Cuando vendes entre fronteras, hay una división detrás de cada transacción internacional: la moneda en la que paga tu cliente y la moneda que tú recibes. Esa brecha repercute en la forma en que los clientes experimentan tu marca, la forma en que puedes conciliar los pagos y el monto de la venta que te quedas después de las comisiones. Con el mercado mundial de pagos transfronterizos valorado en 194.6 billones de dólares en 2024, las empresas suelen subestimar la cantidad de monedas de pago y cobro que dan forma a sus operaciones hasta que los costos y los desafíos comienzan a acumularse.
A continuación, explicaremos cómo funcionan las monedas de pago y de cobro, por qué difieren y qué pueden hacer las empresas para gestionarlas de mejor manera.
¿Qué contiene este artículo?
- ¿Cuál es la diferencia entre las monedas de pago y de cobro?
- ¿Por qué las monedas de pago y de cobro suelen diferir en las transacciones internacionales?
- ¿Cómo afectan los desajustes de monedas a la conciliación y la elaboración de informes?
- ¿Cuáles son las implicaciones financieras de las comisiones por conversión de monedas?
¿Cuál es la diferencia entre las monedas de pago y de cobro?
Al procesar un pago global, suelen estar involucradas dos monedas diferentes: la moneda con la que paga tu cliente y la que recibes tú. Cumplen distintos propósitos:
La moneda de pago es la moneda que ve el cliente. Esto es lo que se cobra en la confirmación de la compra.
La moneda de cobro es la moneda que tú, como empresa, recibes en tu cuenta bancaria.
Estas dos monedas no siempre son iguales, y para una empresa internacional, eso suele ser algo bueno. Cobrarles a los clientes en sus monedas locales (sus monedas de pago) elimina obstáculos en el proceso de compra y puede ayudar a generar confianza y reducir el abandono del carrito. La liquidación de fondos en la moneda de tu preferencia (moneda de cobro) facilita la gestión de las finanzas y la contabilidad. La brecha entre el pago y la acreditación de fondos es una herramienta importante para ofrecer una mejor experiencia a ambas partes de la transacción.
¿Por qué las monedas de pago y de cobro suelen diferir en las transacciones internacionales?
Cuando las empresas realizan ventas internacionales, es común (e inteligente) que la moneda en la que paga un cliente difiera de la moneda en la que la empresa finalmente cobra. A continuación te explicamos por qué esto tiene sentido.
Expectativas de los clientes
La presentación del precio en una moneda local es una herramienta de conversión:
Por lo general, los clientes aprecian ver los precios en una moneda que reconocen, especialmente una local, sin tener que hacer cálculos mentales para convertirlos.
Los compradores pueden dudar en comprar si ven el precio en una moneda extranjera. Esto indica la presencia de comisiones bancarias adicionales e incertidumbre sobre el tipo de cambio.
Los emisores de tarjetas suelen agregar comisiones por transacciones extranjeras cuando las compras no se realizan en la moneda del titular de la tarjeta.
Ofrecer tarifas en moneda local puede mejorar las tasas de autorización al facilitar la verificación de las compras por parte del emisor.
Consideraciones internas
Desde el punto de vista empresarial, esto simplifica el flujo de trabajo. La gestión de docenas de monedas entrantes por separado introduciría una gran complejidad en las finanzas, la elaboración de informes y el cumplimiento de la normativa fiscal. Por lo general, las empresas quieren liquidar los pagos en una o unas pocas monedas base, a menudo las que ya usan para la nómina, los gastos y la contabilidad. Recibir fondos en una moneda conocida elimina la necesidad de tener varias cuentas bancarias, el seguimiento de los cambios de monedas extranjeras y una complicada planificación del flujo de caja.
Al consolidar los fondos en una moneda de cobro con la que ya trabajas, simplificas tus operaciones entre bastidores, incluso a medida que tus ventas front-end se vuelven más globales.
Limitaciones prácticas
A veces, trabajar con dos monedas diferentes es una necesidad, no una opción. La disponibilidad de la cuenta bancaria, las restricciones normativas o las limitaciones de la plataforma pueden requerir la conversión de monedas en algún momento.
Por ejemplo, si le cobras a un cliente en dólares de Singapur (SGD), pero no tienes una cuenta bancaria en SGD, tendrás que convertir ese pago a una moneda que tu banco pueda aceptar. Los proveedores de pagos como Stripe pueden manejar automáticamente estas conversiones, lo que te brinda flexibilidad, pero también presenta consideraciones de cambio de moneda extranjera que debes administrar.
¿Cómo afectan los desajustes de monedas a la conciliación y la elaboración de informes?
