Las tasas del impuesto sobre las ventas en EE. UU. varían según el estado. Cada estado tiene la autoridad para establecer su propia estructura impositiva para reflejar los valores locales, las condiciones económicas y otros factores. Puedes consultar las tasas específicas para tu sitio utilizando nuestro calculador de impuestos sobre las ventas. Por ejemplo, los estados con industrias turísticas fuertes pueden imponer impuestos sobre las ventas más altos para capitalizar el gasto de los visitantes, mientras que los estados ricos en recursos naturales pueden depender más de los impuestos sobre la extracción y reducir las tasas del impuesto sobre las ventas para disminuir la carga sobre los residentes.

Las políticas divergentes de impuesto sobre las ventas entre los estados han dado lugar a una competencia económica, con estados que a menudo ajustan las tasas impositivas para atraer negocios y residentes. Esto también permite a los estados diversificar sus ingresos para evitar una dependencia excesiva de la financiación federal. A continuación, cubriremos las tasas del impuesto sobre las ventas por estado, incluyendo cuáles estados tienen el impuesto sobre las ventas más alto, cuáles tienen el más bajo y cuáles no tienen un impuesto sobre las ventas a nivel estatal.

Esto es lo que encontrarás en este artículo:

• Estados de EE. UU. con el impuesto sobre las ventas más alto
  
• Estados de EE. UU. con el impuesto sobre las ventas más bajo
  
• Estados de EE. UU. que no tienen impuesto sobre las ventas estatal.
  

Estados de EE. UU. con el impuesto sobre las ventas más elevado

Estos son los estados con la media más alta del impuesto sobre las ventas estatal y local combinado en 2025:

• Luisiana (10,12 %): Con una compleja red de impuestos estatales y locales, Luisiana tiene un tipo elevado del impuesto sobre las ventas que compensa los impuestos a la propiedad más bajos y las principales exenciones fiscales para los sectores del petróleo y el gas. Esos tipos elevados también reflejan los intentos de estabilizar las finanzas estatales en medio de la fluctuación de los precios del petróleo y los costes de recuperación de los desastres naturales.

• Tennessee (9,56 %): Tennessee no cobra impuestos sobre la renta de las personas físicas, lo que traslada gran parte de la carga fiscal a los impuestos al consumo. Esta estrategia extiende la responsabilidad fiscal a todos los clientes, incluidos los turistas y los no residentes, para aumentar los ingresos y mantener bajos los impuestos sobre la renta de las personas físicas.

• Arkansas (9,46 %): Arkansas sustenta una serie de servicios estatales, incluidas las inversiones en educación pública y atención médica, con un impuesto sobre las ventas más alto. La dependencia del estado del impuesto sobre las ventas ayuda a mantener bajos los impuestos a la propiedad.

• Washington (9,43 %): El estado de Washington no tiene impuesto sobre la renta de las personas físicas ni impuesto de sociedades y depende en gran medida de los impuestos sobre las ventas y los impuestos especiales (como los del combustible y el alcohol) para financiar los servicios públicos. Esto capitaliza su alta densidad de población y su extenso sector turístico.

• Alabama (9,43 %): Alabama combina un impuesto sobre las ventas elevado con impuestos a la propiedad y sobre la renta relativamente bajos, una estructura que impone una mayor responsabilidad fiscal a los clientes. Este sistema recibe críticas a menudo por afectar de manera desproporcionada a los residentes de bajos ingresos, pero se ve reforzado por el apoyo político y público a los bajos impuestos a la propiedad.

• Oklahoma (9 %): El tipo elevado del impuesto sobre las ventas de Oklahoma es el pilar de su política fiscal, que está diseñada para financiar la educación, la infraestructura y mucho más. El estado apoya las opciones locales para aumentar el tipo impositivo, un impulso para los gobiernos locales que dependen de los impuestos sobre las ventas debido a los ingresos limitados procedentes de otras fuentes.

• Illinois (8,89 %): Illinois enfrenta desafíos fiscales que incluyen obligaciones sustanciales de pensiones públicas y déficits presupuestarios. Los altos impuestos sobre las ventas ayudan a mitigar estos problemas, junto con los altos impuestos sobre la propiedad y la renta.

• California (8,8 %): A pesar de tener un impuesto sobre la renta de las personas físicas relativamente alto, California mantiene un impuesto sobre las ventas elevado para sustentar sus amplios servicios públicos y necesidades de infraestructura en educación, atención médica y asistencia social. La gran economía del estado se beneficia de los tipos elevados de los impuestos al consumo, lo que hace que el impuesto sobre las ventas sea una importante fuente de ingresos, a pesar de las preocupaciones sobre su impacto en los residentes de bajos ingresos.

• Kansas (8,77 %): En Kansas, las tipos elevados del impuesto sobre las ventas han sido parte de los esfuerzos para cambiar los impuestos sobre la renta por los impuestos al consumo. Este esfuerzo por simplificar el sistema tributario y atraer a las empresas también ha generado preocupación por la carga fiscal de las familias trabajadoras.

