A ningún titular de una empresa le agrada la cantidad de trabajo que requiere calcular los impuestos, por no hablar de los importes reales que se pagan. Sin embargo, calcular y pagar impuestos es tanto una obligación legal como una responsabilidad que los empresarios asumen a cambio del importante apoyo por parte de la sociedad.
Algunos empresarios principiantes suelen temerle en exceso a la responsabilidad impositiva que conlleva la constitución de una empresa. Queremos romper algunos mitos para que entiendas de manera clara lo que se te solicitará que pagues, cuánto será el importe final aproximado, y cómo puedes organizar tu empresa para que calcular y pagar impuestos sea lo menos tedioso posible.
PwC, una de las principales empresas contables del mundo, es el socio fiscal y contable de Stripe Atlas. Parte de este capítulo está basado en una guía más detallada sobre impuestos de Atlas elaborada por PwC, a la que pueden acceder los usuarios de Atlas.
Existes muchos tipos de impuestos en los Estados Unidos y en todo el mundo. Esta guía aborda una subsección acerca de los impuestos que probablemente tendrá que pagar una entidad corporativa de los Estados Unidos. Los empresarios o titulares de empresas pueden obtener ingresos por trabajar para la empresa, percibir dividendos o generar ganancias de capital. Asegúrate también de gestionar tus obligaciones personales.
La profesión contable existe en gran medida para ayudarte a calcular de manera adecuada los impuestos que debes pagar. Esta breve guía no sustituye el asesoramiento profesional de tu contador. Acude a un contador: su asesoramiento te ahorrará dinero y estrés.
¿Qué es la planificación de impuestos?
Si bien resulta un poco sorprendente para los empresarios, suelen existir varias maneras de aplicar las leyes fiscales a los hechos económicos de tu empresa. Esto puede dar lugar a una diversa cantidad de impuestos, en función de cómo se aplique la ley. Los contadores ayudan a las empresas a desarrollar una posición fiscal en conformidad con la ley y eficiente respecto del importe de los impuestos exigidos.
La planificación de impuestos suele comenzar mucho antes de que se devenguen los impuestos o incluso de que se realicen las transacciones. Por ejemplo, si se desea conceder a los empleados una participación en la empresa (para atraer a los empleados deseables y recompensarlos por el éxito esperable del emprendimiento), se toman las decisiones consiguientes sobre la estructura de la empresa en el momento de la constitución, quizás incluso antes de contratar al primer empleado. La eventual realización del valor de ese capital, y las consecuencias fiscales para esos futuros empleados, podrían producirse en un plazo de 5 a 10 años.
La planificación de impuestos es legal y es una actividad que se espera de las empresas. Como el juez Learned Hand escribió en 1934, resumiendo siglos de precedentes:
Cualquiera puede organizar sus asuntos de modo que sus impuestos sean lo más bajos posible; no están obligados a elegir el modelo que mejor pague al Tesoro. Ni siquiera existe el deber patriótico de aumentar los propios impuestos de uno.
Los tribunales repitieron una y otra vez que no hay nada siniestro en organizar los asuntos de modo que los impuestos sean lo más bajos posible. Todos lo hacen, ricos y pobres por igual, y todos hacen bien, ya que nadie tiene el deber público de pagar más de lo que exige la ley.
Sin embargo, las agencias tributarias suelen ver con desaprobación las estructuras fiscales abusivas, en las que la única justificación de alguna acción de la empresa es eludir impuestos, y pueden imponer sanciones importantes cuando esto ocurre. Los impuestos pueden ser un tema muy complicado, lo cual es una razón más para que tu contador o abogado revisen los cambios consiguientes en tu estrategia fiscal. Pueden asesorarte sobre si estás haciendo algo que es común en tu país o sector, o si corres un mayor riesgo de que las agencias tributarias a las que estás sujeto juzguen tus declaraciones como insuficientes.
Impuesto sobre franquicias en Delaware
Delaware, al igual muchos estados, cobra a todas las empresas constituidas en ese estado un «impuesto sobre franquicias». Este impuesto puede pensarse como una comisión anual para renovar la inscripción de una corporación. En algunos estados, la comisión se llama tasa.
