El consumo de tokens se refiere a la forma en que un sistema, como un modelo de IA o una red de la blockchain, utiliza sus unidades asignadas de procesamiento o acceso. En la IA, los tokens representan fragmentos de texto (palabras o partes de palabras) que una IA procesa cuando genera o interpreta el lenguaje. Cuanto más complicada o larga sea una solicitud, más tokens consumirá. En la blockchain, el consumo de tokens puede referirse al gasto de tokens digitales para transacciones, comisiones o acceso a servicios.

A continuación, explicaremos cómo funciona el consumo de tokens, por qué las empresas utilizan modelos basados en tokens, cómo las empresas fijan el precio de los tokens y los riesgos potenciales de un sistema de tokens.

¿De qué trata este artículo?

• ¿Cómo funciona el consumo de tokens?
  
• Por qué las empresas utilizan modelos basados en tokens en lugar de la facturación directa
  
• ¿Cómo fijan los precios de los tokens las empresas?
  
• ¿Cuáles son los riesgos potenciales de un sistema de tokens?
  

¿Cómo funciona el consumo de tokens?

El consumo de tokens es la forma en que los sistemas digitales rastrean y gestionan el consumo, tanto si se trata de IA que procesa texto como sin son servicios en la nube que ejecutan cálculos o una interfaz de programación de aplicaciones (API) que maneja solicitudes. En lugar de trabajar en términos de potencia informática bruta o ancho de banda, estos sistemas dividen todo en tokens, que actúan como moneda de consumo.

Así es como funciona el consumo de tokens:

• Todo tiene un coste: Cada acción dentro de un sistema tiene un coste, tanto si se trata de un modelo de IA que analiza texto como si es una plataforma en la nube que almacena datos o una API que procesa una solicitud. En lugar de cobrar por el «consumo» general, las plataformas asignan un valor de token a cada operación en función del esfuerzo que supone completarla.

• Pagas por lo que usas: En el software como servicio (SaaS) y en los servicios en la nube, las tarifas basadas en tokens evitan las tarifas planas y los planes inflados. Si usas más, pagas más. Si usas menos, pagas menos. Es una forma sencilla de escalar o reducir la escala sin sobrecargas innecesarias.

• Hay protecciones incorporadas: El consumo de tokens se relaciona con límites y cuotas. Un sistema puede darte 10.000 tokens por hora. Eso significa que una vez que alcanzas ese límite, las cosas se ralentizan o se detienen a menos que actualices o esperes a que se restablezca el límite. Esto permite el funcionamiento de los servicios sin sobrecargar la infraestructura.

• Puedes escalar sin sorpresas: En la computación en la nube, los modelos de tokens ayudan a evitar las sorpresas desagradables. Si una carga de trabajo alcanza su punto máximo repentinamente, se consumen más tokens en lugar de colapsar el sistema o desencadenar cargos inesperados. Las empresas pueden realizar un seguimiento del consumo en tiempo real y ajustarlo en consecuencia.

• Obtienes una mejor visibilidad y control: La mayoría de las plataformas te permiten controlar el consumo de tokens para que puedas saber siempre qué se está utilizando, dónde y cuándo. Esto hace que sea más fácil ajustar los costes y evitar el desperdicio.

Por qué las empresas utilizan modelos basados en tokens en lugar de la facturación directa

Las empresas usan los precios basados en tokens porque el consumo es más fácil de rastrear, los costes son más fáciles de predecir y el escalado supone un riesgo menor. Los tokens convierten el consumo de recursos en un sistema estructurado en el que el uso se mide en unidades establecidas en lugar de en partidas individuales impredecibles. A continuación, te explicamos por qué algunas empresas prefieren los tokens a la facturación directa:

• Hacen que los precios sean predecibles: Los tokens proporcionan a los clientes una mejor percepción de lo que gastan. Saber exactamente cuánto «cuesta» cada operación en tokens significa que pueden planificar mejor con anticipación.

• Siguen escalando bajo control: Para muchas empresas, el consumo puede variar mucho de una semana a otra. En el caso de la facturación directa, estos cambios pueden provocar sorpresas en la facturación. Un sistema de tokens absorbe parte de esa volatilidad. Si un cliente necesita más, utiliza los tokens más rápido. Pero siempre tienen una forma de realizar un seguimiento del consumo y adaptarse antes de recibir una factura inesperada.

