Impuestos empresariales

Obtén información sobre los tipos de declaraciones de impuestos que deben presentar las empresas de los EE. UU. y cómo justificarlas.

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Patrick McKenzie

Patrick fundó cuatro empresas de software que operan a nivel internacional. Actualmente, trabaja en para Stripe y se ocupa de Atlas.

  1. Introducción
  2. ¿Qué es la planificación fiscal?
  3. Franchise Tax en Delaware
  4. Impuesto sobre las ventas (sales tax)
  5. Impuestos corporativos (Corporate income tax)
  6. Impuestos federales sobre la renta a una LLC (LLC federal income tax)
  7. Números de identificación fiscal
  8. Declaraciones informativas
  9. ¿Qué son los precios de transferencia?
    1. Precios justos
    2. Ejemplos de precios de transferencia
  10. Auditorías
  11. Los impuestos están en constante cambio

A ningún propietario de una empresa le entusiasma el trabajo que implica calcular impuestos (y menos aún las cantidades a pagar). Sin embargo, declarar y pagar impuestos es una obligación legal y una responsabilidad que asumida por quienes emprenden, como parte de los beneficios de vivir en sociedad.

Para quienes están comenzando un negocio, el tema de los impuestos puede parecer intimidante. No obstante, queremos ayudarte a desmitificar el proceso, explicando de forma clara qué, cómo y cuánto se debe pagar en impuestos, y principalmente, cómo hacerlo de manera más sencilla posible.

PwC, una de las empresas de servicios contables más importantes del mundo, es socio fiscal y contable de Stripe Atlas. Algunas de las secciones que encontrarás a continuación están basadas en una guía sobre impuestos elaborada por PwC para usuarios de Atlas. Si usas Stripe Atlas, puedes acceder a la guía completa.

Existen muchos tipos de impuestos a nivel mundial, pero en esta guía nos enfocaremos en aquellos en los que probablemente deba pagar una entidad corporativa en Estados Unidos. Quienes administran una empresa pueden beneficiarse económicamente mediante el salario que reciben, dividendos o ganancias de capital. Es importante también cumplir con tus obligaciones fiscales personales.

Los contadores profesionales tienen como función principal ayudarte a calcular correctamente los impuestos que debes pagar. Esta guía no sustituye el asesoramiento profesional de tu contador. Contar con un contador de confianza puede ahorrarte dinero y reducir el estrés.

¿Qué es la planificación fiscal?

Aunque parezca un poco sorprendente para los empresarios, suelen existir varias formas de aplicar las leyes fiscales a las circunstancias económicas de cada empresa y, en función de cómo se apliquen, las cantidades de impuestos por pagar podrían variar. Los contadores ayudan a las empresas a tener una situación fiscal que cumpla con la ley y, al mismo tiempo, sea lo más eficiente posible respecto al importe de impuestos por pagar.

La planificación de la situación fiscal suele comenzar mucho antes de que haya que pagar impuestos o incluso de que se realicen las transacciones. Por ejemplo, si quieres repartir acciones entre tus empleados (para atraer mejores perfiles y recompensarlos por el éxito de la empresa), debes tomar decisiones importantes sobre la estructura de la empresa en el momento de constituirla (quizá, incluso antes de contratar al primer empleado) aunque el valor de ese capital (y las consecuencias fiscales para esos empleados) podrían materializarse cinco o diez años más tarde.

No solo espera que las empresas planifiquen sus impuestos, sino que se trata de una obligación legal. Como escribió el juez Learned Hand en 1934 resumiendo siglos de precedentes:

Cualquier persona tiene derecho a gestionar su negocio para minimizar impuestos; no está obligado a elegir el modelo que mejor pague a la agencia tributaria. De hecho, pagar más impuestos de los requeridos no es ni siquiera un deber patriótico.
Los tribunales han afirmado una y otra vez que no hay nada malo en gestionar un negocio de modo que los impuestos sean lo más bajos posible. Todos lo hacen, ricos y pobres por igual, y no hay ningún problema con ello; nadie tiene un deber público de pagar más de lo que exige la ley.

Sin embargo, las agencias tributarias suelen ver con desaprobación las estructuras fiscales abusivas, en las que la única justificación de alguna acción de la empresa es eludir impuestos, y pueden imponer sanciones importantes cuando esto ocurre.

Los impuestos pueden ser un tema muy complicado. Por ello, deberías pedirle a tu contador o abogado que revisen los cambios importantes en tu estrategia fiscal para que puedan decirte si estás haciendo algo normal en tu país o sector, o si corres un mayor riesgo de que las agencias tributarias pertinentes consideren que tus declaraciones no son suficientes.

