El cálculo del flujo de caja (o de efectivo/tesorería) es el proceso de rastrear el movimiento de entrada y salida de dinero de una empresa, organización o cuenta personal durante un período de tiempo. Implica monitorear de dónde proviene tu dinero (por ejemplo, ventas, inversiones, préstamos, etc.) y a dónde va (por ejemplo, facturas, salarios, equipos, etc.). Calcular este flujo te ayudará a entender el estado de tus finanzas y si tienes suficiente efectivo disponible para cubrir gastos o aprovechar nuevas oportunidades.
Dado que el 82 % de los fracasos empresariales se atribuyen a problemas de flujo de caja, calcular bien la tesorería puede afectar a todos los aspectos de tu empresa. A continuación explicamos por qué es importante el cálculo del flujo de caja, la fórmula del flujo de caja y los errores más comunes que hay que evitar.
¿De qué trata este artículo?
- ¿Por qué es importante el cálculo del flujo de caja?
- ¿Cuál es la fórmula del flujo de caja?
- ¿Cuáles son los errores más comunes en los cálculos del flujo de caja?
¿Por qué es importante el cálculo del flujo de caja?
Para operar y planificar el crecimiento, las empresas deben tener una idea clara de su sostenibilidad financiera y del calendario de entradas y salidas de efectivo. El cálculo del flujo de caja es útil para:
Evitar crisis de liquidez: Incluso las empresas rentables pueden enfrentar desafíos si sus entradas de efectivo no se corresponden con las salidas. Por ejemplo, si una empresa tiene grandes pagos por inventario, pero no recibirá los pagos de los clientes hasta dentro de 60 días, puede utilizar el cálculo del flujo de caja para ayudar a anticipar y resolver esta brecha.
Respaldar las decisiones importantes: Las empresas necesitan datos precisos sobre el flujo de caja para evaluar los riesgos a la hora de ampliar sus operaciones, invertir en nuevos equipos o asegurar financiación. Si el cómputo revela reservas de efectivo ajustadas, la empresa podría optar por retrasar las inversiones no esenciales o renegociar los términos de pago.
Comprender la eficiencia operativa: El análisis del flujo de caja revela la eficiencia con la que una empresa convierte las ventas en efectivo. Por ejemplo, una empresa puede tener altos ingresos pero poco efectivo porque los clientes tardan en pagar. Esta información permite realizar mejoras específicas, como el endurecimiento de las políticas crediticias.
Cumplir con las obligaciones de la deuda: El cálculo preciso del flujo de caja garantiza que una empresa pueda pagar su deuda a tiempo. La falta de pago de un préstamo debido a una mala previsión del flujo de caja puede perjudicar la solvencia y tensar las relaciones con los prestamistas.
Responder a los cambios del mercado: Durante períodos de incertidumbre económica o fluctuación de la demanda, el cálculo del flujo de caja ayuda a las empresas a trabajar con agilidad. Permite ajustes rápidos en los niveles de gasto, contratación o inventario para proteger la estabilidad a largo plazo.
¿Cuál es la fórmula del flujo de caja?
La fórmula para calcular el flujo de efectivo varía según el tipo específico de flujo de efectivo que se esté analizando (por ejemplo, flujo de efectivo operativo, flujo de efectivo libre, etc.). La fórmula más simple para el flujo de caja general es:
Flujo de caja = Entradas totales de efectivo − Salidas totales de efectivo
Aquí hay algunas otras fórmulas comunes:
Flujo de caja operativo (OCF)
OCF = Ingresos netos + Gastos no monetarios − Cambios en el capital de trabajo
OCF se enfoca en el efectivo generado por las operaciones comerciales principales. La fórmula puede variar ligeramente según el método utilizado (es decir, directo o indirecto), pero el método indirecto que se muestra aquí es el enfoque más común. Los gastos no monetarios incluyen la depreciación y la amortización, mientras que los cambios en el capital de trabajo se refieren a los cambios en las cuentas por cobrar, las cuentas por pagar o el inventario.
Flujo de caja libre (FCF)
FCF = OCF − Gastos de capital
Mide el efectivo disponible después de los gastos de capital (CapEx).
Flujo de caja libre en relación con el capital (FCFE)
FCFE = FCF + Deuda Neta Emitida
Esto representa el efectivo disponible para los accionistas de capital.
Flujo de caja libre para la empresa (FCFF)
FCFF = (Ganancias antes de intereses e impuestos × [1−tasa impositiva]) + Depreciación y amortización − Cambios en el capital de trabajo neto − CapEx
Esto representa el efectivo disponible para todos los inversores (es decir, tenedores de capital y deuda). Las ganancias antes de intereses e impuestos también se conocen como "EBIT".
