La facturación es una parte integral de las operaciones financieras de las empresas, desde las startups hasta las empresas multinacionales. Sin embargo, enviar una factura no garantiza que la factura se pague rápidamente: Alrededor del 35 % de las facturas se pagan con más de 30 días de retraso. Para las empresas que quieren perfeccionar sus prácticas de facturación, es importante entender el marco legal de la facturación.
Comprender la distinción entre un documento informativo y uno legalmente exigible puede afectar significativamente a los ingresos de una empresa y a las relaciones con sus clientes. Aunque enviar una factura puede que no garantice su pago, comprender los matices legales puede ayudar a las empresas a buscar protecciones más sólidas. A continuación, ofrecemos una visión completa de las dimensiones legales de las facturas y guiamos a las empresas para que refuercen sus procesos de facturación.
¿De qué trata este artículo?
- ¿Qué es una factura?
- ¿Para qué se utilizan las facturas?
- ¿Una factura es un documento legal?
- Cómo crear protecciones legales sobre la facturación
¿Qué es una factura?
Una factura es un documento formal que el vendedor emite a un cliente y en él se especifican los detalles de una transacción. Enumera los productos o servicios proporcionados, sus cantidades y precios acordados. La factura actúa como una solicitud de pago, pues indica el importe que el cliente le debe al vendedor, y se utiliza como registro de la venta después de que se paga la factura.
Además de los cargos pormenorizados, una factura suele incluir datos importantes como la fecha de emisión, la fecha de vencimiento del pago, el número único de factura y la información de contacto de ambas partes. Dependiendo de la naturaleza de la empresa y de las condiciones establecidas, una factura también puede incluir información fiscal, datos de envío, condiciones de pago y cualquier descuento aplicable.
¿Para qué se utilizan las facturas?
Las facturas tienen varios propósitos en muchas empresas y sectores:
Solicitudes de pago. Una factura es una solicitud de pago. Tanto si un desarrollador independiente factura a un cliente por horas de programación como si una tienda de e-commerce le cobra a un cliente por un lote de productos, la factura aclarará cuánto se debe.
Mantenimiento de registros. Las empresas utilizan las facturas como parte importante de sus registros financieros. Desde las nuevas empresas de software como servicio (SaaS) hasta los minoristas en línea consolidados, las facturas ayudan a realizar un seguimiento de las ventas, los ingresos y las deudas pendientes, lo que proporciona una imagen clara de la solidez financiera del negocio.
Documentación fiscal. Las facturas son indispensables a la hora de declarar los ingresos y calcular los impuestos. Por ejemplo, es posible que un entrenador de fitness en línea deba proporcionar un desglose de los ingresos mensuales, y las facturas detalladas ofrecen un registro claro y verificable.
Protección legal. Las facturas sirven como prueba en caso de que surjan disputas sobre pagos o servicios prestados. Una agencia digital, por ejemplo, puede hacer referencia a una factura para confirmar el alcance del trabajo y el precio acordado con un cliente.
Gestión del flujo de caja. Las empresas basadas en suscripciones dependen de la facturación periódica para gestionar el flujo de caja y asegurarse de tener los fondos necesarios para mantener sus operaciones. La facturación periódica también ayuda a predecir los ingresos y a elaborar proyecciones precisas para los inversores y accionistas.
Comunicación con el cliente. A menudo, las facturas sirven como una herramienta de comunicación. Una tienda de ropa puede usar facturas para informar a los clientes sobre los próximos programas de ventas o fidelización, mientras que una empresa de consultoría puede usarlas para detallar los servicios adicionales ofrecidos.
Las empresas de todo tipo deben aprender a usar las facturas de manera eficiente, ya que son herramientas comerciales importantes que ayudan a la claridad financiera, la comunicación con los clientes y el crecimiento.
¿Una factura es un documento legal?
Una factura es, principalmente, un documento financiero que detalla una transacción, pero tiene importancia legal en múltiples aspectos:
Comprobante de la transacción. Una factura verifica que un vendedor proporcionó un servicio o producto en particular a un precio determinado. Para una empresa de SaaS, puede confirmar que un cliente compró un nivel de suscripción específico, mientras que para un sitio de e-commerce valida la venta de artículos concretos.
Pruebas contractuales. En situaciones en las que existe un acuerdo formal entre dos partes, la factura puede servir como prueba de que ese acuerdo se está cumpliendo. Por ejemplo, si un diseñador gráfico aceptó crear un logotipo por un precio específico, la factura refuerza que el servicio se entregó según las condiciones acordadas.