Franchise Tax en Delaware

Delaware, al igual que muchos estados, cobra su Franchise Tax a todas las empresas constituidas en su territorio. Aunque una traducción literal podría hacer pensar que solo aplica a franquicias, este impuesto afecta a diversos tipos de empresas. En cierto sentido, puede considerarse como una cuota anual para renovar el registro de la empresa (de hecho, en algunos estados, a este impuesto no se le denomina «tax», sino «fee»).

Si bien casi todos los impuestos se calculan en función de los ingresos o los beneficios. Franchise Tax es diferente. Hay dos formas de calcularlo y ambas empiezan con un importe relativamente bajo y va aumentando según la complejidad de la empresa.

Puedes calcular este impuesto en menos de dos minutos. Las reglas y fórmulas para hacerlo se encuentran en el sitio web oficial del estado de Delaware.

Por lo general, las empresas que se constituyen mediante Stripe Atlas deben pagar el impuesto mínimo según el método del valor nominal asumido (en la web del estado lo encontrarás como «Assumed Par Value»).

El Franchise Tax se debe pagar junto con la presentación del informe anual, antes del 1 de marzo de cada año. Las declaraciones de impuestos empresariales en EE. UU. suelen vencer el 15 de abril (suponiendo que tu ejercicio fiscal corresponda con el año del calendario). Por lo general, es más fácil presentar el Franchise Tax cuando se prepara la declaración de impuestos empresariales, que estará hecha y lista en algún momento de febrero (si se organiza bien).

Los empresarios pueden presentar su propio informe anual y el Franchise Tax de forma fácil a través del sitio web de Delaware, en la mayoría de los casos sin necesidad de asesoramiento profesional. Tu contador también puede hacerlo en tu nombre, es posible que tengas que pagar un importe adicional por este servicio (que suele rondar los $ 100 dólares).

Las sociedades de responsabilidad limitada (LLC) constituidas mediante Stripe Atlas suelen pagar un impuesto anual a las LLC de Delaware de $ 300 dólares y tienen hasta el 1 de junio de cada año para hacerlo.

Impuesto sobre las ventas (sales tax)

¡Agárrate que aquí empieza lo complicado!

En Estados Unidos, las empresas pueden estar obligadas a cobrar el impuesto sobre las ventas tanto de su jurisdicción local (ciudad, condado, etc.) como del estado. Esto aplica en todas las jurisdicciones donde se cumplen dos condiciones: a) se realiza una transacción y b) la empresa tiene un «nexo» o una conexión con la jurisdicción en cuestión.

En general, las empresas en línea solo tienen un vínculo en los lugares donde disponen de una propiedad física o empleados que trabajan en su nombre. Sin embargo, cada vez son más los estados que están cambiando sus leyes para ampliar lo que implica tener un vínculo y, como consecuencia, exigen que más vendedores cobren y remitan este impuesto. Puedes tener un vínculo (que también se le conoce como «nexus») por el simple hecho de haber constituido la empresa en un estado, por tener clientes en él o por recompensar a personas en ese estado que han enviado clientes a tu sitio web. Cada estado tiene sus propias reglas sobre qué actividad constituye un vínculo. Aquí tienes más información sobre cómo y dónde darte de alta para recaudar impuestos.

Una vez que te hayas dado de alta en un estado, por lo general se te exigirá que cobres el impuesto a tus clientes, muestres en cada transacción el importe de impuestos que cobras y envíes ese importe al organismo público correspondiente de manera mensual o trimestral.

Muchas localidades de EE. UU. también aplican un «impuesto sobre el uso», similar al impuesto sobre las ventas (aunque se le denomina «use tax», es prácticamente idéntico al «sales tax»). La principal diferencia es que el impuesto sobre el uso lo paga el cliente en una transacción, no el vendedor. Los clientes deben indicar a su agencia tributaria local lo siguiente: «Estoy usando bienes que compré fuera de esta jurisdicción; este es el pago del impuesto». Algunas personas creen que los requisitos en materia de impuestos sobre el uso son los mínimos, pero, si tu empresa está en algún estado de EE.UU., es posible que tengas una obligación de presentar alguna declaración al respecto. Para asegurarte, consulta con el organismo tributario correspondiente de tu estado, ciudad o condado.

La complejidad de la presentación del impuesto sobre las ventas depende en gran medida de las características específicas de tu empresa, incluido qué vendes, cómo registras las ubicaciones de las transacciones o de los compradores, qué tan fácil es determinar dónde se encuentran el vínculo o los vínculos de tu empresa, etcétera. Por regla general, la mayoría de las empresas en línea delegan la declaración del impuesto sobre las ventas al mismo contador que se encarga de la declaración del impuesto a los ingresos corporativos. Este servicio suele costar unos cientos de dólares al mes, pero dependerá de la complejidad de cada empresa.