• Minimizan la fricción para los clientes: Nadie quiere pensar en cuántas llamadas a la API hace o si se les saboteará por ejecutar demasiados procesos a la vez. Los tokens crean amortiguación, lo que permite a los usuarios concentrarse en hacer el trabajo en lugar de en microgestionar su consumo minuto a minuto.

• Regulan de forma natural la demanda: Los tokens sirven como un sistema integrado de evitar el consumo excesivo. En lugar de finalizar abruptamente el servicio para los clientes o ralentizarlo sin previo aviso, los tokens establecen límites claros. Si un usuario se queda sin nada, compra más o espera a que se actualice su asignación.

• Funcionan tanto para suscripciones como para pago por consumo: Algunos clientes quieren costes mensuales predecibles, mientras que otros quieren flexibilidad. Los tokens admiten ambas estructuras de precios. Los clientes pueden comprar por adelantado un bloque de tokens para un consumo constante o consumirlos dinámicamente sobre la marcha. Esto permite a las empresas ofrecer diferentes estructuras de precios sin tener que rediseñar completamente su modelo.

• Fomentan el consumo sin atrapar a los clientes: Con los precios escalonados tradicionales, los clientes a menudo tienen que pagar de más por una capacidad que no utilizan en su totalidad o corren el riesgo de quedarse sin ella en un momento poco oportuno. Los tokens eliminan esa tensión al permitir que los clientes escalen a su propio ritmo sin sentir que están atrapados en un plan rígido.

Con los precios basados en tokens, los clientes saben lo que están usando, las empresas pueden gestionar mejor la demanda y se elimina la imprevisibilidad que conlleva la facturación basada en el consumo puro.

¿Cómo fijan los precios de los tokens las empresas?

Las empresas fijan el precio de los tokens equilibrando los costes reales, el comportamiento del cliente y el posicionamiento competitivo. El objetivo es hacer que el consumo sea predecible para los clientes y, al mismo tiempo, mantener los precios flexibles y sostenibles. A diferencia de la facturación directa, que cobra por solicitud o unidad de tiempo de cómputo, los tokens crean una forma estructurada de medir el consumo para que el precio refleje lo que realmente está sucediendo.

A continuación muestra qué deben tener en cuenta las empresas a la hora de fijar los precios de sus tokens:

• Cuánto cuesta ejecutar el servicio: Cada servicio tiene un coste de referencia que tiene en cuenta la potencia de cómputo, el almacenamiento, el ancho de banda y la infraestructura. Una empresa comienza por calcular cuánto cuesta realmente procesar una solicitud, ejecutar una carga de trabajo o almacenar datos. El precio del token tiene que cubrir eso, más un margen.

• Cuál es la intensidad de la acción: No todas las operaciones son iguales. Una simple solicitud de API puede costar un token, pero una inferencia compleja de machine learning que se ejecuta durante varios segundos puede requerir cientos. Fijar los precios de los tokens de esta manera garantiza que las operaciones más intensivas consuman más y que las livianas sigan siendo eficientes.

• Cómo utilizan el servicio los clientes: El precio de los tokens tiene en cuenta el comportamiento del usuario. Si la mayoría de los clientes envían miles de llamadas rápidas a la API, el precio debe reflejarlo. Si las cargas de trabajo son más impredecibles (picos de alta demanda seguidos de períodos tranquilos), los precios deben adaptarse a eso y facilitar que los clientes escalen sin costes inesperados.

• Cómo es el mercado: Las empresas observan cuánto cobran los competidores por servicios similares. Si la facturación directa cuesta X $ por cada 1000 llamadas a la API, un sistema basado en tokens debe ser competitivo, ya sea a través de una mayor flexibilidad o de una mejor propuesta de valor.

• Cómo se venden los tokens: Algunas empresas incluyen tokens en suscripciones mensuales. Otros los venden al por mayor con descuentos por volumen o dejan que los clientes los compren según los vayan necesitando. La estructura de precios depende de si la empresa quiere fomentar un consumo estable y predecible o proporcionar más flexibilidad bajo demanda.

