Las tarjetas de crédito privadas son una solución popular para las empresas que desean ampliar las relaciones con los clientes existentes y atraer a otros nuevos. Estas tarjetas vinculan la marca, las iniciativas de fidelización de clientes y las opciones de financiación específicas, aparte de ofrecer información sobre cómo las empresas pueden utilizar las finanzas y la marca para crear nuevas áreas distintivas de valor para sus clientes.
A continuación te explicamos qué son las tarjetas de crédito privadas, cómo funcionan, sus ventajas y posibles desafíos, y qué deben saber las empresas antes de introducir su propia tarjeta.
¿De qué trata este artículo?
- ¿Qué son las tarjetas de crédito privadas?
- Diferencias entre las tarjetas de crédito privadas y las tarjeta de crédito de marca conjunta
- ¿Cómo funcionan las tarjetas de crédito privadas?
- Ventajas de las tarjetas de crédito privadas para empresas
- Inconvenientes de las tarjetas de crédito privadas para empresas
- ¿Cómo puedes obtener una tarjeta de crédito privada para tu empresa?
¿Qué son las tarjetas de crédito privadas?
Estas tarjetas, conocidas también como «tarjetas de crédito de marca blanca», las emite un minorista o una marca, normalmente en colaboración con una entidad financiera. Por lo general, estas tarjetas solo se pueden usar para comprar al minorista emisor, lo que permite al minorista reforzar la fidelidad y recopilar datos detallados sobre los hábitos de compra de los clientes.
Diferencias entre las tarjetas de crédito privadas y las tarjeta de crédito de marca conjunta
Las tarjetas de crédito de privadas las emite un minorista y, por lo general, solo se pueden usar en los establecimientos o el sitio web de ese minorista. No suelen estar asociadas con ninguna red de tarjetas importante (como Visa o Mastercard) y están diseñadas para generar fidelidad a la tienda o marca en cuestión.
Las tarjetas de crédito de marca conjunta son el resultado de una asociación entre un minorista (u otro tipo de empresa) y una entidad financiera o red de tarjetas. Se pueden usar en cualquier lugar donde se acepte la red de tarjetas, no solo con el minorista de la marca conjunta. Ofrecen ventajas o recompensas especiales cuando se usan en el minorista asociado, pero funcionan como una tarjeta de crédito normal en otros lugares.
¿Cómo funcionan las tarjetas de crédito privadas?
Las tarjetas de crédito privadas son herramientas financieras dedicadas vinculadas a minoristas o marcas específicos. Veamos cómo funcionan:
Emisión: los minoristas colaboran con entidades financieras para crear e introducir estas tarjetas. La marca y el diseño de la tarjeta suelen reflejar la identidad del minorista, lo que la distinguen de las tarjetas de uso general.
Aceptación: las tarjetas de crédito privadas tienen un margen de aceptación limitado. Por lo general, el titular de una tarjeta de crédito privada solo puede utilizarla en los puntos de venta o en la plataforma en línea del minorista designado.
Incentivos de fidelidad: para reforzar la fidelidad de los clientes, los minoristas ofrecen incentivos a los titulares de tarjetas de crédito privadas, como descuentos exclusivos, acceso anticipado a ofertas, períodos promocionales especiales con interés cero o reducido y recompensas basadas en puntos exclusivas para los titulares de tarjetas.
Recopilación de datos: una de las principales ventajas para los minoristas es la capacidad de recopilar datos granulares sobre los hábitos de compra de los titulares de tarjetas. Estos datos pueden influir en las estrategias de marketing, las decisiones de inventario y las promociones, lo que aporta a los minoristas una ventaja competitiva.
Evaluación crediticia: normalmente, la entidad financiera asociada gestiona el proceso de solicitud y se encarga de determinar la solvencia, establecer límites de crédito y aprobar o denegar las solicitudes en función del perfil financiero del solicitante.
Facturación e intereses: las tarjetas de crédito privadas funcionan de manera similar a las tarjetas de crédito tradicionales en lo que respecta a los extractos mensuales, ya que reflejan las transacciones, los saldos pendientes y cualquier cargo por intereses. A veces, las tarjetas de crédito privadas aplican intereses más altos en comparación con los de las tarjetas de uso general, por lo que es imprescindible que los clientes acepten las condiciones antes de asumir el compromiso.
