La identidad visual es el aspecto visual de la imagen de marca que las empresas crean para mostrar una imagen inconfundible y coherente a sus clientes objetivo. Es una forma que tienen las empresas para expresar su marca, su personalidad y sus valores. Esta identidad determina la forma en que el público percibe la marca y la diferencia de la competencia.
Una identidad visual no es solo su estética, sino que es una decisión empresarial que afecta a los beneficios. Una identidad visual bien hecha puede favorecer todas las iniciativas de marketing y contribuir a la reputación de la marca. Según una encuesta de Nosto, el 88 % de los consumidores afirma que la autenticidad de las marcas es importante a la hora de decidir a qué marcas apoyar, lo que acentúa la importancia de tener una identidad de marca auténtica y transparente.
A continuación, analizaremos los elementos fundamentales de una identidad de marca y describiremos cómo crear una. Esto es lo que debes saber.
¿De qué trata este artículo?
- Componentes de la identidad visual de una marca
- Ventajas de crear una identidad visual para tu empresa
- Qué debes tener presente al crear una identidad visual para tu empresa
- Cómo crear una identidad visual para tu empresa
Componentes de la identidad visual de una marca
La identidad visual son los elementos visuales que, combinados, comunican los valores, la personalidad y la marca de una empresa al público. Una identidad visual bien elaborada es la base de la imagen de una marca y su comunicación con el mercado. Es como la cara de tu empresa: lo primero que las personas reconocen y recuerdan.
Estos son los componentes fundamentales:
Logotipo: es la parte fundamental de la identidad visual de una marca, ya que es el símbolo distintivo que representa a la empresa. Suele ser el primer elemento visual que se nos viene a la cabeza al pensar en una marca. Un logotipo bien diseñado es inolvidable y refleja los valores de una marca.
Paleta de colores: los colores evocan emociones y tienen efectos psicológicos. Cada marca elige colores que reflejan su identidad e influyen en la forma en que se percibe la marca. Por ejemplo, el azul puede evocar confianza y fiabilidad, mientras que el verde se suele asociar con el crecimiento y la salud.
Tipografía: aquí se incluyen las fuentes y los tratamientos tipográficos que se usan en las comunicaciones de una marca. Usar tipos de letra de forma coherente ayuda a establecer la voz de una marca y puede hacer que un texto se vincule al instante con esa marca.
Imágenes: pueden ser fotografías, ilustraciones o cualquier arte visual que aparezca en los materiales de marketing de una marca. El estilo de imágenes que usa una marca debe ser coherente con su tono y su mensaje, ya sea profesional y limpio, o fantasioso y divertido.
Elementos gráficos: entre ellos, se incluyen iconos, patrones y otros recursos gráficos que complementan el lenguaje visual de la marca. Aportan carácter y pueden llenar espacios en la disposición de los diseños, lo que permite que se reconozca la marca sin necesidad de usar palabras ni logotipos.
Disposición y composición: la forma en que se organizan los elementos visuales puede afectar considerablemente a la percepción de la marca. Una buena composición guía el ojo de los espectadores y puede transmitir el mensaje de la marca con mayor eficacia.
Embalaje: en el caso de empresas que vendan productos, el diseño del embalaje es una parte fundamental de la identidad visual, ya que es una oportunidad de entablar una conexión tangible con los clientes. El diseño debe ser funcional y llevar la identidad visual de la marca para que el producto destaque en el estante.
Diseño web y presencia digital: la presencia de una marca en Internet debe ser coherente con su identidad visual general. En esta categoría se incluye el diseño del sitio web, de los perfiles en redes sociales y de los anuncios digitales.
Guía de estilo de la marca: es un documento en el que se explican las reglas de representación visual de la marca. Permite que se use con coherencia en todos los casos, tanto de forma interna como por socios externos, ya que proporciona instrucciones detalladas sobre cómo utilizar todos los componentes que acabamos de explicar.
Estos elementos en conjunto permiten crear la forma en que una marca se presenta al mundo. Lo ideal es tenerlos todos presentes para diseñar una identidad de marca coherente y eficaz.
Ventajas de crear una identidad visual para tu empresa
Una buena identidad visual crea una percepción en la mente de todas las personas que interactúan con la marca, ya sean clientes, socios o empleados. Si esta percepción se gestiona bien, puede influir en la estrategia de crecimiento y la presencia en el mercado de la empresa.
A continuación, te explicamos cómo una identidad visual bien definida puede beneficiar a las empresas:
Reconocimiento de la marca: una identidad visual coherente hace que una marca se reconozca fácilmente, lo que ayuda a los clientes a recordar la marca y distinguirla de la competencia. Este aspecto es importante sobre todo en mercados saturados.
