Como cliente, es probable que estés familiarizado con los impuestos indirectos. Se trata de impuestos que gravan las compras de la mayoría de los bienes y servicios. Dado que suelen aparecer como una partida en los recibos como «impuesto sobre las ventas» o «impuesto al valor agregado», es probable que no los tengas en cuenta. Sin embargo, como empresa, el cumplimiento de la normativa fiscal sobre los impuestos indirectos es más complicado.

Aquí encontrarás una guía sobre lo que debes saber sobre los impuestos indirectos, incluidos los tipos de impuestos indirectos y cuándo debes cobrarles estos impuestos a tus clientes.

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¿Qué contiene este artículo?

• ¿Qué es un impuesto indirecto?
  
• Tipos de impuestos indirectos
  
• Cuándo cobrar impuestos indirectos
  
• Cómo declarar y remitir impuestos indirectos
  

¿Qué es un impuesto indirecto?

Las empresas y los comerciantes minoristas cobran impuestos indirectos en nombre de los municipios y los gobiernos. Cada país y estado crea sus propias normativas específicas que a menudo cambian a medida que evoluciona la oferta de productos y en respuesta al panorama económico dinámico. Los impuestos indirectos pueden aplicarse a bienes físicos y digitales, así como a servicios.

Los impuestos directos y los impuestos indirectos son dos tipos de impuestos distintos. Con los impuestos directos, como el impuesto sobre los ingresos, los particulares y las organizaciones pagan al gobierno directamente en función de sus ganancias o ingresos. Los impuestos indirectos se aplican a las ventas de bienes y servicios y son pagados por el cliente a través de la empresa. La empresa luego paga (remite) el impuesto recaudado a la autoridad fiscal correspondiente.

Tipos de impuestos indirectos

Los impuestos indirectos tienen diferentes nombres en diferentes países o regiones. El monto del impuesto que se cobra depende del precio de compra, ya que el impuesto aplicado es un porcentaje del costo de adquisición. Estos son algunos ejemplos de impuestos indirectos:

• Value-added tax (VAT) / Impuesto al valor agregado (IVA): el IVA es un tipo de impuesto indirecto que se aplica a bienes físicos o servicios. Se lo denomina «impuesto al valor agregado» porque se cobra cada vez que se agrega valor al producto a lo largo de la cadena de suministro, desde la producción hasta el punto de venta. El IVA se encuentra comúnmente en Europa.

• Impuesto sobre bienes y servicios (GST): el GST es un impuesto similar al IVA, ya que se aplica cada vez que se agrega valor al producto a lo largo de la cadena de suministro. El GST se encuentra comúnmente en Canadá y la región de Asia y el Pacífico.

• Impuesto sobre las ventas: el impuesto sobre las ventas es otro tipo de impuesto indirecto aplicado a la venta de ciertos bienes y servicios en los EE. UU. A diferencia de otros tipos de impuestos indirectos, el impuesto sobre las ventas es un impuesto al consumo de una sola etapa que se aplica a las ventas minoristas; solo se cobra una vez en la cadena de suministro.

• Impuesto al consumo: el impuesto al consumo es similar al impuesto sobre las ventas, pero se aplica solo a las ventas de ciertos productos. Los artículos más populares que están sujetos al impuesto al consumo son los cigarrillos, la gasolina y los pasajes aéreos. El impuesto al consumo y el impuesto sobre las ventas se pueden aplicar a la misma compra, o el impuesto al consumo se puede aplicar cuando no se aplica el impuesto sobre las ventas.

Cuándo cobrar impuestos indirectos

En general, debes recaudar impuestos indirectos dondequiera que realices ventas, independientemente de dónde esté ubicada tu empresa.

En los EE. UU., las empresas solo deben cobrar el impuesto sobre las ventas cuando establecen una conexión con un estado. Esto se denomina «nexo». El nexo se puede establecer al superar un umbral de nexo económico o al establecer un nexo físico. El nexo económico se basa en los ingresos o importes de las transacciones y varía según el estado. El nexo físico se establece al tener una presencia física en un estado, como una oficina, empleados o inventario almacenado.

En la UE, el umbral para recaudar el IVA varía según el país. Si realizas una transacción sujeta a impuestos en un país de la UE distinto al de tu sede, generalmente debes recaudar el IVA en ese país, a menos que la transacción esté exenta o sujeta a la inversión del sujeto pasivo (lo cual generalmente se aplica en escenarios de empresa a empresa, como en las ofertas de SaaS). Las empresas que se encuentran fuera de la UE que venden productos digitales a clientes de la UE suelen tener que cobrar impuestos desde su primera transacción.

Si estás establecido en Canadá y el total de tus suministros sujetos a impuestos en todo el mundo supera los CAD 30,000 en un solo trimestre calendario o en los últimos cuatro trimestres calendario consecutivos, debes registrarte para el impuesto sobre bienes y servicios (GST) y el impuesto armonizado sobre las ventas (HST). El mismo umbral de registro se aplica a los no residentes que venden servicios digitales a consumidores canadienses.

Algunas provincias exigen que cobres impuestos provinciales separados además del GST/HST federal.

Cómo declarar y remitir impuestos indirectos

Antes de cobrar cualquier impuesto a tus clientes, asegúrate de estar debidamente registrado ante las autoridades fiscales de la zona. En los EE. UU., las empresas deben registrarse para obtener permisos de impuestos sobre las ventas con cada estado en particular. En la Unión Europea (UE), por lo general, las empresas deben registrarse en determinados países para recaudar el impuesto al valor agregado (IVA), pero, si venden a particulares de otros países de la UE, pueden utilizar el Régimen Especial de Ventanilla Única (OSS) del IVA. Encuentra más información sobre cómo registrarte en diferentes países aquí.

Una vez que cobres los impuestos indirectos de tus clientes, presentarás una declaración de impuestos y remitirás los impuestos que cobraste a la autoridad fiscal correspondiente. El sitio web de cada autoridad fiscal tendrá información sobre cómo presentar la declaración y cuál es la fecha de vencimiento. Las fechas de vencimiento varían, y la frecuencia con la que presentas una declaración también puede variar. En los EE. UU., las grandes empresas con una obligación tributaria más alta suelen presentar declaraciones con más frecuencia (mensualmente), y es posible que las empresas más pequeñas solo deban presentar declaraciones bimestrales o trimestrales. En la UE, la mayoría de las empresas presentan sus declaraciones mensualmente. Presentar la declaración a tiempo es la mejor manera de evitar las multas e intereses que conlleva una presentación morosa.

Incluso si no has recaudado impuestos durante un período de informes, es posible que tengas que presentar una declaración. Se denominan «declaraciones en cero», y, aunque no remitirás ningún impuesto al estado, aún debes presentarla.

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