Gestión de riesgos: aunque la entidad financiera asume la mayoría de los riesgos crediticios, los detalles de la distribución de riesgos se especifican en el acuerdo de asociación entre el minorista y la entidad. Esta asociación determina quién absorbe las pérdidas por incumplimientos o morosidad.
Atención al cliente: aunque la tarjeta puede llevar la marca del minorista, la entidad financiera asociada gestiona la mayoría de las operaciones de back-end, incluidas las consultas de los clientes, el procesamiento de pagos y la resolución de disputas.
Los minoristas utilizan tarjetas de crédito privadas para forjar una relación más sólida y directa con sus clientes ofreciéndoles ventajas exclusivas. Los minoristas también se benefician de la gran cantidad de información y datos minuciosos que proporcionan estas tarjetas.
Ventajas de las tarjetas de crédito privadas para empresas
Como herramientas financieras únicas adaptadas a minoristas o marcas específicas, las tarjetas de crédito privadas tienen el potencial de aportar una serie de ventajas que pueden impulsar el crecimiento de una empresa y la implicación del cliente, entre las que se incluyen las siguientes:
Fidelidad del cliente: la creación de un canal de pago dedicado suele propiciar relaciones más sólidas con los clientes. Los incentivos y las promociones exclusivos refuerzan el compromiso, lo que lleva a los clientes a priorizar dicha marca respecto a otras.
Recopilación de datos: con cada transacción que los clientes hacen con una tarjeta de crédito privada, los minoristas obtienen información importante sobre la tarjeta. Estos datos pueden fundamentar las decisiones sobre el inventario, las estrategias de marketing y las promociones dirigidas, lo que permite a las empresas tomar decisiones más informadas.
Aumento de las ventas: el poder adquisitivo que ofrece una línea de crédito incita a los clientes a gastar más, lo que puede aumentar los valores de transacción promedio y la frecuencia de las visitas a la tienda.
Opciones de financiación: las opciones de financiación personalizadas, como los planes de intereses diferidos o las estructuras de cuotas únicas, pueden hacer que los artículos caros sean más asequibles, lo que motiva a los clientes a hacer compras que podrían haber pospuesto o abandonado.
Diferenciación de la marca: la emisión de una tarjeta de crédito personalizada eleva la imagen de una marca y refuerza su reconocimiento, ya que sirve como un recordatorio continuo de la marca cada vez que el cliente usa la tarjeta.
Soporte para la creación de asociaciones: la colaboración con entidades financieras puede derivar en la creación de empresas conjuntas de marketing o proporcionar acceso a recursos que podrían estar fuera del alcance de un minorista que opera solo.
Experiencia mejorada del proceso de compra: un proceso de pago rápido e integrado que ofrezca recompensas o descuentos instantáneos puede aumentar la satisfacción general de compra de un cliente.
Con estas ventajas, las empresas pueden aprovechar el potencial de las tarjetas de crédito privadas para definir su trayectoria de crecimiento. El mercado crediticio general suele subestimar estas tarjetas, pero pueden ser herramientas eficaces si los minoristas las integran correctamente.
Inconvenientes de las tarjetas de crédito privadas para empresas
Aunque las tarjetas de crédito privadas ofrecen una serie de ventajas, también presentan desafíos. Su diseño singular y su estrecho vínculo con minoristas o marcas específicos indican que no operan con la misma flexibilidad que las tarjetas de uso general. También plantean ciertas complejidades para las empresas.
Comprender estos desafíos es importante para cualquier minorista o marca que pretenda introducir una tarjeta de crédito privada. Aunque estas tarjetas pueden crear vínculos más estrechos con los clientes y fuentes de ingresos potenciales, hay que estudiar con minuciosidad los riesgos operativos, financieros y de reputación. Aquí tienes un resumen de algunos de los posibles inconvenientes:
Aceptación limitada: las tarjetas de crédito privadas están restringidas al minorista o a la marca que las emite, lo que limita su uso a los clientes y reduce potencialmente su atractivo en comparación con las tarjetas de crédito más universales.
Riesgo de crédito: aunque un minorista esté asociado con una entidad financiera, la empresa podría asumir cierto nivel de riesgo crediticio, especialmente si hay una tasa de incumplimiento alta entre los titulares de tarjetas.