Impuestos corporativos (Corporate income tax)

Los beneficios de las corporaciones tipo C tributan a nivel federal y estatal. El formulario principal para la declaración federal es el 1120.

Algunas declaraciones de impuestos o presentaciones gubernamentales son muy sencillas y uno mismo puede hacerlas. Este no es el caso. Aunque parezca sencillo, es absolutamente necesario que un profesional fiscal o un contador participen en la preparación de cualquier declaración de impuestos corporativos. Es bastante fácil cometer errores que tengan consecuencias, y solucionarlos será una distracción durante la gestión de tu empresa. Además, hay varias formas de clasificar determinados asuntos que, si bien no son errores, darán lugar al pago de importes excesivos de impuestos en comparación con otras formas igualmente válidas de clasificar los mismos datos económicos.

El impuesto sobre la renta solo se aplica a los beneficios, no a los ingresos. En términos generales, los beneficios son los ingresos menos los gastos. La mayor parte de las compras en nombre de la empresa, incluidos los salarios del equipo fundador y los empleados, pueden deducirse inmediatamente como gastos.

Un número relativamente menor de actividades no se pueden cargar como gastos, sino que tienen que capitalizarse. Su costo inicial (en general, elevado) se distribuye entre la empresa a lo largo de la vida útil de la actividad. También se denomina «depreciación» o «amortización». Las empresas en línea no suelen tener gastos de capital importantes al principio de su actividad, sobre todo porque las fuentes históricas de gastos de capital (servidores, equipos de red, desarrollo de software personalizado, etc.) se alquilan cada vez más a proveedores de servicios en la nube por sumas de dinero bastante pequeñas (que se pueden declarar como gastos).

Recuerda que siempre puedes pedir ayuda a tu gestoría: te aconsejarán de manera confiable sobre si debes amortizar algún gasto en concreto.

Si tienes presencia física en algún estado en EE. UU., es posible que tu empresa tenga que pagar impuestos a los ingresos estatales además de los federales. Tu contador puede asesorarte sobre si tu empresa tiene la obligación de presentar declaraciones en estados en los que existe físicamente o desarrolla su actividad, así como ayudarte a preparar esas declaraciones. Algunos estados se han vuelto más rigurosos a la hora de afirmar que la actividad en línea puede, en algunas circunstancias, dar lugar a un requisito de presentación de impuestos.

Impuestos federales sobre la renta a una LLC (LLC federal income tax)

Por lo general, los beneficios de una LLC se transfieren a los propietarios y se gravan en sus declaraciones de impuestos federales de dichos propietarios. La agencia tributaria estadounidense (ISR) trata a las LLC con un solo propietario como "entidades excluidas" (la IRS les llama disregarded entities) y a las LLC con varios propietarios como "sociedades" (partnerships). Aunque los beneficios de una LLC pertenecen a los propietarios, es posible que la LLC como tal tenga que presentar una declaración de impuestos. Por ejemplo, una LLC cuyo único propietario sea una persona física no residente en EE. UU. deberá presentar el formulario 5472 ante el IRS, y las LLC propiedad de varios socios deberán presentar una declaración para sociedades mediante el formulario 1065.

Al igual que con los impuestos federales para una sociedad tipo C, sin dudas debes contar con un contador que colabore en la preparación de cualquier declaración de impuestos federales relacionados con los beneficios que obtienes por tu LLC. La declaración fiscal depende de cómo se haya constituido la LLC, y es fácil pasar por alto dónde es necesario declarar o cómo se asignan los beneficios a los propietarios de la empresa.

Una de las ventajas de las LLC es que ofrecen flexibilidad en cuanto a la tributación de los beneficios. Por ejemplo, las LLC tienen la opción de presentar una elección ante el IRS para tributar como una sociedad tipo C. Si te interesa esta opción, te recomendamos que te comuniques con un asesor fiscal para comprender las implicaciones fiscales y los requisitos para hacerlo.

Números de identificación fiscal

Todas las declaraciones de impuestos están asociadas a números de identificación fiscal llamados "Taxpayer ID numbers". Existen diversos tipos, pero los más frecuentes son los siguientes:

Número del seguro social de EE. UU. (SSN): los ciudadanos estadounidenses y las personas autorizadas a trabajar en los Estados Unidos reciben un número de la Administración del Seguro Social. Este número lo suelen usar los organismos gubernamentales y las entidades privadas por igual para identificarlos. El SSN se considera información confidencial ya que se utiliza para autenticar si alguien es una persona determinada.

El formato general de un SSN es: 123-45-6789.

