son un método de pago profundamente arraigado en el entorno financiero de Japón, que refleja la combinación única de los hábitos financieros tradicionales del país y una marcada inclinación hacia la innovación tecnológica. Las preferencias culturales, la infraestructura tecnológica y las políticas reguladoras de Japón han moldeado el uso de este método de pago.
La población japonesa ha mostrado una preferencia persistente por las transacciones en efectivo, a pesar de su reputación de ser una sociedad tecnológicamente puntera. En 2022, las transacciones en efectivo seguían representando aproximadamente el 51 % del valor de las transacciones en sistemas de puntos de venta. Al fusionar los cambios tecnológicos con las estructuras bancarias tradicionales y en las que confía la gente, las furikomi han logrado servir de puente entre los pagos digitales y en efectivo.
Ahora bien, esta preferencia por los pagos en efectivo no ha inmunizado a Japón contra el auge a escala mundial de los pagos digitales. Se prevé que el valor total de las transacciones por pagos digitales en Japón sobrepase los 397.000 M$ en 2024, lo cual es un importe relativamente bajo en comparación con otras economías avanzadas, pero sí indica una desviación creciente del uso del efectivo. La elevada tasa de penetración de Internet en Japón, que en 2022 fue superior al 90 %, y la penetración de los smartphones, que en 2023 fue superior al 70 %, han generado una sólida infraestructura para los pagos digitales, y se prevé que los métodos de pago como las furikomi desempeñen una función importante en este sector en expansión.
Aproximadamente el 29 % de la población de Japón tiene más de 65 años, y este sector demográfico ha mostrado una preferencia por las furikomi por encima del resto de los métodos de pago. Por lo general, la población más anciana es menos propensa a adoptar métodos de pago digitales más modernos, y las furikomi se han beneficiado de su accesibilidad, familiaridad y percepción de seguridad. Aunque los pagos a través del móvil se están popularizando cada vez más en Japón entre la gente más joven, las furikomi han conservado su prevalencia en el ámbito de los pagos digitales. En concreto, la clientela confía en las furikomi para transacciones urgentes y de sumas elevadas como, por ejemplo, para pagar facturas o hacer compras caras.
El Gobierno japonés también ha respaldado la transición hacia métodos de pago digitales como las furikomi, con el objetivo de que la proporción de los pagos sin efectivo ascienda al 40 % en 2025. El sector de los servicios de pago electrónicos lo regula principalmente la agencia de servicios financieros japonesa, que ha hallado un equilibrio entre la promoción de la innovación y la seguridad, la estabilidad financiera y la prevención de fraude. Los cambios legislativos como, por ejemplo, la enmienda de 2017 de la ley bancaria japonesa, también han repercutido sobre las furikomi al fomentar una mayor integración de los servicios financieros.
¿Quién usa las furikomi?
Clientes particulares
En Japón, las furikomi las usan personas de todas las edades para efectuar transacciones de sumas elevadas, atraídas en parte por su seguridad, su precisión y su capacidad para confirmar las transferencias de inmediato.Pequeñas y medianas empresas (pymes)
Las pymes de diversos sectores como, por ejemplo, el manufacturero y el comercio minorista, confían en las furikomi para efectuar transacciones comerciales como, por ejemplo, realizar pagos a proveedores y desembolsar nóminas.Grandes empresas
Grandes empresas de los sectores automovilístico, electrónico y financiero realizan transacciones a gran escala, transferencias interempresa y pagos internacionales por furikomi. La popularidad de este método de pago viene de su capacidad para gestionar grandes sumas e integrarse con sistemas bancarios corporativos. En el sector inmobiliario también se suelen usar las furikomi para efectuar transacciones de sumas elevadas como, por ejemplo, ventas de inmuebles y contratos de alquiler, así como para transferir fondos entre agencias, compradores y vendedores.Plataformas de e-commerce
Los marketplaces en línea y los sitios web de e-commerce suelen incluir las furikomi como método de pago para aquella clientela que prefiere una alternativa segura a las transacciones con tarjeta de crédito y quiere mitigar los riesgos de fraude por Internet.Proveedores de suministros públicos y servicios
Las empresas proveedoras de suministros públicos (por ejemplo, electricidad, agua y gas) o de servicios (por ejemplo, de telecomunicaciones e Internet) utilizan furikomi para la facturación en Japón. Dado que este proceso de pago es directo y, con frecuencia, está automatizado, resulta práctico para gestionar facturas periódicas y minimizar los retrasos en los pagos.Instituciones educativas
Las universidades y otros centros educativos cobran por furikomi las tasas de matriculación, los donativos y otros gastos relacionados.Entes públicos
Los entes públicos, incluidas las autoridades fiscales y los ayuntamientos, cobran impuestos, multas y otras obligaciones económicas de la ciudadanía japonesa por furikomi.
