Impuesto sobre las ventas e impuesto sobre el consumo: en qué se diferencian y qué necesitas saber para cumplir con sus normativas

  1. Introducción
  2. Impuesto sobre las ventas e impuesto sobre el consumo
  3. Ejemplo de las diferencias que hay entre el impuesto sobre las ventas y el impuesto sobre el consumo

Si bien algunos estados tienen diferentes formas del impuesto sobre las ventas, todas ellas suelen ser lo mismo: un impuesto indirecto sobre una venta que un vendedor cobra y remite al Gobierno. Por ejemplo, en Arizona hay un impuesto de privilegio de transacción. Es muy similar al impuesto sobre las ventas, pero se define como un impuesto sobre un proveedor por el privilegio de hacer negocios en Arizona. Asimismo, en Hawái hay un impuesto especial general.

El impuesto sobre el consumo es otra forma de impuesto sobre las ventas. Ambos términos se suelen usar indistintamente; podrías ver «impuesto sobre las ventas y sobre el consumo» al presentar una declaración del impuesto sobre las ventas o al completar la solicitud del permiso de este impuesto. Sin embargo, hay diferencias en la forma de cobrar y remitir estos impuestos.

¿De qué trata este artículo?

  • Impuesto sobre las ventas e impuesto sobre el consumo
  • Ejemplo de las diferencias que hay entre el impuesto sobre las ventas y el impuesto sobre el consumo

Impuesto sobre las ventas e impuesto sobre el consumo

El impuesto sobre las ventas es un tipo de impuesto indirecto sobre las ventas de determinados bienes y servicios en un punto de venta de EE. UU. Casi todos los estados de EE. UU. tienen un impuesto sobre las ventas estatal y, además, las ciudades y los municipios pueden crear impuestos sobre las ventas específicos de su región.

El impuesto sobre el consumo se grava sobre el almacenamiento, el uso o el consumo de un artículo o servicio sujeto a impuestos por el que no se ha pagado ningún impuesto sobre las ventas. Un ejemplo habitual del impuesto sobre el consumo es cuando un consumidor hace una compra en un estado que no tiene impuesto sobre las ventas o en uno donde el artículo no está sujeto a impuestos, pero usa el bien o servicio comprado en un estado donde se aplicaría el impuesto sobre las ventas. El porcentaje que se cobra del impuesto sobre el consumo suele tener el mismo tipo que el del impuesto sobre las ventas.

El impuesto sobre el consumo lo paga el consumidor directamente al estado correspondiente cuando completa la declaración pertinente. En algunos estados, también se puede incluir el importe de este impuesto en la declaración del impuesto sobre la renta para pagarlo. Como es el consumidor quien debe calcular y remitir este impuesto, a los estados les resulta complicado gestionarlo y, muchas veces, no se hace cumplir de una forma tan estricta como el impuesto sobre las ventas. El impuesto sobre el consumo se creó para evitar que algunos estados tuvieran una ventaja competitiva sobre otros que sí que tienen que cobrar el impuesto sobre las ventas.

Ejemplo de las diferencias que hay entre el impuesto sobre las ventas y el impuesto sobre el consumo

Si tu empresa está establecida en Nueva York y le vendes un artículo sujeto a impuestos a un cliente de ese mismo estado, deberías cobrar el impuesto sobre las ventas en esa transacción.

Si tu empresa está establecida en Oregón (estado que no tiene impuesto sobre las ventas estatal) y haces una venta a un cliente que pretende usar el artículo en Dakota del Norte (donde sí que estaría sujeto al impuesto sobre las ventas), el cliente debería pagar el impuesto sobre el consumo en Dakota del Norte. Sin embargo, si el artículo no estuviera sujeto al impuesto sobre las ventas en Dakota del Norte, no habría que pagar ningún impuesto sobre el consumo.

En resumen, el impuesto sobre las ventas y el impuesto sobre el consumo se refieren a lo mismo: un impuesto sobre el precio de una venta que paga el cliente, pero que el vendedor cobra y remite al Gobierno. La mayor diferencia que hay entre ambos es cómo se contabilizan y quién es responsable de remitir cada impuesto al Gobierno.

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