Los pagos sin efectivo son cada vez más populares y presentan un extenso abanico de ventajas. Los pagos sin efectivo son los que se efectúan con la ayuda de una tarjeta o una aplicación para móvil, pero también un pago mediante adeudo directo SEPA o transferencia bancaria. Hemos recopilado las distintas opciones disponibles para hacer pagos sin efectivo y te explicaremos qué fáciles y seguros pueden ser.
¿De qué trata este artículo?
- ¿Qué es un pago sin efectivo?
- ¿Qué métodos de pago sin efectivo existen?
- ¿Qué ventajas plantean los pagos sin efectivo para las empresas?
- ¿Qué ventajas ofrecen los pagos sin efectivos para los clientes?
- ¿Hasta qué punto son seguros los pagos sin efectivo?
- ¿Qué coste tienen los pagos sin efectivo para las empresas?
¿Qué es un pago sin efectivo?
Habitualmente se denomina como «pagos sin efectivo» a las transacciones de pago que se procesan sin que intervenga el dinero en metálico. Se pueden efectuar pagos sin efectivo tanto en Internet como en tiendas físicas mediante un punto de venta (sistema POS). De la mano de la posibilidad de pagar sin efectivo ha surgido una amplia gama de oportunidades para negocios y clientes.
Tecnologías como los sistemas de pago por móvil basados en NFC, los pagos sin contacto y los monederos digitales permiten pagar de forma rápida y práctica en cualquier rincón del planeta. Los métodos de pago son un pilar fundamental del e-commerce, ya que ofrecen un abanico de opciones diferentes para los clientes.
¿Qué métodos de pago sin efectivo existen?
A la hora de pagar sin efectivo es posible elegir entre una gran variedad de métodos de pago, como tarjetas de crédito y débito, sistemas de pago por Internet y smartphones. A continuación, analicemos cómo funcionan los métodos de pago sin efectivo más habituales:
Tarjetas de débito y crédito:
En Alemania, el número de transacciones per cápita realizadas con tarjeta ha ido subiendo en una progresión constante año tras año. De hecho, las tarjetas de crédito y débito llevan tiempo siendo uno de los métodos de pago sin efectivo más frecuentes. En ese mismo país, la tarjeta de débito que se utiliza más habitualmente es la girocard (anteriormente denominada «tarjeta EC»).
Para usar las tarjetas girocard y cualquier otra tarjeta de débito y crédito en establecimientos comerciales, los clientes pueden insertarlas o pasarlas por un lector que admita el método de pago EC. Generalmente, el procedimiento de verificación de la identidad consiste en introducir el código PIN o firmar. Se aplica el cargo a la tarjeta en cuanto el cliente realiza su compra. Para las tarjetas de débito, se aplican las condiciones de la cuenta corriente. Cada pago figura indicado individualmente en el sistema de banca electrónica o en los extractos.
También es posible utilizar otras tarjetas de débito y crédito para realizar pagos por Internet sin que intervenga otro proveedor de servicios. En este caso, hay que indicar el número de la tarjeta (compuesto por 16 dígitos), la fecha de caducidad y el número de verificación CVV. A continuación, será necesario verificar la transacción. Para las tarjetas de débito, este tipo de pago también efectúa un adeudo inmediato que se retira de la cuenta. Pero en el caso de las tarjetas de crédito, los importes se suelen cobrar al final del mes y es entonces cuando se efectúa el adeudo y la retirada de la cuenta corriente asociada a la tarjeta. Tanto las tarjetas de crédito como las de débito son métodos seguros y prácticos.
La tarjeta girocard sirve también para realizar pagos por Internet, siempre que el usuario recurra a un proveedor de servicios como giropay o Sofort (Klarna). Además, siempre se puede realizar una transferencia electrónica o un pago instantáneo mediante banca electrónica.
Pagos instantáneos:
Cuando quiere realizar un pago instantáneo, el cliente inicia sesión en su cuenta de banca electrónica y ordena la transferencia de fondos directamente desde su cuenta corriente. A continuación, el importe se abona en la cuenta del destinatario en cuestión de segundos. Para concluir este trámite, el cliente tiene que facilitar los mismos datos de pago que requeriría una transferencia bancaria convencional. Lo más habitual es que cualquier entidad bancaria cobre una pequeña comisión por la operación.
