El capital circulante es el efectivo del que dispone una empresa para cubrir los costos operativos hasta el siguiente pago. Los titulares de empresas pueden pasar por alto el capital circulante hasta que repercute directamente en sus operaciones. De hecho, una encuesta realizada en 2024 identificó $1.76 billones estadounidenses en oportunidades de capital circulante sin explotar en Estados Unidos. Esto demuestra lo importante que es para las empresas mejorar la gestión del capital circulante e impulsar el crecimiento.
A continuación, analizamos qué es el capital circulante, cómo funciona y cómo calcularlo correctamente para tu empresa.
¿Qué contiene este artículo?
- ¿Qué es el capital circulante y qué mide realmente?
- ¿Cómo funciona el capital circulante dentro de una empresa?
- ¿Por qué el capital circulante importa más que la rentabilidad en algunos casos?
- ¿Cómo calcular correctamente el capital circulante?
¿Qué es el capital circulante y qué mide realmente?
El capital circulante es la diferencia entre el activo circulante (por ejemplo, efectivo, existencias, cuentas por cobrar) y el pasivo circulante (por ejemplo, facturas impagas, préstamos a corto plazo, cuentas por pagar). Estos son algunos ejemplos:
- Si tus activos actuales superan a tus pasivos actuales, dispones de un capital circulante positivo.
- Si tus pasivos actuales superan a tus activos actuales, tu empresa podría tener dificultades para pagar las facturas a corto plazo.
Una empresa puede parecer rentable, pero tener un capital circulante limitado si sus activos están invertidos en existencias no vendidas o facturas vencidas. La cantidad de capital circulante de tu empresa es importante porque revela la flexibilidad que tiene tu empresa para operar, invertir o responder a lo inesperado. He aquí los parámetros que se tienen en cuenta para generar capital circulante:
- Liquidez: es la facilidad con la que tu empresa puede hacer frente a sus obligaciones financieras a corto plazo sin pasar apuros.
- Eficiencia diaria: esto indica cómo tu empresa convierte los insumos (por ejemplo, inventario, mano de obra y servicios) en productos generadores de efectivo y cuánto retraso o conflicto existe en ese proceso.
- Desajustes temporales: si cobras sistemáticamente los ingresos después de haber pagado ya los gastos, tu capital circulante reflejará ese retraso.
¿Cómo funciona el capital circulante dentro de una empresa?
El capital circulante financia la diferencia entre pagar y recibir pagos. El importe puede fluctuar con el tiempo y la forma en que lo gestiones repercutirá en la flexibilidad y resistencia de tu empresa.
En cualquier momento, tu capital circulante puede invertirse en lo siguiente:
- Efectivo: es el activo más líquido. Es lo que utilizas a diario para financiar las nóminas, pagar a los proveedores y liquidar las facturas.
-__ Cuentas por cobrar:__ cuando facturas a tus clientes, esperas una futura entrada de efectivo. Sin embargo, tu capital no aumenta hasta que recibes el dinero. - Inventario: ya has pagado por estos bienes. Cada producto no vendido representa dinero en efectivo que no circula.
- Cuentas por pagar: es la otra cara de los componentes anteriores. Las cuentas por pagar son tus facturas pendientes; las cantidades que debes a proveedores o prestadores de servicios. Los plazos de pago más largos permiten mantener efectivo disponible.
Estos cuatro componentes, efectivo, cuentas por cobrar, existencias y cuentas por pagar, están en constante movimiento. He aquí algunos ejemplos de lo que podrías hacer con cada uno:
- Utiliza efectivo para comprar materias primas.
- Convierte materiales en productos o servicios.
- Realiza una venta, pero con condiciones a 30 días.
- Espera a que se pague la factura.
Este es el ciclo del capital circulante. El objetivo es mantener el capital en movimiento para que el efectivo evite retrasos. Por ejemplo, los desajustes temporales, que pueden incluir un inventario de venta lenta, clientes que pagan tarde o facturas que vencen antes de que recibas el efectivo, suelen ralentizar el ciclo y reducir la liquidez. Una empresa en crecimiento y rentable puede seguir estando escasa de fondos si tiene demasiado capital inmovilizado en existencias o cuentas por cobrar.
La gestión del capital circulante implica ajustar el ciclo para que envíes dinero y este regrese rápidamente, sin problemas. Unas operaciones ágiles, pero firmes, pueden proporcionar una flexibilidad que te permita esperar, contratar, comprar o invertir sin esperar a que los clientes paguen.
He aquí algunas formas de apoyar una gestión eficaz del capital circulante:
- Negocia plazos de pago más largos con los proveedores.
- Cobra los pagos más rápidamente con recordatorios automáticos o incentivos por pago anticipado.
- Mejora la rotación del inventario para realizar previsiones más precisas y reducir el exceso de pedidos.
- Controla las relaciones (por ejemplo, cuánto tiempo permanece el dinero en el inventario o en las cuentas por cobrar antes de volver a convertirse en efectivo).
¿Por qué el capital circulante importa más que la rentabilidad en algunos casos?