La conversión de monedas significa que el importe de la transacción original y el importe de la transferencia no coincidirán en papel. Si no se controlan, estas discrepancias pueden complicar la conciliación, distorsionar los informes e incluso afectar tus cálculos de impuestos. Por ejemplo, imagina que un cliente paga 970 coronas danesas al finalizar una compra y tú recibes unos €130 en tu cuenta después de la conversión. Si no realizas un seguimiento cuidadoso de ambos lados, tus libros mostrarán números que no coinciden.
Para mantener la precisión, las empresas suelen registrar lo siguiente:
El importe de la transacción original en la moneda de pago
El importe convertido recibido en la moneda de cobro
La tasa de cambio utilizada en la conversión
Luego, los equipos de contabilidad realizan un seguimiento de cualquier diferencia causada por las fluctuaciones de las tasas como ganancias o pérdidas por cambio de moneda extranjera. De este modo, cuando concilies las ventas con los pagos, los números cuadrarán y el impacto de los tipos de cambio se documentará claramente en lugar de ocultarse en las cifras de ingresos generales.
Si hay una brecha entre la fecha de la transacción y la fecha de la acreditación de fondos, las tasas de cambio pueden cambiar. Incluso las pequeñas fluctuaciones generan ganancias o pérdidas por cambio de moneda extranjera que deberás rastrear por separado para obtener informes financieros ordenados. Sin un sistema para ello, las empresas se arriesgan a:
Declarar erróneamente los ingresos
Informar incorrectamente las ganancias
Lidiar con el cumplimiento de la normativa fiscal cuando presentan declaraciones en varias monedas
Trabajar con un proveedor de servicios de pago facilita este proceso. Por ejemplo, Stripe proporciona informes de conciliación de transferencias que agrupan las transferencias por moneda y vinculan cada depósito directamente con las transacciones originales y las tasas de conversión utilizadas. En lugar de hacer referencias cruzadas manuales de cargos y extractos bancarios, obtienes informes transparentes y consolidados que muestran:
Qué transacciones se incluyen en cada transferencia
Cuáles eran las monedas originales
Qué importe se convirtió y a qué tasa
¿Cuáles son las implicaciones financieras de las comisiones por conversión de monedas?
La conversión de moneda suele producirse a nivel del procesador de pagos o más tarde en tu banco, cuando recibe fondos en una moneda que tu cuenta no puede admitir. En cualquier caso, el proceso suele implicar dos costos:
El margen del tipo de cambio: Se trata de un pequeño recargo que se añade al tipo de cambio del mercado.
La comisión de conversión: Se trata de un cargo explícito, que suele suponer un pequeño porcentaje del importe de la transacción.
Las comisiones de una sola transacción pueden ser pequeñas. Sin embargo, en miles o incluso millones de pagos transfronterizos, pueden convertirse en un gasto operativo significativo.
Por ejemplo, imagina que vendes productos por un valor de 1 millón de euros a clientes europeos, pero liquidas esos pagos en dólares estadounidenses. Una comisión de conversión del 1 % te costaría €10,000 solo para trasladar tus ganancias a tu moneda operativa. Si pudieras evitar esa conversión (por ejemplo, abriendo una cuenta bancaria denominada en euros), te quedarías con esos €10,000.
Con el tiempo, ahorrar ese 1 % significa márgenes más sólidos, especialmente para empresas con altos volúmenes en mercados extranjeros. Algunas empresas incluso ajustan ligeramente al alza los precios internacionales para cubrir el costo oculto de la conversión de monedas.
Si puedes aceptar transferencias en la misma moneda en la que pagó el cliente, evitas por completo las comisiones de conversión. Pero eso solo es posible si tu proveedor de servicios de pago admite la acreditación de fondos en esa moneda o si tienes una cuenta bancaria local que pueda recibirla. Stripe Payments, por ejemplo, ofrece cobertura de adquisición local en 46 mercados.
De lo contrario, la conversión se realiza automáticamente y las comisiones asociadas son inevitables. Esto significa que una configuración bancaria inteligente, es decir, elegir dónde y cómo abrir cuentas en moneda extranjera, es una palanca importante a largo plazo para las empresas que están creciendo internacionalmente.
El contenido de este artículo tiene solo fines informativos y educativos generales y no debe interpretarse como asesoramiento legal o fiscal. Stripe no garantiza la exactitud, la integridad, adecuación o vigencia de la información incluida en el artículo. Si necesitas asistencia para tu situación particular, te recomendamos consultar a un abogado o un contador competente con licencia para ejercer en tu jurisdicción.