Factura:
En el caso de las facturas, primero se envían las mercancías y después se pagan, normalmente mediante transferencia bancaria. Sin embargo, este procedimiento implica también que las empresas deben hacer pagos por anticipado o, sencillamente, confiar en que sus clientes cumplirán con la parte que les corresponde. Para enviar y transferir los fondos, los clientes pueden iniciar sesión en su cuenta de banca electrónica y tramitar el pago; no es necesario que acudan personalmente a una sucursal.
Pagos con dispositivos móviles:
Los pagos con dispositivos móviles son pagos sin contacto que se realizan con la ayuda de dispositivos móviles, ya sea a través de lectores de tarjetas que sean compatibles con el método de pago al contado EC o a través de Internet. Muchos de esos lectores de tarjetas se sirven de la tecnología NFC o near-field communication, con lo cual solamente pueden funcionar dentro de un pequeño radio de acción.
También es posible efectuar pagos por Internet con la ayuda de monederos digitales como Google Pay o Apple Pay, por ejemplo. O recurriendo a las aplicaciones de pago que proponen distintos bancos. Se trata de métodos que permiten acceder a la cuenta, o bien a las tarjetas de débito o crédito, siempre mediante un smartphone, sin que eso dependa de dónde se encuentre el cliente.
Proveedores de servicios de pago por Internet:
Otra opción muy conocida son los proveedores de servicios de pago como PayPal, Klarna, Giropay o Amazon Pay. Cada cual funciona a su manera, con sus peculiaridades, pero todos comparten un rasgo común: actúan como proveedores de servicios. En concreto, existen cuatro opciones posibles:
- El cliente paga por su compra a través del proveedor de servicios. Este último envía los fondos del importe que corresponda a la tienda y, posteriormente, aplica un adeudo para retirar esa cantidad de la cuenta corriente o la tarjeta de crédito del cliente.
- El cliente inicia sesión en una aplicación de banca electrónica a través del proveedor de servicios. A continuación, se descuenta de inmediato el importe de la compra de la cuenta corriente.
- El cliente introduce una tarjeta de crédito de prepago en un sistema de pago. Para que esa tarjeta se emplee, hay que cargarla antes con fondos.
- El cliente deposita fondos en una cuenta que ha abierto con uno de estos proveedores de servicios. Posteriormente, podrá destinar ese dinero para hacer compras.
Adeudo directo SEPA:
Gracias a los pagos mediante adeudo directo SEPA, las empresas cuentan con la posibilidad de descontar importes de las cuentas bancarias de sus clientes, previo consentimiento por escrito firmado por estos, en forma de orden de domiciliación de adeudo directo SEPA. Este es un método de pago que se caracteriza por sus múltiples ventajas para ambas partes, especialmente si hablamos de pagos recurrentes, ya que reduce el trabajo derivado de tener que procesar los pagos manualmente. Los adeudos directos SEPA también son admitidos en el plano internacional y se consideran válidos en todos los países integrados como miembros en la zona SEPA.
Pago por anticipado:
El método de pago por anticipado, que suele basarse en una transferencia bancaria, obliga a los clientes a pagar por los bienes que adquieren antes de que les sean enviados. Es un método que destaca por ofrecer un elevadísimo nivel de seguridad a los negocios.
¿Qué ventajas plantean los pagos sin efectivo para las empresas?
Puesto que los smartphones, las tarjetas de crédito y otros métodos de pago digitales son cada vez más ubicuos y se usan para todo, los pagos sin efectivo están ganando terreno a los pagos en metálico y figuran como la opción favorita de muchas personas.
Y como hay una gran variedad de opciones a elegir, las empresas pueden atraer a más clientela y generar más ventas. Asimismo, es cierto que los consumidores tienden a gastar más cuando no utilizan el efectivo para pagar.
Las transacciones de pago sin efectivo son rentables tanto para empresas como para clientes y reducen la carga de trabajo administrativo. Piensa, por ejemplo, que desaparecen las comisiones que se suelen aplicar en las retiradas de efectivo. Asimismo, se facilita que las empresas entreguen bienes o servicios con un esfuerzo mínimo. Ahora bien, es cierto que en algunas ocasiones se aplican comisiones asociadas a ciertos servicios. Pero en conjunto, las ventajas para los negocios compensan de sobra esos detalles.