• Cuándo es necesario cambiar los precios: Si un servicio se vuelve más caro de ejecutar, el coste por token podría aumentar. Si la empresa encuentra eficiencias, podría bajar los precios para seguir siendo competitiva. Algunas empresas utilizan precios dinámicos, en los que los costes de los tokens se ajustan en función de la demanda en tiempo real.

¿Cuáles son los riesgos potenciales de un sistema de tokens?

Los precios basados en tokens ofrecen muchas ventajas: flexibilidad, previsibilidad y una forma de ajustar el consumo a los costes. Pero no es perfecto. Si una empresa no configura su sistema cuidadosamente, puede hacer que los precios parezcan arbitrarios o crear problemas operativos, lo que frustrará a los clientes.

Estos son algunos de los posibles problemas a los que hay que prestar atención.

Los clientes no pueden conectar fácilmente los tokens al consumo en el mundo real

Si no está claro cuántos tokens cuesta una acción o por qué, los clientes pueden sentir que están recibiendo un mal trato. Una estructura sencilla y transparente puede evitar confusiones.

La estructura de precios es demasiado complicada

Los sistemas de tokens funcionan mejor cuando siguen una lógica interna. Si diferentes funciones consumen cantidades muy diferentes de tokens sin una razón obvia, los clientes tendrán dificultades para ajustar el presupuesto. O peor aún, pueden sentir que tienen que controlar el consumo constantemente solo para evitar quedarse sin tokens.

Los clientes acaban teniendo demasiados tokens o muy pocos.

Si una empresa juzga mal cómo los clientes usarán realmente sus tokens, puede crear dos problemas. Si los tokens caducan o se restablecen en un horario estricto, algunos clientes sentirán que han desperdiciado dinero en tokens que no han utilizado. No obstante, si las asignaciones de tokens son demasiado pequeñas o se consumen demasiado rápido, los clientes se quedarán sin ellos más rápido de lo esperado y se verán obligados a comprar más solo para que todo siga funcionando. Las empresas deben monitorear cómo los clientes usan los tokens y ajustar el sistema a lo largo del tiempo.

Los límites de los tokens parecen arbitrarios

A los clientes no les gusta chocarse contra paredes invisibles. Si de repente se quedan sin tokens sin previo aviso, eso puede interrumpir sus flujos de trabajo y crear frustración. Los estrictos cronogramas de reinicio, en los que los tokens no que no se han utilizado desaparecen a fin de mes, también pueden crear una presión artificial para usarlos y hacer que el sistema se sienta más como una trampa que como un beneficio. Un Dashboard claro que muestre los saldos de los tokens y el consumo previsto ayudará a los clientes a planificar con anticipación.

Es difícil comparar los precios con los de la competencia

Si una empresa es la única en su ámbito que utiliza tokens, los clientes potenciales probablemente tratarán de traducirlo a un modelo de precios que les resulte más familiar. Si no pueden comparar fácilmente los costes entre la empresa y los competidores que utilizan la facturación directa, es posible que elijan la opción más sencilla, incluso aunque los tokens puedan ser más rentables. Si los tokens son una mejor oferta que la facturación directa, déjalo claro con ejemplos.

Es difícil gestionarlo internamente

Un modelo de tokens requiere que las empresas realicen un seguimiento de los saldos, prevean la demanda y gestionen las renovaciones y los reembolsos. Si el sistema no está bien diseñado, puede generar más trabajo administrativo en lugar de simplificar la facturación. Y si las tarifas no cambian junto con el comportamiento del cliente, las empresas pueden perder ingresos o hacer que el consumo sea demasiado restrictivo.

Los clientes no confían en el sistema

La gente es cautelosa con cualquier cosa que parezca una divisa alternativa. Si los tokens parecen una forma de ocultar los precios o hacer que los clientes paguen por adelantado por servicios que no necesitan, podrían optar por no comprar en absoluto.

Los clientes encuentran formas de explotarlo

Al igual que con cualquier modelo de precios, uno puede aprovecharse de un sistema de tokens mal estructurado. Si los tokens son demasiado baratos en comparación con lo que desbloquean, los usuarios de alto consumo aumentarán los costes para la empresa. Si los tokens tienen un precio demasiado agresivo, los usuarios ocasionales pueden sentirse excluidos.