Flujo de caja de las actividades de inversión
Flujo de caja de las actividades de inversión = Ingresos de la venta de activos − CapEx − Compra de inversiones
Realiza un seguimiento del efectivo utilizado y ganado por las inversiones.
Flujo de caja de las actividades de financiación
Flujo de Efectivo de Actividades de Financiación = Entradas de Efectivo de Emisión de Capital o Endeudamiento − (Reembolsos de Deuda + Recompra de Capital + Dividendos Pagados)
Esta fórmula hace un seguimiento del efectivo relacionado con las actividades de financiación, como los préstamos y el capital.
¿Cuáles son los errores más comunes en el cálculo del flujo de caja?
Los errores en los cálculos del flujo de efectivo pueden causar problemas graves, desde decisiones equivocadas hasta escasez total de efectivo. Estos son algunos errores comunes que se deben evitar:
Omitir partidas no monetarias
Si usas el método indirecto para determinar el flujo de caja operativo, es fácil olvidarse de la depreciación o amortización al ejecutar números de flujo de efectivo. El problema es que no son gastos reales en efectivo, ya que no afectan a tu saldo bancario. Pero omitirlos significa que tu estado de flujo de efectivo no reflejará todos tus gastos.
Clasificar incorrectamente los flujos de caja
A veces, el dinero en efectivo se clasifica erróneamente. Por ejemplo, puedes registrar la compra de un equipo grande como un gasto operativo en lugar de una actividad de inversión. Puede parecer menor, pero errores de este tipo pueden distorsionar tu análisis e impedir que sepas realmente cómo funciona tu flujo de efectivo.
Ignorar el momento oportuno
Con el flujo de caja, el tiempo es tan importante como los importes. Si asumes que cobrarás los pagos de inmediato o no tienes en cuenta los retrasos en los recibos de los clientes, es posible que no tengas en cuenta el colchón suficiente para cubrir tus facturas.
Pasar por alto los cambios en el capital circulante
Las cuentas por cobrar, las cuentas por pagar y los cambios de inventario pueden tener un gran impacto. Si no te adaptas a los cambios en estas áreas, tus cálculos de flujo de efectivo pueden ser incorrectos. Por ejemplo, aumentar las ventas puede parecer genial, pero si los clientes no pagan a tiempo, tu flujo de caja se verá afectado.
Subestimar las grandes inversiones
Los gastos de capital (por ejemplo, la compra de equipos, vehículos o propiedades) pueden suponer una pérdida importante de efectivo, pero son fáciles de pasar por alto en las proyecciones. Si no tienes en cuenta estos gastos, es posible que sobreestimes la cantidad de efectivo que realmente puedes usar en otro lugar.
Olvidar las actividades financieras
El flujo de caja de los préstamos, la financiación de capital o los dividendos a veces queda fuera de la ecuación. Si no los contabilizas, no vas a tener una visión integral de cómo se financia realmente tu negocio o cómo las obligaciones, como los pagos de deudas, afectan al efectivo.
Proyección poco realista
El exceso de confianza en las ventas futuras o la subestimación de los costes futuros pueden provocar una escasez de efectivo. Si tus proyecciones no se basan en la realidad, es posible que te falten fondos cuando más los necesites.
Doble recuento
Contar el mismo flujo de entrada o salida en varios lugares puede llevar a cálculos inexactos. Por ejemplo, puedes incluir una venta puntual en los flujos de caja de explotación y de inversión.
Transacciones irregulares que no aparecen
Los eventos puntuales, como la venta de un activo o el pago de un acuerdo legal, no deben tratarse como un flujo de caja normal. Si los combinas con actividades recurrentes, tu visión de cómo se está desempeñando realmente tu negocio mes a mes puede aparecer distorsionada.
Omitir la conciliación bancaria
Los extractos de flujo de efectivo deben coincidir con lo que sucede en tus cuentas bancarias. Conciliar estos dos aspectos ayudan a detectar los errores, los fraudes o las transacciones que hayas pasado por alto.
Olvidarse de los impuestos
Es fácil pasar por alto los impuestos hasta que vence la factura, pero hay que recordar que deben contabilizarse como salidas de efectivo. Calcular mal tus obligaciones tributaria o ignorarlas por completo puede hacer descarrilar tu planificación de efectivo.
Mirar solo el resultado final
Es tentador centrarse en la cifra final de flujo de caja, pero comprender cómo has llegado hasta allí es igual de importante. Por ejemplo, si todo tu efectivo proviene de préstamos y nada de operaciones, esa es una señal de advertencia que debes resolver.
El contenido de este artículo tiene solo fines informativos y educativos generales y no debe interpretarse como asesoramiento legal o fiscal. Stripe no garantiza la exactitud, la integridad, la adecuación o la vigencia de la información incluida en el artículo. Busca un abogado o un asesor fiscal profesional y con licencia para ejercer en tu jurisdicción si necesitas asesoramiento para tu situación particular.