Dificultades operativas: la introducción y gestión de un programa de tarjetas de crédito puede estresar a los recursos de una empresa, lo que exige equipos dedicados a supervisar la asociación, gestionar las promociones y abordar los problemas.
Tipos de interés más altos: estas tarjetas suelen tener tipos de interés más altos que las tarjetas de uso general, lo que puede desalentar a los clientes con conocimientos financieros y transmitir quizá una impresión negativa de la marca a los clientes.
Preocupaciones por el endeudamiento de los clientes: animar a los clientes a utilizar estas tarjetas puede llevarlos a endeudarse sin darse cuenta, lo que puede acarrearles consecuencias negativas a largo plazo, además de afectar a su fidelidad y confianza a largo plazo en la marca.
Diferenciación competitiva: dado que muchos minoristas ofrecen tarjetas, el prestigio de una tarjeta de crédito privada puede diluirse en un mercado abarrotado, por lo que resulta complicado destacar.
Riesgos potenciales para la reputación: cualquier problema con la tarjeta, por ejemplo, filtraciones de datos o disputas sobre cargos por intereses, puede dar una imagen negativa del minorista, aunque la culpa sea de la entidad financiera.
Antes de ofrecer una tarjeta de crédito privada, es importante que sepas a qué obstáculos te puedes enfrentar. Al igual que con cualquier iniciativa clave, decidir si adoptar una tarjeta de crédito privada debe ser una elección informada y deliberada que refleje objetivos comerciales más amplios.
¿Cómo puedes obtener una tarjeta de crédito privada para tu empresa?
La introducción de una tarjeta de crédito privada en el arsenal de tu empresa implica una combinación inteligente de planificación, colaboración y supervisión. Puedes abordar esta iniciativa de la siguiente manera:
Conoce a tu público: en primer lugar, evalúa tu cartera de clientes. ¿Cuáles son los hábitos de compra de esos clientes? ¿Apreciarían la flexibilidad y las ventajas de una tarjeta de crédito dedicada?
Elige un socio financiero: busca una entidad financiera que se ajuste a los valores y objetivos de tu marca y colabora con ella. Esta entidad gestionará las operaciones de back-end de la tarjeta, incluidas la evaluación crediticia y la facturación.
Diseño e imagen de marca: trabaja en estrecha colaboración con los diseñadores para asegurarte de que la tarjeta refleje la identidad de tu marca. El aspecto de la tarjeta debe reflejar el espíritu de tu marca y atraer a tu público objetivo.
Determina las ventajas de la tarjeta: decide cuáles serán las ventajas y los incentivos exclusivos que ofrecerá tu tarjeta. Esto podría incluir descuentos especiales, puntos de recompensa u opciones de financiación.
Establece términos y condiciones claros: colabora con asesores jurídicos para redactar condiciones claras para usar la tarjeta, los tipos de interés y otras condiciones asociadas.
Comercializa la tarjeta: desarrolla una estrategia de marketing integral para promocionar tu tarjeta. Esto podría implicar promociones en tienda, campañas por Internet y anuncios dirigidos.
Capacita a tu personal: capacita a tus empleados en relación con la tarjeta para que puedan ofrecer asistencia y promocionarla entre los clientes potenciales.
Supervisa y adapta: una vez que lances la tarjeta, controla de cerca las comisiones de adopción de la tarjeta, los patrones de uso y los comentarios de los clientes. Utilice esta información para mejorar las ventajas y abordar cualquier problema.
Crear una tarjeta de crédito privada para tu negocio exige una atención rigurosa a los detalles, una supervisión continua y un compromiso firme con la experiencia del cliente. Si se ejecuta con precisión, esta iniciativa puede reforzar tu posición en el mercado y crear vínculos duraderos con tus clientes, lo que aumenta la propuesta de valor de tu marca con cada transacción.
El contenido de este artículo tiene solo fines informativos y educativos generales y no debe interpretarse como asesoramiento legal o fiscal. Stripe no garantiza la exactitud, la integridad, la adecuación o la vigencia de la información incluida en el artículo. Debes procurar el asesoramiento de un abogado o un contador competente con licencia para ejercer en tu jurisdicción si deseas obtener asistencia para tu situación particular.