Pero las empresas no tienen un SSN y es posible que no cuentes con un SSN si no eres ciudadano estadounidense o no trabajaste antes en Estados Unidos. En este caso, debes proporcionar uno de los siguientes datos cuando te lo soliciten:

Número de identificación personal del contribuyente (ITIN): cualquier persona física (es decir, cualquier ser humano) que necesite declarar impuestos, pero no pueda recibir un SSN (porque para tenerlo se suele exigir el derecho legal a trabajar en EE. UU.), puede solicitar al IRS un ITIN, que funciona como un sustituto del SSN. No son muy difíciles de obtener, solo debes presentar el formulario W-7 y esperar alrededor de seis semanas.

La mayoría de los titulares de empresas constituidas con Stripe Atlas no necesitan un ITIN. Tu empresa declarará impuestos en EE. UU., pero es posible que tú no tengas la obligación de hacerlo. Si tu contador te comunica lo contrario, presenta un W-7 para que te lo emitan. También puedes obtener uno de manera simultánea con cualquier declaración de impuestos. Presenta la declaración de impuestos en papel con el ITIN anotado como «pendiente» e incluye el formulario W-7. Por lo general, esto implica una demora en la tramitación de tu declaración de impuestos, por lo que deberías evitarlo en la medida de lo posible, pero siempre es mejor presentar la declaración a tiempo (aunque el proceso se alargue) que no presentarla o presentarla tarde.

El ITIN se parece a un SSN, pero el primer dígito siempre será un 9.

Número de identificación del empleador (EIN): los EIN identifican a personas jurídicas (es decir, empresas), no a personas físicas (seres humanos). Para recibir un EIN, debes presentar un formulario SS-4 ante la IRS. Si constituiste tu empresa mediante Atlas, ya nos hemos encargado de hacerlo.

Las entidades financieras de EE. UU. y, en ocasiones, otras empresas te solicitarán el EIN. Probablemente no sea una buena idea hacerlo público, pero no es tan confidencial como el SSN. La divulgación de tu SSN a una persona no autorizada es una emergencia que requiere acción inmediata; pero la del EIN de tu empresa ocurre de forma bastante frecuente.

Un EIN se puede ver así: 12-3456789. Como puedes observar tiene la misma cantidad de dígitos que un SSN, pero la ubicación del guion es diferente. La colocación de estos guiones es importante: algunos SSN tienen los mismos números en el mismo orden que algunos EIN, por lo que debes asegurarte de completar siempre la casilla correcta e incluir los guiones en los espacios adecuados.

Declaraciones informativas

Las empresas, incluida la tuya, tienen la obligación de declarar ciertas transacciones al Gobierno mediante «declaraciones informativas». El Gobierno coteja las declaraciones informativas con las presentaciones de impuestos de particulares y empresas para asegurarse de que los contribuyentes no se olviden de pagar impuestos por los beneficios que recibieron.

Tu empresa presentará declaraciones informativas de manera periódica. Es posible que las recibas ocasionalmente, por lo que también debes entender cómo funciona ese proceso.

Existen varios tipos de declaraciones informativas. Las dos declaraciones que quizás vayas a presentar son la W-2, (que registra los ingresos salariales de un empleado) y la 1099-MISC (que muestra el pago por servicios a un contratista particular). Por lo general, no emitirás ninguna declaración 1099-MISC a una empresa, aunque le pagues por sus servicios.

Tu contador se encargará de presentar las declaraciones W-2 y 1099 en tu nombre, a principios del año calendario. Le entregarás una copia al contribuyente en cuestión y otra al IRS, y guardarás otra copia para tus archivos.

Para presentar cualquier declaración informativa, necesitas el número de identificación fiscal de esa persona (suele ser un SSN en las W-2, y el SSN, el ITIN o, en contadas ocasiones, el EIN en las 1099). Existe un formulario para solicitar de manera formal el número de identificación fiscal de una persona, el W-9. Este formulario solo se utiliza con contribuyentes de EE. UU. Si alguien no es estadounidense (por ejemplo, si empleas a alguien en el extranjero), deberás solicitar que te entregue un formulario W-8BEN en su lugar. De este modo, queda un registro en papel en caso de que se dé una conversación con el IRS como la siguiente:

—¿Por qué no presentaste una declaración 1099 para esta persona?
— Porque no tenemos que hacerlo porque no tiene responsabilidad fiscal en EE. UU.
—¿En serio?
—Aquí está su W-8BEN.
—Ok.
Como al IRS le encantan los formularios, existe (el W8-BEN-E) para cuando necesites un W8-BEN de una entidad corporativa.

Es posible que en ciertas ocasiones soliciten que tu empresa presente un formulario W-9 o W8-BEN. Esto podría ocurrir si alguien cree que necesita presentar, o podría necesitar presentar, una declaración informativa sobre ti. Por ejemplo, una entidad financiera puede solicitar uno de estos documentos para abrir una cuenta, en previsión de que quizá tengas que presentar un formulario 1099-INT para declarar los ingresos por intereses más adelante.

