Cómo constituir una startup: guía paso a paso

  1. Introducción
  2. Ventajas de constituir tu startup
  3. Desafíos de constituir tu startup
  4. Cómo constituir tu startup
    1. Tipos de estructuras societarias
    2. Cómo constituir una startup, paso a paso
    3. Mejores prácticas para constituir una startup

Constituir una startup significa crear una empresa como su entidad jurídica propia, independiente de sus propietarios. En este proceso, suele ser necesario presentar documentos a la Administración pública —en Estados Unidos, la entidad competente normalmente es la oficina de la Secretaría del Estado del estado pertinente— y pagar una tasa. Una vez constituida tu startup, queda sujeta a leyes y reglamentos específicos, pero obtiene ciertas ventajas, como una responsabilidad limitada y más facilidad para acceder al capital. La constitución de una startup puede simplificar la gestión de los impuestos, la titularidad y la responsabilidad.

Aquí tienes los pasos principales para constituir una startup. También te indicamos las ventajas de la constitución, los desafíos que se te pueden plantear y el proceso que debes seguir. A continuación encontrarás lo que necesitas saber.

¿De qué trata este artículo?

  • Ventajas de constituir tu startup
  • Desafíos de constituir tu startup
  • Cómo constituir tu startup

Ventajas de constituir tu startup

Aunque constituir una startup no es tan fácil, aporta ventajas importantes. Estas son las razones principales por las que puede ser conveniente que constituyas tu startup:

  • Responsabilidad limitada: una de las ventajas principales de la constitución es que se separan los bienes personales de los empresariales. Si la empresa contrae deudas o se enfrenta a problemas legales, tus bienes personales, como tu casa y tus ahorros, suelen estar protegidos. Esta consideración es especialmente importante para las startups porque en torno al 80 % de las startups estadounidenses no sobreviven más allá del primer año.

  • Acceso a capital: la constitución puede permitir a tu empresa recaudar dinero con más facilidad. Es más probable que los inversores destinen su dinero a una sociedad que a un particular. Asimismo, a las entidades financieras les puede resultar menos arriesgado prestar dinero a una entidad constituida.

  • Transferencia más sencilla de la titularidad: a las empresas constituidas les resulta más fácil cambiar la titularidad o incorporar copropietarios, puesto que la estructura societaria permite emitir acciones, por lo que resulta más sencillo y flexible transferir participaciones en la propiedad, recaudar capital con la venta de acciones a inversores y recompensar a los empleados con acciones.

  • Ventajas fiscales: la constitución puede favorecer la tributación de los ingresos de una empresa. Además, las empresas pueden deducir muchos más gastos.

  • Credibilidad: usar Inc. o LLC en el nombre de la empresa —una particularidad exclusiva de las sociedades— puede dar un aire de legitimidad a tu empresa. Puede ayudar a ganar la confianza de clientes y socios potenciales.

  • Longevidad: una sociedad persiste al fallecimiento o cese del propietario, lo que facilita la subsistencia del negocio.

  • Estructura oficial: una sociedad tiene una estructura orgánica establecida, que suele incluir una junta directiva. Esto puede simplificar la gobernanza y la toma de decisiones.

  • Versatilidad de la titularidad: las sociedades pueden tener varias clases de acciones, lo que permite que haya distintos tipos de titularidad con diferentes niveles de control.

  • Ventajas para los empleados: es más fácil para las empresas constituidas establecer fondos para la jubilación, opciones sobre acciones y otras gratificaciones para los empleados. Estas medidas pueden atraer a talentos de mayor calidad.

  • Expansión estratégica: la constitución puede abrir las puertas a sociedades y empresas conjuntas que pueden estar fuera del alcance de las sociedades unipersonales o las sociedades colectivas.

Desafíos de constituir tu startup

Aunque a la mayoría de las empresas les resulta relativamente sencillo constituir y consolidar su presencia como una entidad jurídica, la constitución pueden plantear desafíos. Al igual que con la mayoría de los obstáculos con los que se encuentran las empresas, lo primero que hay que saber es qué esperar. Estos son algunos de los inconvenientes habituales:

  • Costes iniciales: para constituir una startup, es necesario pagar tasas de tramitación y puede que recurrir a asesoramiento jurídico, lo que puede ser una carga financiera para una empresa nueva.