Ventajas de aceptar furikomi
Los pagos por furikomi tienen unas cuantas ventajas en común con las transferencias electrónicas generales, pero también ofrecen otras concretas y exclusivas para el sistema financiero y la cultura empresarial de Japón. Las furikomi están profundamente arraigadas en la cultura financiera de Japón, y las empresas que las aceptan pueden beneficiarse de su estatus de método de pago conocido y de confianza.
Las empresas que aceptan furikomi como método de pago pueden disfrutar de las siguientes ventajas:
Reconocimiento de la clientela: la clientela de Japón contempla las furikomi como un método de pago preferente por su seguridad y familiaridad. Las empresas que aceptan esta opción de pago pueden atraer a una base de clientes más amplia al satisfacer esta preferencia.
Minimización de los errores en las transacciones: a diferencia de algunos sistemas de transferencia electrónica, las furikomi obligan a que el nombre de la persona destinataria coincida exactamente con el nombre que figura en los registros de su cuenta bancaria. Esta precisión reduce a la mínima expresión los errores y el fraude en las transacciones.
Opciones personalizables: al usar furikomi, las empresas pueden personalizar diversos tipos de transacciones, entre los que se incluyen las transferencias recurrentes y periódicas y los pagos únicos. Semejante flexibilidad permite a las empresas gestionar un amplio abanico de procesos de pago como, por ejemplo, pagar a proveedores, reembolsar a clientes o gestionar suscripciones, y todo ello a través de un solo método de pago.
Mayor fluidez de las transacciones: en Japón, la mayor parte de la clientela y las empresas ya saben cómo usar furikomi, lo que agiliza el proceso de la transacción.
Agilización de la resolución de disputas: en caso de disputas o errores, la trazabilidad y el carácter estandarizado de las transacciones por furikomi facilitan una resolución más rápida.
Mejora de la reputación de las empresas: en Japón, las relaciones empresariales suelen basarse en la confianza mutua y en la cooperación a largo plazo. Utilizar un método de pago fiable y asentado como es el caso de las furikomi puede mejorar la reputación de una empresa y señalar un compromiso con el mantenimiento de prácticas empresariales tradicionales, lo cual puede resultar valioso a la hora de desarrollar colaboraciones y de negociar.
Calendarios de transferencias predecibles: los tiempos de procesamiento predecibles de las furikomi permiten a las empresas planificar sus actividades financieras con mayor precisión.
Accesibilidad digital: las furikomi se han adaptado junto con la infraestructura digital de Japón, y el servicio está accesible a través de plataformas de banca electrónica y móvil, lo que lo convierte en una opción apropiada para las empresas de e-commerce, las que priorizan lo digital, las que se encuentran en lugares con un acceso limitado a servicios bancarios presenciales y las que aspiran a reducir la necesidad de desplazarse físicamente y manejar efectivo.
Medidas de seguridad de las furikomi
Las furikomi incorporan varias medidas de seguridad para garantizar que las transacciones sean seguras y fiables. Estas medidas están diseñadas para proteger a la persona ordenante y a la destinataria del fraude y los errores. A continuación, se explican brevemente las funciones de seguridad típicas de las furikomi, aunque las medidas de seguridad exactas varían de un banco a otro.
Cifrado: las transacciones por furikomi suelen usar el protocolo Secure Socket Layer (SSL) o su sucesor, Transport Layer Security (TLS), para cifrar los datos enviados entre el dispositivo de la persona usuaria y el servidor del banco, lo cual se lo pone difícil a las partes no autorizadas para interceptar y descifrar los datos de la transacción.
Límites de las transacciones: los límites de las transacciones por furikomi pueden variar en función del banco y del tipo de cuenta. En el caso de las cuentas de particulares, los límites diarios pueden ir de los 500.000 a los 10 millones de JPY. En el de las cuentas de empresa, estos límites pueden ser mayores. Algunos bancos también permiten a sus clientes fijar sus propios límites.