En algunos casos, es posible que te soliciten uno de estos formularios por error. Estos son algunos errores bastante frecuentes:

Solo se debe pedir un W-9 a personas estadounidenses (incluidas las empresas). Si no eres estadounidense, te solicitarán el formulario W8-BEN.

Cualquier empresa constituida en EE. UU. es una persona estadounidense, independientemente de quién sea su propietario. Muchos clientes de Stripe Atlas tienen corporaciones de Delaware cuya dirección y operaciones son internacionales. Estas corporaciones siguen siendo entidades estadounidenses y, por lo tanto, solo deben presentar el formulario W-9, no el W8-BEN-E.

En ocasiones, las empresas solicitan estos formularios cuando en realidad no los necesitan. No tienes ninguna obligación en particular de proporcionarlos si no existe ningún requisito legal de declaración informativa. Dicho esto, las empresas no tienen ninguna obligación específica de realizar negocios contigo, y algunas solicitarán estos formularios en determinados momentos por una cuestión de políticas empresariales. A menudo, la resolución más fácil es preguntar si le puedes consultar a tu contador si eso es realmente necesario. También puedes simplemente decidir proporcionar el formulario, aunque no estés obligado a hacerlo.

Por lo general, te será conveniente presentar los formularios W-9 o W8-BEN. Una razón habitual por la que tu contraparte los solicita es para documentar su decisión de no retener dinero en tu nombre. Si no conoces el sistema fiscal estadounidense, es posible que tengan la obligación legal de retener quizás el 30 % de tu pago y enviarlo al IRS. Luego, el IRS esperará a que presentes la declaración y tal vez te devuelva una parte de ese monto. Se asume que las personas que conocen el sistema fiscal son honestas y se puede confiar en que guardan su dinero antes de presentar una declaración para determinar qué parte se debe enviar al IRS. El formulario W-9 implica lo siguiente: «Las leyes pertinentes determinan que el IRS confía implícitamente en mí, por lo que tienes toda la justificación legal necesaria para pagarme lo que acordamos y no retener nada»).

Tu empresa puede recibir declaraciones informativas. El más probable para los clientes de Atlas es un 1099-K de Stripe, que muestra los ingresos por procesamiento de tarjetas de crédito en un año. No tienes que hacer nada en respuesta a una declaración informativa, ni tienes que enviársela al IRS debido a que ya recibió una copia. Debes tener los ingresos que figuran en la declaración registrados en algún lugar de tus libros contables, y estos libros contables son los que sirven de base para hacer tu declaración de impuestos.

El escenario en el que una declaración informativa realmente importa es cuando la declaración muestra una gran cantidad de dinero y la declaración a los ingresos corporativos no refleja ese dinero. Esto puede dar lugar a que el IRS realice una auditoría por correspondencia, básicamente con la siguiente pregunta: «Sabemos que recibiste USD 5000 en intereses el año pasado. ¿Dónde se incluyó este importe en tu declaración de impuestos?». Como eres un contribuyente respetuoso con la ley, tendrás una respuesta preparada a esa pregunta, y eso es todo.

Muchos empresarios creen que las declaraciones informativas reflejan necesariamente los ingresos (o beneficios), pero no es así. Por ejemplo, un 1099-K refleja el volumen total de pagos, que ni siquiera se aproxima a los ingresos sujetos a impuestos de una empresa (que aún tienen que pagar gastos, entre otros). El IRS espera que esa cifra sea un subconjunto de los ingresos del año (y solicitará explicaciones si muestras USD 200,000 de pagos con tarjeta de crédito, pero solo declaras USD 120,000 de ingresos). Sin embargo, no se gravan los ingresos, sino los beneficios de la empresa.

¿Qué son los precios de transferencia?

Las empresas hacen cada vez más negocios a nivel internacional, lo que plantea preguntas controversiales sobre dónde generan los beneficios de su actividad las partes relacionadas que trabajan de forma concertada y dónde deben pagar impuestos. Lo mismo ocurre con muchos clientes de Atlas, que pueden tener una entidad corporativa en EE. UU. y otra en su país de origen.

Las empresas documentan el movimiento de dinero entre sus propias operaciones internacionales mediante precios de transferencia (transfer pricing), un mecanismo para describir los movimientos internos de dinero, bienes, servicios y beneficios entre dos o más partes relacionadas como si fueran transacciones «independientes» de empresas no relacionadas.

Los precios de transferencia evolucionaron a lo largo de los años a medida que las empresas y las autoridades fiscales intentaban afrontar las complejidades de los negocios internacionales. Es una herramienta para que los contribuyentes consideren la mejor manera de asignar esos ingresos y para que las autoridades fiscales consideren si se asignó mucho o poco a un territorio, especialmente cuando existe una diferencia en el tratamiento fiscal entre los territorios.