  • Papeleo: la constitución conlleva mucho papeleo y tareas administrativas, como presentar las escrituras de constitución y lidiar con los constantes informes de cumplimiento de la normativa.

  • Complejidad fiscal: aunque la constitución tiene muchas ventajas fiscales, el proceso también impone requisitos más complicados para la declaración de impuestos. Para esto a menudo hay que contratar a un contable, lo que supone costes operativos adicionales.

  • Normativa: las sociedades están sujetas a diferentes normativas locales, estatales y federales. El cumplimiento de la normativa puede requerir mucho tiempo y, si se gestiona mal, puede derivar en sanciones o problemas legales.

  • Dilución de la titularidad: la recaudación de capital suele conllevar la emisión de acciones, lo que puede diluir la participación de los propietarios originales. Esto puede derivar en una pérdida de control sobre el negocio a largo plazo.

  • Toma de decisiones: el proceso de toma de decisiones de una sociedad puede ser complicado y lento por su junta directiva y otras partes interesadas, en comparación con la agilidad de las empresas no constituidas.

  • Doble imposición: en algunos tipos de sociedades, los beneficios pueden gravarse a nivel corporativo y también a nivel individual, cuando se distribuyen entre los accionistas. Esto puede provocar una doble imposición.

  • Escrutinio público: en función del tipo de constitución, puede que una empresa tenga que divulgar sus datos financieros y otra información confidencial. Estas divulgaciones someten a la empresa a un gran escrutinio público.

  • Trámites relativos a los empleados: ofrecer ventajas a los empleados, como planes de jubilación y opciones sobre las acciones, puede ser una tarea compleja que precisa de trabajo administrativo adicional.

  • Estrategia de cese: si decides vender la empresa o dejarla, la estructura formal y las obligaciones de una sociedad pueden hacer que este proceso sea más complicado de lo que sería para las sociedades unipersonales o las sociedades colectivas.

Cómo constituir tu startup

Constituir una empresa es un hito importante para cualquier empresa, ya que repercute significativamente en la operatividad, la recaudación de fondos y la expansión. Aquí tienes una guía rápida del proceso:

Tipos de estructuras societarias

Lo primero que tienes que decidir es el tipo de estructura societaria más conveniente para tu startup. En EE. UU., hay varios tipos de estructuras societarias entre los que elegir, y cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. Estos son los más habituales:

  • Sociedad unipersonal: es la estructura más sencilla. Se trata de una estructura de una sola persona, en la que la empresa y el propietario son la misma entidad a efectos fiscales y de responsabilidad. Es fácil de crear, pero no protege la responsabilidad personal.

  • Sociedad colectiva: se trata de una estructura societaria en la que dos o más personas acuerdan compartir los beneficios y las pérdidas de una empresa. Hay dos tipos: sociedad colectiva y sociedad en comandita. En la sociedad colectiva, todos los socios participan del mismo control y los mismos beneficios, mientras que, en la sociedad en comandita, los socios tienen una participación menor, con una limitación de la responsabilidad y también del control de la empresa.

  • Sociedad de responsabilidad limitada (LLC): esta estructura, al igual que una sociedad, ofrece la misma protección de la responsabilidad personal, pero aporta más flexibilidad fiscal. Es una opción popular por su adaptabilidad y la mayor flexibilidad de sus requisitos de gestión.

  • Sociedad: se trata de una estructura más compleja que implica la emisión de acciones, la creación de una junta directiva y el cumplimiento de una serie de normativas. Dos de los principales tipos de sociedades son las de tipo C y las de tipo S.