Fines fiscales. Para las autoridades fiscales, las facturas son un documento clave para hacer un seguimiento de los ingresos y gastos de la empresa. Una empresa de dropshipping se basaría en sus facturas para demostrar sus ventas y los costes asociados a la compra de bienes a los proveedores.
Recuperación de deudas. Si no se realiza un pago, la factura puede utilizarse en un contexto legal para reclamar deudas pendientes. Si un proveedor de cursos en línea está tratando con un cliente que no ha completado el pago de un curso, puede consultar la factura al reclamar el importe adeudado.
Una factura no es un acuerdo legalmente vinculante, pero sirve como registro de una transacción. Es una prueba de que se entregó un producto o se prestó un servicio y de que se debe pagar un importe a cambio. A continuación, te indicamos algunas formas en las que las facturas son de utilidad para las empresas:
Prueba de una transacción. Una factura muestra los detalles de una transacción entre dos partes, como un proveedor de servicios y un cliente. Tanto si diriges una tienda de e-commerce como una consultoría independiente, la factura significa que has cumplido con tu parte de un acuerdo y, en respuesta, esperas recibir un pago específico.
Vinculado a acuerdos. Aunque la factura no es un contrato, suele estar vinculada a un acuerdo o contrato legalmente vinculante. Por ejemplo, un desarrollador web puede tener un contrato que establezca que, al completar ciertos hitos, enviará a los clientes una factura. En este caso, el contrato obliga al cliente a pagar y la factura solicita el importe acordado.
Condiciones de pago. Las condiciones de pago que se especifican en una factura, como las fechas de vencimiento o los cargos por demora, pueden servir como recordatorio de las condiciones acordadas. Si estas condiciones se establecieron en un contexto contractual, entonces son legalmente vinculantes.
Procedimientos judiciales. Si un cliente no paga como se espera, la factura se puede utilizar en procedimientos legales como prueba de la deuda. En muchas jurisdicciones, las empresas pueden utilizar las facturas para iniciar procesos de cobro o emprender acciones legales por importes impagados.
Cómo crear protecciones legales sobre la facturación
Aunque es posible que una factura no tenga peso legal como documento independiente, las empresas no deben pasar por alto la oportunidad de reforzar sus procesos de facturación. Para construir un marco de protección en torno a tus interacciones financieras, considera tomar estas medidas proactivas:
Redacta contratos claros. Antes de comenzar cualquier trabajo o enviar bienes, escriba un acuerdo integral. Este debe cubrir el alcance de los servicios, los productos que se deben entregar, el precio y cualquier condición particular, sin que dé lugar a ambigüedades.
Desglosa los servicios en las facturas. Evita las disputas desglosando las facturas. Detallar los servicios o bienes proporcionados permite justificar con transparencia cuánto debe el cliente.
Especifica tus condiciones de pago. Detallar la fecha de vencimiento del pago, los métodos de pago aceptados y las condiciones de las disputas o reembolsos crea expectativas claras.
Mantén un registro de todos los acuerdos. Mantén un registro exhaustivo de los correos electrónicos, documentos firmados y otra correspondencia.
Documenta todas las entregas o finalizaciones de servicios. Cuando se trate de bienes tangibles, ten siempre un comprobante de entrega o un recibo firmado. Para los que trabajan en el sector de los servicios, el acuse de recibo o los certificados de finalización del proyecto pueden ser herramientas valiosas.
Utiliza plataformas de facturación reconocidas. Estas plataformas ayudan a crear facturas a la vez que proporcionan registros con marca de tiempo, que muestran cuándo se emitió, se vio y se pagó una factura.
Entabla una comunicación abierta y coherente. Mantén los canales abiertos y registra las discusiones pertinentes según corresponda. Abordar las inquietudes o los problemas con prontitud puede ayudarte a evitar disputas legales.
Busca asesoramiento legal especializado. Trabajar con expertos en derecho comercial ofrece a las empresas ventajas, como una orientación personalizada y condiciones contractuales que siguen la normativa local e internacional.
Lleva a cabo revisiones periódicas de las prácticas de facturación: Revisar y ajustar las estrategias de facturación es fundamental cuando se trata de hacer frente a los cambios en la normativa, las demandas de los clientes y las necesidades empresariales.
Estas tácticas pueden ayudar a empresas de todo tipo a reforzar sus procedimientos de facturación, lo que allana el camino para transacciones más ágiles y legalmente sólidas.
El contenido de este artículo tiene solo fines informativos y educativos generales y no debe interpretarse como asesoramiento legal o fiscal. Stripe no garantiza la exactitud, la integridad, la adecuación o la vigencia de la información incluida en el artículo. Debes procurar el asesoramiento de un abogado o un contador competente con licencia para ejercer en tu jurisdicción si deseas obtener asistencia para tu situación particular.