La rentabilidad indica si tu modelo de negocio funciona. El capital circulante indica si tu empresa puede seguir funcionando. Estas dos cualidades no siempre coinciden. Por ejemplo, tu empresa puede parecer rentable, pero no tener suficiente liquidez cuando el dinero se invierte en existencias que se mueven con lentitud, facturas impagas o costos iniciales que no reportan beneficios rápidamente. Así pues, el capital circulante a menudo importa más a corto plazo porque refleja cuánto puedes gastar realmente.
He aquí algunos escenarios en los que el capital circulante importa más que los beneficios:
Empresas de alto crecimiento con entradas de efectivo retardadas
En este escenario, tu negocio vende más y los márgenes parecen estupendos. Sin embargo, no recibes pagos lo suficientemente rápido. Si tienes que adquirir inventario y contratar personal antes de que los clientes liquiden sus facturas, gastarás el efectivo más rápido de lo que entra. Los beneficios no cubrirán las nóminas si el dinero aún no está en tu cuenta.
Negocios estacionales con ingresos desiguales
Los ingresos de tu empresa alcanzan su punto álgido durante un trimestre y descienden durante el resto, pero aún así tienes que cubrir los costos de todo el año. Aunque el negocio acabe el año con beneficios, es posible que agotes tu capital circulante intentando pagar los gastos fuera de temporada.
Startups que invierten mucho en crecimiento
Muchas startups son intencionadamente poco rentables en sus primeras etapas. El capital circulante, generalmente procedente de inversores o de financiaciones a corto plazo, las mantiene solventes. Técnicamente, estos negocios pueden perder dinero durante un tiempo, siempre que tengan liquidez para seguir construyendo.
Empresas con retrasos en la cadena de suministro o gastos repentinos
Los problemas inesperados, como retrasos en los envíos, clientes que pagan tarde y roturas de equipos, pueden afectar a las empresas. Si no dispones de suficiente capital circulante, estos acontecimientos pueden convertirse en problemas importantes.
El capital circulante ofrece opciones. Te permite esperar, adaptarte o asumir riesgos. Sin este, te verás obligado a tomar decisiones a corto plazo, como descontar para recibir pagos más rápido, reducir la contratación o aplazar inversiones importantes.
Existen herramientas tales como Stripe Capital para llenar los vacíos de liquidez cuando los ingresos y los gastos no se alinean. Las empresas pueden acceder a una financiación flexible vinculada a tus volúmenes de ventas y mantener el flujo de caja sin contraer deudas innecesarias a largo plazo.
¿Cómo calcular correctamente el capital circulante?
Esta es la fórmula para calcular el capital circulante:
Capital circulante = Activo circulante - Pasivo circulante.
He aquí lo que incluye cada uno de estos términos:
Activo circulante
Se trata de recursos que esperas convertir en efectivo en los próximos 12 meses. He aquí algunos activos que entran en esta categoría:
- Efectivo y equivalentes de efectivo
- Cuentas por cobrar (es decir, facturas impagas)
- Inventario que planeas vender
- Inversiones a corto plazo o gastos pagados por adelantado (por ejemplo, seguros, comisiones de software)
Considera cuidadosamente lo que debe incluirse en este total. El inventario obsoleto o de movimiento lento puede no ser tan actual como parece. Además, los clientes que habitualmente pagan tarde podrían afectar al historial de tus cuentas por cobrar. Si no vas a recibir realmente efectivo de un recurso en los próximos 12 meses, no lo incluyas en la lista de activos actuales.
Pasivo circulante
Se trata de obligaciones que vencen en los próximos 12 meses. He aquí algunos pasivos que encajan en esta categoría:
- Cuentas por pagar (es decir, tus facturas impagas)
- Gastos devengados (es decir, salarios devengados, pero aún no pagados, impuestos adeudados)
- Préstamos a corto plazo o líneas de crédito
- La parte actual de cualquier deuda a largo plazo
También debes considerar qué debe incluirse en este total para representar con exactitud la liquidez. Los titulares de empresas que olviden incluir los próximos pagos de deudas o las obligaciones fiscales harán que tus posiciones parezcan más fuertes de lo que son.
Ejemplo de cálculo
Si tienes $500,000 en activos actuales y $350,000 en pasivos actuales, tu capital circulante es de $150,000. Es la cantidad que queda después de cubrir las obligaciones a corto plazo.
El capital circulante cambia diariamente a medida que cobras los pagos, repones existencias o pagas facturas. Por ello, muchas empresas realizan un seguimiento constante. Los usuarios de Stripe, por ejemplo, pueden ver el flujo de caja en tiempo real en el Dashboard de Stripe. Esto incluye los ingresos entrantes, las próximas transferencias y la cantidad de efectivo disponible después de los pasivos. El Dashboard ofrece una visión activa de tu capital circulante.
Un capital circulante sólido te permite tomar decisiones desde una posición estable. En los negocios, tener ese tipo de visibilidad y flexibilidad puede ser valioso.
El contenido de este artículo tiene solo fines informativos y educativos generales y no debe interpretarse como asesoramiento legal o fiscal. Stripe no garantiza la exactitud, la integridad, adecuación o vigencia de la información incluida en el artículo. Si necesitas asistencia para tu situación particular, te recomendamos consultar a un abogado o un contador competente con licencia para ejercer en tu jurisdicción.