Autenticación en dos pasos (2FA): muchos bancos japoneses han implementado la 2FA para transacciones de banca electrónica y móvil como, por ejemplo, las furikomi. Es decir, que la persona ordenante introduce una contraseña o un PIN y, además, una segunda autenticación como, por ejemplo, un código de acceso único enviado por SMS o un token generado por un dispositivo de seguridad. Algunos bancos también han empezado a incorporar la autenticación biométrica como, por ejemplo, la huella dactilar o el reconocimiento facial para las aplicaciones bancarias del móvil, lo que añade una capa extra de seguridad.
Supervisión en tiempo real: los bancos suelen usar sistemas de supervisión avanzados para detectar patrones de transacción inusuales que pudieran ser un indicio de fraude. Sus clientes reciben inmediatamente una notificación de toda actividad sospechosa por SMS o alertas por correo electrónico, lo que les permite reaccionar con rapidez a posibles amenazas a su seguridad.
Cumplimiento de la normativa: los bancos japoneses cumplen con la ley japonesa de servicios de pago, que impone medidas de seguridad entre las que se incluyen auditorías periódicas, el cumplimiento de las leyes de protección de datos y el mantenimiento de estrictos estándares de ciberseguridad para proteger los datos de sus clientes.
Iniciativas de educación de la clientela: los bancos de Japón educan activamente a sus clientes en prácticas seguras de furikomi, para lo cual les orientan sobre las tácticas de phishing habituales, la importancia de mantener la confidencialidad de las contraseñas y los PIN, y cómo iniciar transacciones de forma segura.
Cómo aceptar furikomi como método de pago
Las empresas que quieran empezar a aceptar furikomi deben cumplir una serie de requisitos. Antes de iniciar el proceso de aceptación de este método de pago, las empresas deben asegurarse de entender la estructura de comisiones que conlleva y confirmar que este método de pago se ajusta a sus necesidades y objetivos. Las empresas deberán implantar un proceso para registrar las transacciones por furikomi, conciliarlas con sus cuentas y gestionar toda discrepancia o problema que pudiera surgir. Asimismo, deben hacer previsiones para tener implantado un sistema de asistencia para sus clientes que solvente todas las consultas o problemas que puedan surgir en relación con los pagos por furikomi.
Las empresas deben tener las siguientes funciones operativas básicas si quieren reunir los requisitos para aceptar furikomi:
Documentación de registro de la empresa: para aceptar furikomi, las empresas deben tener un justificante del registro de la empresa en Japón, por ejemplo, una copia del certificado de registro correspondiente.
Medidas de seguridad: las empresas deben procurar implantar medidas de seguridad adecuadas para proteger los datos de sus clientes, los detalles de las transacciones y cualquier otra información financiera confidencial, lo que incluye el cumplimiento de todas las leyes pertinentes de protección de datos.
Cuenta bancaria en Japón: las furikomi son un sistema nacional de transferencia bancaria que requieren el uso de números de cuenta bancaria e información de ruta japoneses, que son exclusivos de los bancos japoneses. Las empresas deben tener una cuenta bancaria activa en japón en la que puedan recibir pagos por furikomi de sus clientes.
Si una empresa no tiene una cuenta bancaria japonesa, pero desea aceptar pagos por furikomi, existen unas cuantas soluciones alternativas que puede contemplar:
Asociarse con una entidad local: una empresa puede asociarse con una entidad japonesa local que tenga una cuenta bancaria en Japón. Dicha entidad puede recibir los pagos por furikomi en nombre de la empresa extranjera y luego transferir los fondos a través de canales bancarios internacionales.
Trabajar con proveedores de servicios de pago internacionales: algunos proveedores de servicios de pago internacionales con presencia en Japón pueden facilitar la aceptación de pagos por furikomi en nombre de empresas extranjeras. Estos proveedores pueden recibir furikomi en sus cuentas bancarias japonesas y luego remitir los fondos a la cuenta de la empresa en otro país.
Contratar servicios de pago transfronterizos: algunas instituciones financieras ofrecen servicios de pago transfronterizos, aunque pueden estar limitados y suelen conllevar unas comisiones más elevadas por transacción y una mayor complejidad normativa. Las instituciones con estos servicios pueden recibir pagos por furikomi en su cuenta bancaria japonesa en nombre de empresas extranjeras, convertir la divisa y transferir el pago a la empresa en cuestión.