    • Sociedad de tipo C: se trata del tipo de empresa más común. Ofrece el nivel más alto de protección de responsabilidad, pero está sujeta a una doble imposición.
    • Sociedad de tipo S: es similar a una de tipo C, solo que los beneficios y las pérdidas se gravan en las declaraciones fiscales de cada accionista, lo que evita la doble imposición.
  • Entidad sin ánimo de lucro: si tu empresa sirve a fines sociales, educativos o benéficos, esta estructura podría ser una opción viable. Te permite obtener la exención fiscal, pero se exige que los beneficios se reinviertan en la misión de la entidad, en lugar de repartirse entre los accionistas.

Cada una de estas estructuras tiene sus requisitos legales, ventajas e inconvenientes. La opción más conveniente para tu startup depende de diferentes factores, como los objetivos, el número de propietarios y la situación financiera.

Cómo constituir una startup, paso a paso

Para constituir tu startup, tienes que seguir unos pasos obligatorios para establecerla como una entidad jurídica independiente de ti como persona física. A continuación tienes una guía paso a paso para constituir tu startup.

  • Haz un análisis y decide el tipo de estructura societaria más conveniente: según tus necesidades empresariales, objetivos y consideraciones financieras, decide qué estructura societaria —como una sociedad unipersonal, una sociedad colectiva, una LLC o una sociedad— es más adecuada en tu caso.

  • Elige el nombre de la empresa: asegúrate de que el nombre que elijas está disponible en tu estado y no infringe los derechos de otra empresa. Puede que también sea conveniente que busques la disponibilidad de un dominio si quieres tener un sitio web.

  • Registra el nombre y la marca comercial: una vez que hayas elegido el nombre, debes registrarlo en los organismos públicos pertinentes. Puede que también sea conveniente que solicites el registro de una marca comercial para proteger el nombre.

  • Designa a un agente registrado: será la persona encargada de recibir los documentos legales en nombre de tu sociedad.

  • Elabora y presenta las escrituras de constitución: son los documentos oficiales que fundan tu empresa como una sociedad en tu estado. Deben presentarse en la Secretaría del Estado o en otro organismo público competente.

  • Obtén un número de identificación del empleador (EIN): un EIN es como un número de Seguro Social para las empresas. Necesitarás uno para declarar impuestos y para abrir una cuenta bancaria de empresa.

  • Abre una cuenta bancaria de empresa: separa tus finanzas personales de tus operaciones empresariales mediante la apertura de una cuenta bancaria dedicada exclusivamente a las transacciones comerciales.

  • Crea los estatutos corporativos: son normas internas que rigen el funcionamiento de tu sociedad. Aunque no todas las sociedades están obligadas por ley a tener estatutos, son muy recomendables por motivos de transparencia y organización.

  • Emite acciones y establece la titularidad: en el caso de las sociedades, debes emitir acciones para representar la titularidad. Debes conservar registros minuciosos relacionados.

  • Celebra una reunión inicial de la junta directiva: en ella, debes nombrar a los directivos, aprobar los estatutos (si procede) y determinar el ejercicio fiscal, entre otras tareas.

  • Regístrate para cumplir las obligaciones fiscales estatales y locales: asegúrate de registrarte para cumplir todas las obligaciones fiscales estatales y locales aplicables a tu empresa, como el impuesto sobre las ventas y la retención fiscal de empleados.

  • Obtén los permisos y las licencias necesarios: infórmate sobre qué permisos y licencias federales, estatales y locales necesitas para operar, y obtenlos antes de empezar tu actividad empresarial.

  • Configura sistemas de contabilidad y mantenimiento de registros: es fundamental que la teneduría de libros sea minuciosa. Puedes contratar a un contable o usar un software para realizar un seguimiento de los beneficios, los costes y los impuestos.

  • Presenta informes y declaraciones fiscales periódicos: según tu estructura societaria y ubicación, puede que tengas que presentar declaraciones fiscales e informes trimestrales o anuales.

  • Mantener el cumplimiento de la normativa en la empresa: para tener una buena reputación legal, celebra reuniones anuales y asegúrate de cumplir los plazos de presentación y pago de tasas.

Mejores prácticas para constituir una startup

Constituir una startup conlleva algo más que cumplir protocolos legales. Ten en cuenta estas mejores prácticas para sacar el máximo partido y gestionar la escalabilidad y los riesgos.