Gracias a los métodos de pago sin efectivo, cualquier empresa tiene acceso a más datos sobre el nivel y la estructura de gasto de su clientela. Y eso es útil para responder mejor a sus necesidades y preferencias, que irán cambiando paulatinamente.
¿Qué ventajas ofrecen los pagos sin efectivos para los clientes?
Los pagos sin efectivo permiten ejecutar transacciones instantáneas, tanto en establecimientos físicos como en Internet. Y esta es una característica clave cuando la clientela siempre está en marcha, ya que la libera de la obligación de retirar efectivo: ahora es libre para comprar de una manera más espontánea. Además, gracias a las transacciones de pago sin efectivo, ya no se corre el riesgo de perder el dinero por descuido ni de ser víctima de un atraco.
Por añadidura, es un método más rápido para pagar y efectuar una compra personalmente, porque no hace falta contar billetes y monedas. Y además, también es muy fácil comprobar qué importes has pagado, porque todas las transacciones quedan registradas digitalmente.
Para completar las ventajas, algunos métodos de pago sin efectivo permiten que los clientes fijen límites a sus gastos y reciban notificaciones cuando corran el riesgo de sobrepasarlos, lo cual les ayuda a controlar mejor sus finanzas.
¿Hasta qué punto son seguros los pagos sin efectivo?
Los pagos sin efectivo son muy seguros. Existen varias medidas de seguridad, como la exigencia de introducir códigos PIN o contraseñas, así como los sistemas de autenticación basada en tokens, que protegen frente a intrusos sin autorización. Además, cada sistema de pago con dispositivos móviles incorpora también varios mecanismos de defensa frente a intentos de fraude y ciberdelincuencia. Toda empresa que aspire a ofrecer los pagos sin efectivo entre sus servicios debe conocer y respetar ciertos estándares de seguridad.
A continuación enumeramos los más importantes:
- Cifrado: todas las transacciones de pago deben protegerse aplicando la tecnología de cifrado más avanzada para evitar que terceros accedan a los datos sin autorización.
- Autenticación: hay varios métodos al alcance de los clientes para que confirmen y demuestren su identidad, como introducir un código PIN o escanear una huella digital. Los terceros no autorizados no podrán saltarse estos procesos. Además, a menudo se emplea la tecnología 3D Secure (3DS) como parte integrada en un sistema de autenticación en dos pasos. Es decir, un sistema en el que la identidad debe demostrarse mediante una combinación de dos factores, como puede ser introducir los datos de inicio de sesión y el número de autenticación de transacción o TAN para la banca electrónica.
- Política de privacidad: es obligatorio proteger todos los datos recopilados al tramitar pagos sin efectivo frente a posibles usos por parte de terceros. Esa misma obligación implica no divulgar ni facilitar datos personales a terceros sin previo permiso.
- Bloqueo por localización geográfica: muchos sistemas de pago sin efectivo disponen de funciones de geobloqueo, que les confieren la posibilidad de restringir los métodos de pago a ciertos países, con el fin de prevenir posibles fraudes.
Estos estándares de seguridad desempeñan un papel crucial en el panorama de los pagos sin efectivo e influyen decisivamente para hacer las transacciones financieras más seguras.
¿Qué coste tienen los pagos sin efectivo para las empresas?
El coste varía en función del tipo de método de pago que se ofrezca a la clientela. Por ejemplo: el monto que hay que invertir en un lector de tarjetas oscila entre los 50 y los 500 euros, según el modelo elegido, más un 2 % (aproximadamente) de cada importe objeto de transacción. Si hablamos de pagar después de la entrega mediante Klarna, el coste es de un 3,25 % y 1,69 céntimos por transacción. Y si optamos por los pagos a plazos también con Klarna, afrontaremos un 3 % por transacción. PayPal aplica una comisión del 3 % y 0,39 céntimos por transacción. Toda empresa debería consultar a sus proveedores potenciales por anticipado para conocer al detalle los costes y las condiciones.
El contenido de este artículo tiene solo fines informativos y educativos generales y no debe interpretarse como asesoramiento legal o fiscal. Stripe no garantiza la exactitud, la integridad, adecuación o vigencia de la información incluida en el artículo. Si necesitas asistencia para tu situación particular, te recomendamos consultar a un abogado o un contador competente con licencia para ejercer en tu jurisdicción.