Los impuestos corporativos se gravan de las ganancias de una empresa, que son los ingresos restantes después de deducir los gastos operativos, los pagos de intereses y las inversiones. Las tasas impositivas corporativas elevadas pueden reducir las ganancias netas, lo que dificulta la expansión de las operaciones, la inversión en nuevas tecnologías o la contratación de personal adicional. En sectores muy competitivos, las empresas suelen trasladar el costo de los impuestos más elevados a los clientes mediante el aumento de los precios.
El gobierno de EE. UU. utiliza el dinero de los impuestos corporativos para brindar servicios públicos, construir infraestructura como carreteras, financiar sistemas legales y apoyar la educación. Un sistema fiscal corporativo bien estructurado puede alentar a las empresas a adoptar prácticas más sostenibles y socialmente beneficiosas al proporcionar incentivos para la investigación y el desarrollo, iniciativas de energía verde o inversiones comunitarias.
A continuación, analizaremos qué estados de EE. UU. tienen tasas impositivas corporativas bajas, cuáles tienen tasas impositivas elevadas y qué deben tener en cuenta las empresas a la hora de decidir dónde establecer sus operaciones.
¿Qué contiene este artículo?
- Por qué cada estado cobra tasas impositivas corporativas diferentes
- Qué se debe tener en cuenta a la hora de elegir un estado en cuanto a su estructura fiscal
- Estados con las tasas impositivas corporativas más bajas
- Estados con las tasas impositivas corporativas más elevadas
Por qué cada estado cobra tasas impositivas corporativas diferentes
Cada estado cobra diferentes tasas impositivas corporativas por una variedad de razones, como las siguientes:
Desarrollo económico: los estados suelen utilizar tasas impositivas corporativas más bajas como un incentivo para atraer a las empresas y estimular el crecimiento económico. Al proporcionar un entorno fiscal más favorable, los estados esperan atraer a las empresas para que reubiquen o amplíen sus operaciones dentro de sus fronteras. Esto puede crear puestos de trabajo y aumentar los ingresos fiscales de otras fuentes.
Necesidades presupuestarias: los estados tienen diferentes necesidades presupuestarias según el tamaño de su población, los requisitos de infraestructura, los programas sociales y otros gastos. Las tasas impositivas corporativas más elevadas pueden generar más ingresos para financiar estas iniciativas.
Ideología política: los estados con posturas más conservadoras o proempresariales pueden preferir las tasas impositivas corporativas más bajas, por considerar que esto promueve la libertad económica y fomenta la inversión. Los estados con ideologías más liberales o progresistas pueden preferir las tasas más elevadas para financiar programas sociales y abordar la desigualdad de ingresos.
Competencia fiscal: los estados suelen tratar de atraer empresas e inversiones ofreciendo tasas impositivas más bajas que sus estados vecinos. Esto puede causar una «carrera hacia el abismo», en la que los estados bajan continuamente sus tasas para seguir siendo competitivos.
Combinación de impuestos: los estados dependen de una combinación de diferentes impuestos para generar ingresos, como el impuesto sobre la renta corporativa, el impuesto sobre la renta personal, el impuesto sobre las ventas y el impuesto sobre la propiedad. La importancia relativa de cada impuesto en la estructura general de ingresos de un estado puede influir en la tasa impositiva corporativa. Un estado que depende en gran medida del impuesto sobre la renta personal o del impuesto sobre las ventas puede permitirse una tasa impositiva corporativa más baja que la de un estado que depende más del impuesto sobre la renta corporativa.
Qué se debe tener en cuenta a la hora de elegir un estado en cuanto a su estructura fiscal
A continuación, te presentamos algunas consideraciones clave para evaluar los entornos fiscales de los estados en los que puedes establecer tu empresa.
Carga fiscal general
Ten en cuenta tanto el impuesto sobre la renta corporativa como otros impuestos, como el impuesto sobre las ventas, el impuesto sobre la propiedad, el impuesto sobre los ingresos brutos, el impuesto sobre el seguro de desempleo y cualquier impuesto específico del sector. Ten en cuenta también los incentivos o créditos fiscales para los que tu empresa puede ser elegible.
Estructura empresarial
Si tu empresa es una entidad de transferencia, como una sociedad de responsabilidad limitada (LLC) o una sociedad de tipo S, los ingresos de la empresa se transfieren a los propietarios y se gravan en sus declaraciones de impuestos personales. En este caso, ten en cuenta las tasas del impuesto sobre la renta corporativa y personal del estado.
Si tu empresa es una corporación, entonces la tasa del impuesto sobre la renta corporativa es tu preocupación principal. Pero también debes tener en cuenta la tasa del impuesto sobre la renta personal si recibes dividendos o salarios de la empresa.
Consideraciones específicas del sector
Si tu empresa se dedica a la fabricación, busca estados que tengan incentivos fiscales para los fabricantes, como reducciones de los impuestos sobre la propiedad y exenciones de los impuestos sobre las ventas en equipos de fabricación. Las empresas tecnológicas pueden beneficiarse de los estados con créditos fiscales a la investigación y el desarrollo o con incentivos para la inversión en infraestructuras tecnológicas. Para las empresas minoristas, es importante tener en cuenta las tasas de los impuestos sobre las ventas y los hábitos de gasto de los clientes.