Imagen profesional: una identidad visual profesional y cuidada puede mejorar la reputación de una empresa y dar la impresión de que está consolidada, lo que puede tranquilizar a socios y clientes potenciales.
Confianza y credibilidad: mantener la coherencia en la comunicación visual puede fomentar la confianza entre los clientes. Una empresa que se presenta de forma profesional y coherente tiene más probabilidades de percibirse como fiable y de confianza.
Conexión emocional: los elementos visuales pueden evocar emociones y sentimientos de una forma que las palabras no pueden. Una buena identidad visual puede establecer un vínculo emocional con los clientes, lo que puede generar fidelidad a la marca y hacer que la recomienden.
Comunicación de valores: una identidad visual transmite los valores y la misión de una empresa a simple vista. Es una forma rápida de comunicar lo que representa la empresa y lo que promete a sus clientes.
Diferenciación en el mercado: en marketplaces abarrotados, una identidad visual inconfundible ayuda a una empresa a destacar. Puede resaltar lo que hace que esa marca sea mejor que la competencia para que sea más fácil de recordar.
Apoyo en las iniciativas de marketing: una identidad visual coherente ayuda en las campañas de marketing, ya que se muestra un aspecto conocido y coherente en todos los materiales. De esta forma, las iniciativas de marketing serán más eficientes y eficaces.
Ampliación de la marca: cuando una empresa incorpora nuevos productos o servicios, una buena identidad visual puede vincularlos con la marca consolidada. Así puede ser más sencillo convencer a los clientes para que prueben las nuevas ofertas.
Orgullo y unión del personal: una buena marca visual también puede infundir un sentimiento de orgullo y pertenencia entre los empleados, ya que personifica el objetivo y el rumbo de la empresa.
Percepción de valor: la identidad visual de una marca puede influir en el valor percibido de los productos o servicios. Una identidad bien diseñada puede ayudar a una empresa a cobrar precios más altos por los productos o servicios que ofrece.
Cambio de la imagen de marca (rebranding): si una empresa debe cambiar su imagen de marca, tener una identidad visual actual bien asentada puede hacer que la transición sea más sencilla y ayudar a conservar el reconocimiento de los clientes.
Repercusión cultural: cuando las empresas se expanden internacionalmente, una identidad visual que logra repercusión entre diferentes culturas puede facilitar la entrada en nuevos mercados.
Qué debes tener presente al crear una identidad visual para tu empresa
Si quieres crear una identidad visual para tu marca, debes sintetizar varios factores para comunicarte con tu público objetivo de la forma adecuada. Los siguientes son algunos factores importantes que debes tener en cuenta:
Personalidad de la marca: ¿qué personalidad quieres que proyecte tu marca? ¿Amable y accesible, o autoritativa y sofisticada? Tu identidad visual debe reflejar estos rasgos.
Público objetivo: ¿a quién quieres llegar? Comprende los aspectos demográficos, las preferencias y los comportamientos de tu público para que la dirección visual de tu marca lo atraiga.
Sensibilidad cultural: si operas en mercados internacionales o te vas a expandir a ellos, es importante que tengas en cuenta lo que implican culturalmente los colores, símbolos e imágenes para que nadie los malinterprete ni se sienta ofendido.
Diferenciación: ¿qué diferencia a tu marca de la competencia? Tu identidad visual debe recalcar estas propuestas únicas de venta para ayudar a tu marca a destacar.
Versatilidad y escalabilidad: tus elementos visuales deben funcionar en diferentes medios y en distintos tamaños, desde las pequeñas pantallas de los móviles hasta grandes vallas publicitarias, sin perder claridad ni repercusión.
Coherencia: tu identidad visual debe aplicarse de forma coherente en todos los canales y puntos de contacto para reforzar el reconocimiento de la marca y la confianza en ella.
Resistencia a las tendencias: si bien estar al día es importante, tu identidad visual también debe ser algo atemporal y no rediseñarse con frecuencia conforme vayan cambiando las tendencias.
Consideraciones legales: asegúrate de que tu logotipo, tus imágenes y cualquier otro elemento visual no infringen ninguna marca comercial y se pueden proteger.
Sostenibilidad: analiza la repercusión medioambiental de tus materiales de identidad visual, sobre todo si tu marca valora la sostenibilidad. Este aspecto puede afectar a las decisiones que tomes con respecto al embalaje y los materiales promocionales, entre otros.
Narrativa: tu identidad visual debe contar la historia de tu marca. Cada elemento debe contribuir a una narrativa coherente sobre quién eres y qué representas.
Presupuesto: sé consciente de los costes que supone crear e implementar una identidad visual. Un trabajo de diseño de gran calidad y su implementación en todas las plataformas pueden ser una inversión.
Comentarios y pruebas: antes de finalizar tu identidad visual, recopila comentarios de partes interesadas y pruébala con tu público objetivo para ver si tiene la repercusión prevista.