Precios justos

La teoría general de los precios de transferencia es que las entidades acuerdan mutuamente un precio equitativo para los bienes y servicios que circulan entre ellas, registran su justificación y cotejan los libros contables de las entidades independientes con esta realidad estipulada y también con el flujo real de fondos.

En general, las economías basadas en el mercado asumen que no existe un «precio justo», excepto en el contexto de un acuerdo entre un comprador y un vendedor. ¿Cuánto «debería» costar un software? Nada, USD 0.99 o un millón de dólares estadounidenses al año, según el acuerdo entre las partes. Las autoridades tratan la elección de un comprador y un vendedor para acordar un precio con una deferencia considerable, incluso en asuntos fiscales: el IRS asumirá por defecto que el precio de un gasto es razonable.

Hay una advertencia aquí que es muy importante sobre precios de transferencia: asumimos que los compradores y vendedores en la mayoría de las transacciones realizan la transacción porque les gustan las condiciones de la transacción, no porque tienen una relación mayor que la transacción. Esto se llama negociar de manera «independiente». Cuando el comprador y el vendedor tienen una relación, por ejemplo, están casados o dirigen una empresa en común, es posible que la transacción esté relacionada con el deseo de no entrar en un conflicto personal; o, lo que es más preocupante desde la perspectiva del IRS, para reducir los impuestos pagados.

En consecuencia, los precios de transferencia consisten en documentar «en un caso hipotético en el que nuestras dos empresas no estuvieran relacionadas en absoluto, podríamos haber acordado razonablemente comprar esto porque es valioso y pagar esta cantidad de dinero porque es lo que costaría en el mercado».

Ejemplos de precios de transferencia

Los siguientes son dos ejemplos comunes en las empresas de Atlas:

Venta de software mediante la filial estadounidense de una empresa extranjera

Supongamos que los fundadores de una empresa de software operan en la India como una sociedad de responsabilidad limitada (PLC), el equivalente indio de una corporación estadounidense. Por una cuestión de practicidad, lo llamaremos software de monitoreo de servidores.

La PLC vende software de monitoreo de servidores directamente a empresas de la India, pero a sus programas los pueden utilizar clientes de todo el mundo. Crean una corporación en Delaware como subsidiaria para vender su software a clientes de todo el mundo, mientras que pretenden que la PLC siga vendiendo a clientes nacionales indios.

En este caso, el objetivo económico final de la empresa es asignar gran parte de los beneficios al lugar donde se produce la creación de valor, que debería ser la India, dado que el software en rigor se produce allí. De este modo, la PLC de la India podrá pagar sus gastos (incluido el salario del equipo de ingeniería), compensar a los fundadores y obtener beneficios para los fundadores o inversores (probablemente locales). En consecuencia, la empresa desea dejar en la entidad estadounidense una cantidad proporcional al trabajo que realiza.

Existen varias formas de lograrlo. Una es convertir a la entidad estadounidense en distribuidora del software de la PLC. La empresa documentará de manera exhaustiva que investigó los acuerdos de reventa. Supongamos que el resultado de esta investigación fuera que los revendedores no relacionados reciben normalmente un 20 %. En ese caso, harán que la entidad estadounidense firme un acuerdo formal de reventa con la PLC, por el que se la obliga a pagar el 80 % de la facturación que cobre a los clientes por el software que desarrolló la PLC.

La PLC de India recibe esta comisión como ingresos, tras lo cual se compensa con los gastos (salarios, servidores, etc.) de la entidad india y se grava en la India.

El 20 % restante de las ventas se queda en la corporación estadounidense. La empresa aplica parte de ellas a los gastos necesarios para el funcionamiento de la corporación estadounidense, como honorarios de contabilidad y de abogados (para la negociación de contratos, etc.), comisiones bancarias y similares. De este modo, la entidad estadounidense obtendrá un beneficio modesto, que será gravado en Estados Unidos. El beneficio neto después de pagar impuestos, puede enviarse a la empresa matriz de la corporación, donde puede o estar sujeto o no a impuestos, o bien puede mantenerse en EE. UU. por el momento para utilizarlo más adelante; por ejemplo, en la ampliación de las operaciones dentro del país, en la compra de activos en EE. UU. en nombre de la empresa estadounidense o en actividades similares.

Venta de productos físicos a través de una empresa estadounidense que acepta inversiones

Supongamos que tenemos fundadores en Hong Kong que fabrican fundas para iPhone a nivel local, con la intención de distribuirlas a nivel internacional. Es posible que opten por inversiones. Si sus inversores son de Silicon Valley, tal vez les exijan constituir una corporación de Delaware para invertir.