  • Planifica bien: la gestión del tiempo puede repercutir significativamente en tus obligaciones y responsabilidades fiscales. Si es posible, haz la constitución al final de un año natural para evitar complicaciones innecesarias.

  • Consulta a asesores profesionales: incluso con la planificación más minuciosa y el análisis más diligente, pueden surgir problemas. Colaborar con asesores jurídicos y financieros especializados en startups puede ayudarte a evitar errores caros.

  • Usa calendarios de adquisición de derechos: crea un plan de opciones sobre acciones que use la adquisición de derechos para incentivar el compromiso a largo plazo de tu equipo.

  • Elige el estado correcto: constituir una startup en un estado como Delaware puede aportar ventajas en términos de familiaridad de los inversores, precedentes legales y flexibilidad. Puedes hacerlo aunque tu empresa no opere allí. Más del 66 % de las empresas de la lista Fortune 500 está constituido en Delaware, según la División de Sociedades del estado. Sin embargo, esto puede entrañar más costes y papeleo.

  • Gestiona los conflictos con anticipación: redacta un acuerdo de fundadores en el que se prevean las consecuencias ante posibles desavenencias o el cese de un fundador. Así puedes minimizar el riesgo y evitar batallas legales complicadas en un futuro.

  • Optimiza las ventajas fiscales: las distintas estructuras societarias tienen implicaciones fiscales diferentes. Por ejemplo, las sociedades de tipo S permiten desgravar los impuestos directamente en las declaraciones fiscales individuales, lo que puede reducir la carga impositiva. Sin embargo, tienen restricciones en cuanto al número de accionistas y los tipos de acciones que se pueden emitir.

  • Lleva a cabo una diligencia debida integral: antes de la constitución, analiza minuciosamente tu mercado, las responsabilidades, los derechos de propiedad intelectual y otros factores que puedan afectar a tu negocio. Así podrás saber qué estructura societaria y estrategias te convienen más.

  • Documenta todo: conserva registros exhaustivos de todo, desde los contratos laborales hasta las actas de la junta. Esto facilita la diligencia debida a los futuros inversores y suele ser un requisito legal.

  • Establece controles internos rigurosos: cuanto más estructurados y controlados estén tus procesos internos, más fácil te resultará gestionar la expansión y cumplir los requisitos legales. Esto es particularmente relevante en las prácticas financieras.

  • Presta atención a los plazos legales: el incumplimiento de un plazo de presentación puede acarrear sanciones y, en casos extremos, la disolución de tu empresa. Usa recordatorios y considera la posibilidad de utilizar un software para el cumplimiento de la normativa.

  • Protege los derechos de propiedad intelectual con anticipación: solicita patentes, derechos de autor o marcas comerciales lo antes posible para proteger tus activos. De esta forma, tu empresa puede resultar más atractiva para los posibles inversores.

  • Planifica la protección de datos: implementa medidas integrales de seguridad de los datos desde el primer día. Esto ofrece protección tanto para ti como para tus clientes, y puede ser un reclamo para posibles inversores.

  • Investiga a fondo a los posibles inversores: conocer los antecedentes y las intenciones de tus inversores puede evitar conflictos e impulsar tu negocio hacia la consecución de objetivos comunes, sobre todo si ofreces capital a cambio de financiación.

  • Crea un consejo consultivo: debe estar formado por veteranos del sector que ofrezcan asesoramiento profesional sin comprometerse con la implicación diaria típica de un director. Este factor puede favorecer la colaboración y las nuevas oportunidades para tu startup.

  • Ten en mente una estrategia de cese: incluso en esta etapa inicial, piensa en cómo vender la empresa, salir a bolsa o transferir la propiedad en caso de que sea necesario. Esta previsión puede ayudarte a tomar decisiones acertadas desde el principio.

Seguir estas mejores prácticas sobre la constitución te ayudará a fundar una empresa legalmente sólida y preparada para afrontar los desafíos y aprovechar las oportunidades.

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