Aproximadamente 200,000 sociedades de derecho civil (GbR) operan bajo registro en las autoridades de conducta financiera de Alemania. Además, hay un gran número de asociaciones privadas que operan en forma de las llamadas sociedades del Código Civil Alemán (BGB). El beneficio de optar por una constitución de GbR es que es flexible y no demasiado compleja, pero aún hay varios requisitos legales con los que lidiar. Aquí son de especial importancia las preguntas de la persona que dirige la empresa y que está autorizada a representar a la empresa externamente. Esto se debe a que estas regulaciones específicas determinan la capacidad de la empresa para realizar negocios diarios y proporcionan una red de seguridad para los socios, protegiendo sus derechos.

En este artículo, se explica la diferencia entre gestionar y actuar en nombre de una GbR, incluido quién dirige el negocio y quién puede abogar por la empresa. También explicaremos cómo transferir la responsabilidad de supervisar la operación a socios individuales, junto con las ventajas de este enfoque. Además, te mostraremos qué opciones tienes para transmitir el poder de representación a personas que no son socios.

¿Qué contiene este artículo?

• ¿Quién puede gestionar una GbR?
  
• ¿Cómo se puede transferir la gestión a socios particulares?
  
• ¿Cuáles son las ventajas de transferir la gestión a una sola persona?
  
• ¿Cuál es la diferencia entre gestionar y representar una GbR?
  
• ¿Quién puede representar una GbR?
  
• ¿Cómo se transfiere el poder de representación a los no socios?
  

¿Quién puede gestionar una GbR?

En principio, todos los socios de una GbR comparten autoridad de gestión conjunta, lo que significa que juntos deciden sobre asuntos que afectan a la estructura interna de la organización para garantizar que cada miembro tenga la misma influencia sobre asuntos importantes.

Sin embargo, el acuerdo de asociación puede incluir otras disposiciones. Por ejemplo, puede transferir la supervisión únicamente a socios individuales. También es posible limitarla a varias personas. Este enfoque permite a la empresa ser flexible y, al mismo tiempo, regular eficientemente los procesos de toma de decisiones.

¿Cómo se puede transferir la gestión a socios particulares?

La autoridad de gestión gobierna quién maneja qué internamente y define claramente sus actividades. El acuerdo también define qué actividades y acciones califican como asuntos internos y las asigna a la responsabilidad de la gerencia.

Gestión conjunta

En principio, la legislación alemana estipula un sistema de gestión conjunta, en virtud del cual varios miembros supervisan colectivamente los asuntos de la GbR. Cada paso requiere el consentimiento de todos los gerentes, en cuyo caso hablamos de supervisión colectiva unánime, o los socios pueden acordar que, en el caso de la gestión conjunta mayoritaria, es suficiente una decisión mayoritaria.

Autoridad de gestión limitada

Cuando se constituye una GbR en Alemania, el acuerdo puede asignar responsabilidades específicas a socios particulares, por ejemplo, la autoridad de cada persona podría estar restringida a deberes o actividades particulares, a menudo cuantificados por límites monetarios: los socios pueden autorizar transacciones hasta un cierto importe, mientras que las sociedades más grandes requieren la aprobación colectiva de cada miembro.

Gestión particular

Otro acuerdo es la autoridad de gestión particular, que permite a los socios actuar de forma independiente sin obtener el consentimiento previo de los demás, pero los miembros restantes conservan el derecho a oponerse a esas acciones, mientras que los que están totalmente excluidos de la supervisión no tienen ese derecho.

Gestión provisional

La gestión provisional puede ser necesaria en casos que requieran medidas urgentes para salvaguardar los activos de la sociedad colectiva o abordar una amenaza inminente para la empresa. En estas situaciones, los socios particulares pueden tomar medidas sin necesidad del consentimiento de los demás. El objetivo es evitar consecuencias graves derivadas de la incapacidad de la organización para actuar en caso de emergencia. Son ejemplos típicos de gestión provisional la reparación inmediata de una tubería de agua reventada en las instalaciones de la empresa o la defensa de reclamaciones a tiempo mediante la presentación de un recurso legal sujeto a un plazo fijo.

¿Cuáles son las ventajas de transferir la gestión a una sola persona?

La gestión conjunta suele resultar engorrosa en la práctica, ya que cada participante debe participar en cada decisión, ya sea por unanimidad o por mayoría de votos, lo que podría obstaculizar la capacidad de la GbR para operar de manera eficiente en el día a día. Por lo tanto, transferir la gestión a un solo particular tiene las siguientes ventajas:

• Procesos de toma de decisiones más rápidos: una sola persona puede actuar de inmediato sin pasar horas o días buscando aprobación, acelerando las decisiones rutinarias y mejorando la capacidad de respuesta de la GbR en las operaciones diarias.