En este caso, el objetivo final de la empresa es, en primer lugar, transferir fondos de los Estados Unidos a Hong Kong, utilizar esos fondos para establecer una operación de fabricación y, a continuación, vender los productos de su operación a través de la entidad estadounidense.

La primera parte consistiría en que la entidad estadounidense contratara servicios profesionales (diseño, imagen de marca, etc.) a la empresa de Hong Kong. Esto justificaría de manera adecuada el pago del dinero suficiente a la empresa para ponerse en marcha. La empresa de Hong Kong lo contabiliza como ingresos y la de EE. UU., como gastos.

La operación en Hong Kong comienza entonces a producir fundas para iPhone. Se las venderá a la empresa estadounidense, que las venderá, a su vez, en todo el mundo. En este caso, la empresa preferiría venderlas al precio más bajo posible (porque así aumentan las ganancias de la entidad estadounidense, lo que complacerá a los inversores de ese país), pero las consideraciones de cumplimiento de la normativa la obligarán a fijar precios acordes con los de otros fabricantes de productos minoristas en los Estados Unidos. Por ejemplo, podría ocurrir que el precio mayorista (que paga la empresa de EE. UU. a la empresa de Hong Kong) fuera el 40 % del precio minorista. Una vez más, la empresa documentaría de manera exhaustiva los motivos de su fijación de precios y los reflejaría en las facturas (de envío, etc.) entre las dos empresas.

Es probable que esto deje a la empresa de Hong Kong con un beneficio modesto (por el trabajo de servicios y las fundas de iPhone vendidas al por mayor, que se gravan en Hong Kong). La empresa estadounidense paga por los servicios y las fundas al por mayor, y luego las vende a un precio de venta minorista (más alto) a través de su sitio web u otro canal, con la esperanza de obtener un beneficio. Los beneficios se gravan en EE. UU. Después de los impuestos, es posible que los dividendos se destinen a los inversores o propietarios de la empresa.

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Tenemos algunas observaciones que tal vez no sean tan evidentes:

Si la empresa podía elegir vender las fundas a través de la entidad de Hong Kong o de la entidad de los Estados Unidos, ¿por qué vender a través de la entidad estadounidense? La razón principal es que los inversores invierten con la esperanza de poseer el valor que produce la empresa, por lo que se organizará para mantener la mayor parte del valor en la entidad estadounidense: será titular de la marca, los diseños y las relaciones comerciales, y «solo» hará que la entidad de Hong Kong efectúe el trabajo real en su nombre.

¿Sería seguro hacerlo a la inversa? Sería considerablemente más arriesgado. En general, las tarifas de envío de fondos que funcionan para reconocer ingresos en una jurisdicción de alta tributación, en lugar de una de baja tributación, no se examinan con mucho detenimiento. En cambio, las que funcionan para reconocer los ingresos en una jurisdicción de baja tributación suelen investigarse en detalle. La tasa impositiva de corporaciones en Hong Kong es menos de la mitad que la tasa en los Estados Unidos. En consecuencia, el IRS podría suponer que una entidad de EE. UU. que le paga a una entidad relacionada de Hong Kong podría hacerlo con fines de optimización fiscal y no por razones económicas legítimas. Esto no hace que sea imposible hacerlo, solo que es más difícil de justificar. Una de las razones para disponer de contadores es tener una buena idea de cuál es el riesgo de una determinada posición fiscal y luego tomar una decisión de negocio sobre cuánto optimizar en términos de ahorro fiscal frente al riesgo fiscal.

Los precios de transferencia se pueden complicar mucho, sobre todo a medida que la estructuración de la corporación es cada vez más compleja, los tipos de transacciones empiezan a complicarse (las transacciones financieras multipartitas y multinacionales son mucho más difíciles de contabilizar que la simple venta de una funda para iPhone) y aumenta el tamaño de la empresa.

Una empresa que genera millones de dólares estadounidenses en ingresos probablemente necesitará que un contador especializado en su sector diseñe o modifique su estrategia de precios de transferencia. Dicho esto, incluso las empresas más pequeñas deben documentar su decisión sobre los precios de transferencia. Si no dispusieran de esta documentación, se les complicaría mucho evitar sanciones si el IRS decidiera analizarlas y discrepara con los precios de transferencia establecidos.

Las medidas coercitivas se dirigen de manera desproporcionada a empresas más grandes (porque las agencias tributarias entienden que allí es donde se encuentra el dinero).

No deberías preocuparte por esto, ya que el IRS, como la mayoría de las agencias tributarias, es bastante razonable y simplemente quiere que le paguen una cantidad acorde con tus responsabilidades según la ley. Si tienes un desacuerdo de buena fe con el IRS, tus asesores profesionales lo resolverán en el desarrollo normal de los negocios. Esto suele ocurrir con poca frecuencia y es muy poco probable que sea el motivo de fracaso de una empresa. Concentra tus esfuerzos en crear algo que a las personas les encante y en venderlo de manera eficaz. Puedes (y debes) contratar a contadores que gestionen estos asuntos en tu nombre.