• Nueva York (8,53 %): El alto impuesto sobre las ventas de Nueva York se debe en parte a las importantes necesidades de ingresos de su gran población y sus principales ciudades. Estos impuestos financian amplios servicios públicos, incluidos el transporte y la atención médica, en un estado conocido por su alto coste de vida.

Estados de EE. UU. con el impuesto sobre las ventas más bajo

De los 45 estados que recaudan el impuesto sobre las ventas en todo el estado, estos tienen los tipos más bajos:

• Hawái (4,5 %): Hawái tiene un sistema tributario único que impone un impuesto general sobre el consumo (GET). Aunque técnicamente no es un impuesto sobre las ventas, funciona de manera similar, pues grava todas las actividades comerciales. La base más amplia del GET permite una tipo más bajo, que cubre más transacciones que los impuestos sobre las ventas típicos.

• Wyoming (5,44 %): Wyoming se beneficia de su producción de minerales y del turismo, que ayudan a mantener bajo su tipo del impuesto sobre las ventas. El estado no tiene impuesto sobre la renta de las personas físicas y depende de los impuestos de los recursos naturales y de los impuestos especiales sobre las actividades relacionadas con el turismo.

• Maine (5,5 %): El tipo bajo del impuesto sobre las ventas de Maine está respaldado por su base impositiva más amplia, que incluye impuestos sobre la renta y la propiedad. El estado ha mantenido tipos moderados del impuesto sobre las ventas para evitar sobrecargar a los residentes y turistas en su economía dependiente del turismo.

• Wisconsin (5,7 %): El tipo del impuesto sobre las ventas de Wisconsin sigue siendo bajo debido a una estrategia fiscal equilibrada que hace que los impuestos sobre la renta y a la propiedad sean los principales contribuyentes a los ingresos estatales. Este equilibrio ayuda a mantener el tipo del impuesto sobre las ventas más moderado.

• Virginia (5,77 %): Virginia mantiene su impuesto sobre las ventas relativamente bajo con una estructura fiscal diversificada que incluye contribuciones sustanciales de los impuestos sobre la renta de las personas físicas y de sociedades. Este saldo permite que el estado financie sus servicios sin depender en gran medida del impuesto sobre las ventas.

• Maryland (6 %): Maryland depende más de los impuestos sobre la renta y los impuestos a la propiedad que de los impuestos sobre las ventas para los ingresos estatales, y la falta de impuestos locales sobre las ventas ayuda a mantener los tipos bajos.

• Míchigan (6 %): Míchigan tiene un sistema de ingresos equilibrado, que se basa en los impuestos sobre la renta, los impuestos sobre la propiedad y otras fuentes, lo que permite un tipo impositivo sobre las ventas más bajo.

• Kentucky (6 %): El tipo más bajo del impuesto sobre las ventas de Kentucky ayuda al estado a seguir siendo competitivo con los estados vecinos, fomentar el gasto de los clientes y mantener la asequibilidad para los residentes.

• Idaho (6,03 %): El tipo bajo del impuesto sobre las ventas de Idaho es parte de su estrategia para atraer empresas y jubilados. El estado depende de una combinación de impuestos sobre la renta, la propiedad y las ventas.

Estados de EE. UU. que no tienen impuesto estatal sobre las ventas

Hay cinco estados que no tienen impuesto estatal sobre las ventas:

• Alaska: Aunque Alaska no tiene impuesto estatal sobre las ventas, las jurisdicciones locales pueden imponer impuestos sobre las ventas, con un tipo medio del 1,82 % en 2025. La ausencia de un impuesto estatal se debe en gran parte a que Alaska obtiene ingresos sustanciales de sus sectores del petróleo y del gas natural. Esto ayuda a financiar los gastos estatales y permite pagos directos a los residentes a través del Fondo Permanente de Alaska.

• Delaware: Conocido como un «paraíso fiscal» dentro de EE. UU., Delaware atrae a las empresas con sus políticas fiscales favorables que incluyen la ausencia de impuesto estatal sobre las ventas. Esto estimula el crecimiento económico local al atraer a empresas y permite que Delaware obtenga ingresos sustanciales de otras formas de impuestos y comisiones (por ejemplo, impuestos de franquicia) de empresas registradas en el estado.

• Montana: Montana no tiene impuesto general sobre las ventas, en parte debido a su escasa población y a una economía que históricamente ha dependido de la agricultura y la extracción de recursos. Al no imponer un impuesto sobre las ventas, Montana evita imponer una carga más pesada a sus residentes y conserva su atractivo como destino de compras para los visitantes de los estados vecinos.

• Nuevo Hampshire: De acuerdo con su lema «Vive libre o muere», New Hampshire no cobra impuestos sobre las ventas para promover las compras de los clientes y atraer compradores de los estados vecinos. Esta política es parte de una estrategia fiscal más amplia que incluye la eliminación del impuesto sobre la renta de las personas físicas, en el que el estado depende en su lugar de impuestos a la propiedad más altos e impuestos sobre los dividendos y los intereses.

• Oregón: La decisión de Oregón de no imponer un impuesto sobre las ventas está profundamente arraigada en los valores de libertad económica y beneficio del cliente de sus ciudadanos. En cambio, el estado depende más de los impuestos sobre la renta y a la propiedad para financiar sus servicios.