• Elusión de barreras para las decisiones: si varias personas tienen la misma responsabilidad de supervisión, entonces siempre existe el riesgo de enfrentamientos entre diferentes intereses o puntos de vista. Las deliberaciones pueden ralentizar en gran medida el proceso o, en el peor de los casos, impedir que se alcance una resolución. La gerencia particular reduce la necesidad de consenso y evita que la empresa se paralice.

• Autoridades claras: poner la gestión en manos de individuos crea estructuras definidas. Las divisiones claras de autoridad eliminan el solapamiento y la ambigüedad sobre quién toma las decisiones y quién representa a la empresa de cara al exterior, simplificando la coordinación interna y reduciendo los conflictos entre los miembros. También afirma una apariencia profesional de cara al exterior al indicar claramente a los socios comerciales con quién pueden ponerse en contacto.

• Aumento de la eficiencia: otra buena razón para optar por la supervisión unipersonal es el potencial de aumentar la eficiencia. La gerencia particular acorta las vías de toma de decisiones, evita la pérdida de fricción y simplifica los flujos de trabajo. La verdadera recompensa ocurre cuando una situación requiere una acción rápida, como solicitudes de último momento de los clientes, negociaciones contractuales o cambios inesperados en el mercado. En estas situaciones, concentrar la capacidad de elegir la GbR crea la velocidad necesaria para aprovechar las oportunidades y mitigar los riesgos a tiempo.

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¿Cuál es la diferencia entre gestionar y representar una GbR?

Gestionar una GbR implica llevar a cabo todos los pasos necesarios para dirigir la empresa día a día a fin de lograr el objetivo común. Como resultado, abarca todas las operaciones internas. Esto incluye elecciones organizacionales sobre el uso de los recursos y medidas relacionadas con el trabajo continuo. Para ilustrarlo, la gerencia suele decidir sobre la adquisición, la ejecución de contratos o la contratación de nuevos colegas.

Representar una GbR no se trata solo del funcionamiento interno de una empresa, sino también de la apariencia externa de una empresa. Gobierna quién está autorizado a celebrar contratos, emitir declaraciones o contraer obligaciones legalmente vinculantes en nombre de la sociedad colectiva.

Es fundamental contar con definiciones claras; de ahí que la gerencia se trate de organizar las operaciones internas de la empresa, mientras que la representación se trata de quién puede interactuar con las partes externas. Eso significa que una persona que es responsable internamente de la supervisión no está autorizada automáticamente a abogar por ella externamente. Del mismo modo, un poder de representación puede ser más o menos restrictivo que una autoridad de gerencia.

¿Quién puede representar una GbR?

La representación externa en una GbR rige quién está autorizado a realizar transacciones legales vinculantes. Por defecto, cada miembro comparte la autoridad conjunta para actuar en nombre de la sociedad colectiva, a menos que el acuerdo indique lo contrario, ya que los derechos de representación derivan de la autoridad de gestión. Esto significa, en términos generales, que todos los socios tienen el mismo derecho a celebrar contratos externos o a emitir declaraciones vinculantes para la GbR.

Aun así, a menudo tiene sentido en la práctica establecer normas específicas en torno a la designación, ya que el acuerdo de asociación es una forma de otorgar a determinadas personas el poder de representación única o limitar esos derechos a varios miembros.

Este margen de maniobra es primordialmente relevante en términos de las consecuencias legales que conlleva la representación. Quien actúe en nombre de la GbR asume un compromiso no solo por sí mismo, sino por todos los socios. Dado que cada miembro tiene responsabilidad personal e ilimitada, contar con reglas explícitas sobre representación es fundamental para minimizar el riesgo.

¿Cómo se transfiere el poder de representación a los no socios?

La GbR se rige por el principio de gestión interna: la responsabilidad de la gestión de la empresa recae exclusivamente en los propios socios; si bien el contrato puede excluir a los socios particulares de la supervisión, la ley no permite revocar la autoridad de gestión a todos los miembros y transferirla en su totalidad a un tercero.

Dicho esto, en la práctica, muchas empresas contratan especialistas externos para aprovechar su experiencia o reducir la carga de trabajo de los miembros. El acuerdo se formaliza a través de un contrato, lo que permite a un tercero asumir funciones de supervisión completas en virtud de un acuerdo de servicios o empleo. Estas personas actúan como agentes designados, facultados para dirigir operaciones y representan a la GbR externamente.

Aunque, desde el punto de vista legal, la gerencia permanece con los socios en este caso. Siguen teniendo plena responsabilidad y son personalmente responsables de las decisiones tomadas. En cierta medida, los representantes involucrados actúan con carácter «temporal» y en el marco de un poder contractualmente designado.