Crecimiento futuro
Ten en cuenta si la estructura fiscal del estado seguirá siendo favorable a medida que tu empresa crezca. ¿Estarás sujeto a tasas impositivas más elevadas o perderás la elegibilidad para ciertos incentivos a medida que aumenten tus ingresos? Además, investiga el historial de la política fiscal del estado: ¿la política se mantuvo consistente o hubo cambios importantes en las tasas impositivas y la normativa?
Factores adicionales
Los siguientes factores también pueden determinar el costo de establecer tu empresa en un estado en particular:
Costo de vida: el costo de vida en un estado puede influir en los gastos de la empresa, como los salarios y el alquiler.
Disponibilidad de la fuerza laboral: la disponibilidad de la fuerza laboral calificada en tu sector puede afectar tus ganancias.
Entorno normativo: algunos estados tienen una normativa más engorrosa que otros, lo que puede afectar las operaciones comerciales.
Estados con las tasas impositivas corporativas más bajas
Los estados con menos cargas fiscales para las empresas suelen tener una combinación de impuestos sobre la renta corporativa bajos, impuestos sobre la renta personal y otros impuestos relacionados con las empresas. A continuación, te presentamos los ejemplos más notables.
Estados sin impuesto sobre la renta corporativa
Nevada: no tiene impuestos sobre la renta corporativa o personal, aunque sí tiene un impuesto sobre los ingresos brutos y una tasa del impuesto sobre las ventas elevada.
Ohio: no tiene impuestos sobre la renta corporativa, pero impone un impuesto sobre los ingresos brutos estatal. Esto puede ser ventajoso para las empresas con márgenes de beneficio elevados pero menores ventas generales.
Dakota del Sur: no tiene impuestos sobre la renta corporativa o personal, tasas de los impuestos sobre la propiedad bajas y una tasa del impuesto sobre las ventas competitiva.
Texas: no tiene un impuesto sobre la renta corporativa o personal, pero sí impone un impuesto sobre los ingresos brutos.
Washington: no tiene un impuesto sobre la renta personal o corporativa, pero sí tiene un impuesto sobre los ingresos brutos para las empresas.
Wyoming: no tiene impuestos sobre la renta corporativa o personal. También tiene impuestos sobre la propiedad bajos y una tasa del impuesto sobre las ventas competitiva.
Estados con impuesto sobre la renta corporativa bajo
Colorado: tiene una tasa del impuesto sobre la renta corporativa del 4.4 %, una tasa del impuesto sobre las ventas estatal baja y una tasa del impuesto sobre la propiedad baja.
Florida: no tiene un impuesto sobre la renta personal, una tasa del impuesto sobre la renta corporativa del 5.5 %, una tasa del impuesto sobre las ventas moderada y varias exenciones que benefician a las empresas.
Misuri: tiene una tasa del impuesto sobre la renta corporativa baja del 4 %, una tasa del impuesto sobre la propiedad baja y una tasa del impuesto sobre las ventas estatal relativamente baja.
Carolina del Norte: tiene la tasa del impuesto sobre la renta corporativa más baja del país, con un 2.5 %.
Oklahoma: tiene una tasa del impuesto sobre la renta corporativa baja del 4 %, una tasa del impuesto sobre la propiedad baja y una tasa del impuesto sobre las ventas estatal relativamente baja.
Carolina del Sur: tiene una tasa del impuesto sobre la renta corporativa baja del 5 % y ofrece varios créditos e incentivos para empresas que operan en ciertos sectores o participan en actividades específicas.
Utah: tiene una tasa del impuesto sobre la renta corporativa baja del 4.55 % y una tasa del impuesto sobre las ventas estatal moderada.
Estados con las tasas impositivas corporativas más elevadas
Los estados con las tasas impositivas corporativas más elevadas suelen tener una normativa y costos adicionales que las empresas deben tener en cuenta. A continuación, te presentamos algunos de los estados con las tasas impositivas corporativas más elevadas:
Alaska: si bien Alaska tiene algunas ventajas fiscales, como la falta del impuesto sobre las ventas estatal o un impuesto sobre la renta personal, su tasa del impuesto sobre la renta corporativa oscila entre el 0 % y el 9.4 %, según los ingresos de la empresa.
California: conocido por su entorno regulatorio complejo, California también tiene una tasa del impuesto sobre la renta corporativa elevada del 8.84 % que se aplica a la mayoría de las corporaciones.
Illinois: impone una tasa del impuesto sobre la renta corporativa plana del 7.0 %, más un impuesto de reemplazo sobre bienes personales del 2.5 %, lo que hace que la tasa impositiva corporativa sea del 9.5 %.
Minnesota: tiene una tasa del impuesto sobre la renta corporativa del 9.8 %, la más elevada del país. La estructura fiscal del estado puede ser complicada, con varios tramos y tasas para el impuesto sobre la renta personal.
Nueva Jersey: la tasa del impuesto sobre la renta corporativa oscila entre el 6.5 % y el 9.0 %, según los ingresos de la empresa.
Pensilvania: tiene una tasa del impuesto sobre la renta corporativa plana del 7.99 %, que era del 9.99 % en 2022.
El contenido de este artículo tiene solo fines informativos y educativos generales y no debe interpretarse como asesoramiento legal o fiscal. Stripe no garantiza la exactitud, la integridad, adecuación o vigencia de la información incluida en el artículo. Si necesitas asistencia para tu situación particular, te recomendamos consultar a un abogado o un contador competente con licencia para ejercer en tu jurisdicción.