Si la empresa posee un documento que acredite debidamente el registro, las medidas de seguridad adecuadas, y una cuenta bancaria activa en Japón o acceso a una a través de una de las soluciones alternativas anteriores, podrá iniciar el proceso para aceptar pagos por furikomi que se explica a continuación.
Verificación de la cuenta: en primer lugar, la empresa debe someterse a un proceso de verificación de la cuenta con el banco, que incluye aportar información detallada sobre la empresa como, por ejemplo, el tipo de empresa, los volúmenes de transacción previstos y los pormenores sobre la titularidad de la empresa.
Cumplimiento de las normas de conocimiento del cliente (KYC): los bancos japoneses están obligados a cumplir las normativas de KYC y tendrán que recopilar información pormenorizada de las empresas que deseen aceptar pagos por furikomi. Las empresas tendrán que dar la identificación de sus principales propietarios y directores, así como información sobre su estructura de propiedad y el carácter de sus operaciones.
Integración del sistema de pago: las empresas tendrán que integrar un sistema para procesar pagos por furikomi, lo que puede conllevar la configuración de software o plataformas específicos capaces de gestionar estas transacciones y registrarlas como es debido en los sistemas de contabilidad de la empresa.
Configuración de notificaciones a sus clientes: las empresas tendrán que establecer un sistema para notificar a sus clientes sus datos de pago para las transacciones por furikomi, incluidos el número de cuenta bancaria de la persona destinataria y el nombre de la persona titular de la cuenta (es decir, el nombre de la empresa registrado en el banco).
Alternativas a las furikomi
Aunque las furikomi son un método de pago habitual en Japón, las empresas pueden elegir entre varias alternativas:
Pagos con tarjeta de débito y de crédito: los pagos con tarjeta de crédito y de débito son un método de pago aceptado en todo el mundo y que les resulta cómodo a tus clientes, así como una alternativa generalizada a las transferencias bancarias. Las empresas pueden procesar estos pagos mediante sistemas de puntos de venta (POS) o pasarelas de pagos por Internet, que resultan especialmente pertinentes para empresas de e-commerce y comercios minoristas.
Dinero electrónico y monederos digitales: la popularidad de los monederos digitales ha aumentado en Japón. Este método de pago les permite a tus clientes efectuar transacciones sin contacto y con rapidez directamente desde sus smartphones. Aceptar este método de pago puede resultarles particularmente beneficioso a aquellas empresas cuyo público objetivo sean clientes con conocimientos tecnológicos.
Cheques y giros bancarios: aunque son menos habituales, los giros bancarios y los cheques se siguen utilizando para algunas transacciones comerciales en Japón, sobre todo para pagos únicos de sumas elevadas. Esta opción resulta menos práctica porque tarda más en procesarse y obliga a manejar documentos en papel, pero ofrece un cierto nivel de seguridad.
Adeudo directo: con los adeudos directos, las empresas retiran fondos automáticamente de las cuentas bancarias de sus clientes para cobrarles pagos recurrentes. Este método de pago resulta ideal para servicios de suscripción o modelos de facturación periódica tales como los pagos de suministros públicos o las comisiones mensuales de un servicio.
Pago contra reembolso: en Japón, el pago contra reembolso es un método de pago habitual para las transacciones de e-commerce, ya que permite a la clientela pagar en efectivo al recibir la mercancía, lo cual puede resultar tranquilizador para aquellas personas que no se fían de los pagos por Internet. No obstante, lo cierto es que lleva aparejada una logística más compleja que los métodos de pago digitales.
Transferencias electrónicas: las transferencias electrónicas son un método de pago habitual para las transacciones internacionales en Japón. No obstante, pueden conllevar comisiones más elevadas y tardar más en procesarse que las transferencias nacionales como, por ejemplo, por furikomi.
Proveedores de servicios de pago (PSP): las empresas pueden recurrir a PSP integrales como Stripe para procesar una amplia gama de métodos de pago, entre los que se incluyen los pagos con tarjeta de crédito, los pagos a través de móviles y los adeudos directos. Los PSP proporcionan una solución integrada para gestionar varios métodos de pago a través de una sola plataforma.
Sistemas POS móviles: Los sistemas POS móviles permiten a las empresas procesar pagos sobre la marcha mediante un smartphone o una tableta, lo que resulta especialmente útil para pequeñas empresas, tiendas efímeras o aquellas empresas que ofrezcan servicios en la ubicación de sus clientes.
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