Auditorías

La palabra «auditoría» asusta a muchos empresarios pero no debería ser así.

Una auditoría no es más que una solicitud de información formal por parte de una agencia tributaria sobre la exactitud de la información que figura en tu declaración de impuestos. La inmensa mayoría de las auditorías son «auditorías por correspondencia»: la agencia tributaria simplemente te envía una carta, en general porque una computadora comparó las declaraciones informativas con tu declaración de impuestos presentada y se observó una posible discrepancia. Por lo general, tu contador redactará la respuesta a las auditorías por correspondencia, pero es probable que sea relativamente sencilla. (A menudo, el problema se puede explicar en un solo párrafo).

En ocasiones, el IRS selecciona algunas declaraciones para hacer un examen más detallado. Si te seleccionan para una auditoría de este tipo, deberías contar con representación profesional, ya que pueden ser bastante estresantes y distraerte de la gestión de la empresa. De todos modos, si presentas declaraciones precisas de una empresa bien organizada, no son una emergencia.

Estas auditorías suelen requerir una visita en persona, ya sea en la oficina local del IRS o en la tuya. (El IRS tiene oficinas en las embajadas de EE. UU. en todo el mundo para abordar los problemas de tributación internacional. Suelen tener poco personal, por lo que tienen que ser muy selectivos respecto a la actividad de auditoría. No obstante, debes presentar declaraciones exactas en tiempo y forma).

En caso de recibir una auditoría, tu contador o abogado fiscal te dará instrucciones para redactar tu respuesta. Debes seguir sus consejos al pie de la letra, ya que para eso pagas por sus servicios. Algunas cosas que ingenuamente pueden parecer una gran idea, como facilitar al IRS todos los datos financieros de tu empresa, pueden retrasar la resolución de la auditoría o complicar demasiado el proceso; por ejemplo, que se examinen partes de la empresa que no estaban originalmente en el alcance de la auditoría.

Las auditorías son poco frecuentes, sobre todo en las empresas más pequeñas. Debes saber que existe la posibilidad de recibir una si diriges una empresa, pero son solo eso: la posibilidad de un encuentro relativamente rutinario entre tu empresa y el gobierno. Aborda esta posibilidad como un profesional responsable: contrata a un contador, presenta declaraciones honestas, conserva la información de forma organizada y destina tu tiempo a hacer crecer tu empresa en lugar de preocuparte por una auditoría poco probable. Y, si llegas a recibir una, vuelve a actuar como un profesional responsable: llama a tu contador o abogado fiscal y sigue sus instrucciones.

Los impuestos están en constante cambio

La contabilidad es un campo muy complejo, como el desarrollo de software o el marketing. Dos semejanzas que tienen es que la esencia de la profesión es básicamente la misma año tras año y que aun así, todo cambia constantemente.

En estos momentos, la reforma fiscal está suscitando interés a nivel mundial. Las agencias tributarias aún no terminan de entender qué hacer con Internet, y en cualquier momento pueden producirse cambios que afecten la situación de las empresas que operan en línea.

Del mismo modo que no establecerías tu estrategia técnica o de marketing una vez y luego te olvidarías de ella, es importante trabajar con tus asesores fiscales (como mínimo) una vez al año para asegurarte de que la forma en que estructuraste las actividades siga cumpliendo con la normativa y proporcionándote beneficios.

A veces, incluso puedes recibir buenas noticias. Por ejemplo, cuando el autor de esta guía puso en marcha su empresa, los sistemas de seguridad social de dos países le aplicaron una doble imposición por los mismos ingresos. A los pocos años de constituir la empresa, firmaron un acuerdo de totalización, que le permitió (a él y a otras empresas en situación similar) pagarle solo al sistema de su país de residencia. Se trataba de un ahorro importante, debido a un cambio legislativo, que habría pasado por alto si no hubiera revisado de manera periódica su estrategia fiscal con un profesional.

Esta guía no debe considerarse como asesoramiento, recomendación, mediación ni consultoría legal ni fiscal, ni debe interpretarse de tal manera en ninguna circunstancia. Ni la guía ni el uso que hagas de la misma crean una relación abogado-cliente con Stripe, Orrick o PwC. El contenido de esta guía refleja únicamente las opiniones del autor y no está respaldo ni necesariamente aprobado por Orrick. Orrick no garantiza la exactitud, integridad, idoneidad ni actualidad de la información contenida en la guía. Es importante que busques asesoramiento de un abogado o contador competente y con la licencia pertinente para ejercer en su jurisdicción para que te asesore sobre tu problema o situación particular.

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