Futuro: piensa a dónde se dirige tu empresa. Tu identidad visual debe representar quién eres ahora, así como poder adaptarse también a la evolución de tu empresa.
Experiencia en diseño: considera la posibilidad de contratar a diseñadores profesionales o agencias con experiencia en identidades de marca para garantizar un resultado de gran calidad.
Estas consideraciones son la base de tu identidad visual. Una identidad bien planificada tiene un atractivo estético y sirve de herramienta para el crecimiento de la empresa y el desarrollo de la marca.
Cómo crear una identidad visual para tu empresa
La creación de una identidad visual es un proceso lleno de matices que entrelaza el diseño creativo con el posicionamiento de la marca. Este proceso es complejo y requiere experiencia, previsión y equilibrio entre la creatividad y la estrategia. Sigue estos pasos para crearla:
Establecimiento de la base
Descubrimiento de la marca: lleva a cabo talleres, entrevistas y encuestas para sintetizar los valores principales, la misión y la visión de tu marca. Así sentarás la base de tu identidad visual.
Análisis de la competencia: analiza a la competencia para identificar tendencias visuales en tu sector y buscar oportunidades para diferenciarte.
Caracterización del público: elabora perfiles detallados de tus clientes objetivo en los que incluyas preferencias psicográficas y visuales.
Desarrollo de la identidad visual
Mood boards: elabora mood boards para explorar direcciones visuales. En ellos se deben resumir la emoción y la narrativa que quieras que transmita tu marca.
Conceptualización: prepara borradores y bocetos conceptuales en los que pruebes varios elementos para ver cómo comunican la historia de tu marca.
Varios diseños: prepara varias opciones de diseños y perfecciónalas mediante rondas de comentarios y revisiones.
Implementación coherente del diseño
Diseño del logotipo: elabora un logotipo que sea adaptable e inolvidable, y condense la esencia de tu marca.
Selección de la paleta de colores: elige una paleta de colores basada en la psicología del color, la pertinencia en tu sector y consideraciones culturales.
Tipografía: selecciona tipos de letra que complementen la personalidad de tu marca y se lean bien en diferentes medios.
Imágenes y elementos gráficos: prepara una biblioteca de imágenes y elementos gráficos personalizados que vayan en consonancia con la narrativa de tu marca.
Diseño final: diseña y prueba la forma de aplicar tu identidad visual en diferentes materiales, como plataformas digitales, materiales impresos y embalajes.
Implementación y directrices de marca
Directrices de marca: crea un manual de marca exhaustivo en el que detalles las reglas de uso de cada componente de tu identidad visual.
Gestión de activos digitales: organizas los activos digitales de tal forma que todas las partes interesadas puedan acceder a ellos fácilmente y usarlos con coherencia.
Plantillas y otros materiales: elabora plantillas para casos de uso habituales (como tarjetas de visita, membretes y elementos gráficos para redes sociales) para mantener la coherencia.
Pruebas de mercado y adaptación al mercado
Opinión del mercado: comparte elementos de tu identidad visual con un público exclusivo para que te envíe comentarios. Haz pruebas A/B para evaluar su eficacia.
Adaptación: ajusta la identidad visual en función de los comentarios y los resultados de las pruebas para que encaje mejor con tu público.
Planificación y puesta en marcha del lanzamiento
Coherencia interna: forma a tu equipo en la nueva identidad visual para asegurarte de que todo el mundo sepa bien cómo es el mejor modo de expresar el diseño de la marca.
Estrategia de lanzamiento: planifica un lanzamiento gradual de tu identidad visual. Empieza con activos internos, después con los digitales y, por último, encárgate de los materiales físicos.
Plan de comunicaciones: elabora un plan de comunicaciones para presentar la nueva identidad visual a tu público y explicarle la historia y la estrategia que hay detrás de ella.
Gestión y evolución constantes
Supervisión: supervisa en todo momento el rendimiento de tu identidad visual en diferentes canales.
Actualizaciones: revisa de forma periódica tu identidad visual y haz pequeños ajustes en función de las tendencias del mercado y la evolución de la marca.
La identidad visual trata de matices y arte, pero se crea mejor con un enfoque metódico. Puedes elegir algunos elementos simplemente porque te «parecen» más correctos que otras opciones, pero combinar ese instinto con un enfoque minucioso y táctico garantizará que tu identidad visual refleje tu marca y respalde tu estrategia de negocio.
El contenido de este artículo tiene solo fines informativos y educativos generales y no debe interpretarse como asesoramiento legal o fiscal. Stripe no garantiza la exactitud, la integridad, adecuación o vigencia de la información incluida en el artículo. Si necesitas asistencia para tu situación particular, te recomendamos consultar a un abogado o un contador competente con licencia para ejercer en tu jurisdicción.