Casi todos los impuestos gravan los ingresos o los beneficios. El impuesto sobre franquicias es diferente. Hay dos formas de calcularlo: en principio, ambas parten de una cifra relativamente baja y aumentan según la complejidad de la empresa.
Tú o tu contador pueden calcular el impuesto sobre franquicias en menos de dos minutos. Las normas y fórmulas se encuentran en el sitio web del estado de Delaware.
Por lo general, las empresas que se constituyen mediante Stripe Atlas deben pagar el impuesto mínimo según el método del valor nominal supuesto.
El impuesto sobre franquicias se debe pagar junto con la presentación del informe anual, antes del 1 de marzo de cada año. Las declaraciones de impuestos corporativos en los EE. UU. suelen vencer el 15 de abril (suponiendo que tu ejercicio fiscal sea el año calendario). Por lo general, es más fácil presentar el impuesto sobre franquicias cuando se prepara la declaración de impuestos corporativos, que estará hecha y lista en algún momento de febrero (si se organiza bien).
Los empresarios pueden presentar su propio informe anual y el impuesto sobre franquicias con relativa facilidad a través de la página web de Delaware, en la mayoría de los casos sin necesidad de asesoramiento profesional. Tu contador también puede hacerlo en tu nombre. Es posible que tengas que pagar un importe nominal, alrededor de USD 100, por este servicio.
Las sociedades de responsabilidad limitada (LLC) constituidas mediante Stripe Atlas suelen pagar un impuesto anual de Delaware para las LLC de USD 300, que vence el 1 de junio de cada año.
Impuesto sobre las ventas
«Aquí hay dragones».
En los Estados Unidos, es posible que las empresas estén obligadas a cobrar el impuesto sobre las ventas de su jurisdicción local (ciudad, condado, etc.) y de su estado. Esto ocurre en todas las jurisdicciones en las que la empresa a) realiza una transacción y, además, b) tiene un «nexo» o una conexión con la jurisdicción.
En general, las empresas de Internet solo tienen un nexo en los lugares donde disponen de una propiedad física o empleados que trabajan en su nombre. Sin embargo, cada vez son más los estados que cambian sus leyes para ampliar lo que significa tener un nexo y, en consecuencia, exigen a más vendedores que cobren y envíen impuestos. Puedes tener un nexo simplemente por constituir una sociedad en un estado, por tener clientes en un estado o por recompensar a personas en el estado al remitir clientes a tu sitio web. Cada estado tiene sus propias normas sobre qué actividad constituye un nexo. Puedes obtener más información sobre cómo y dónde inscribirte para cobrar impuestos aquí.
Una vez que te inscribas para cobrar impuestos en un lugar, por lo general se te exigirá que cobres el impuesto a los clientes, muestres en cada transacción el importe de impuestos que cobras y envíes el impuesto al organismo público correspondiente de manera mensual o trimestral.
Muchas localidades de los EE. UU. también tienen un «impuesto de uso», que se corresponde con el impuesto sobre las ventas. El impuesto de uso lo paga el cliente en una transacción, no el vendedor. Se supone que los clientes le informan a la agencia tributaria local algo similar de este estilo: «Estoy usando bienes que compré fuera de esta jurisdicción. Aquí está el pago del impuesto». Algunas personas creen que el cumplimiento de la normativa del impuesto de uso es demasiado bajo. No obstante, es posible que tengas que presentar una solicitud si tu empresa tiene presencia física en un estado de los EE. UU. Consulta en tu estado, ciudad o condado.
La complejidad de la presentación del impuesto sobre las ventas depende en gran medida de las características específicas de tu empresa, incluido qué vendes, cómo registras las ubicaciones de las transacciones o de los compradores, qué tan fácil es determinar dónde se encuentran el nexo o los nexos de tu empresa, etcétera. Por regla general, la mayoría de las empresas de Internet delegan la declaración del impuesto sobre las ventas al mismo contador que se encarga de la declaración del impuesto a los ingresos corporativos. Esto suele costar unos cientos de dólares estadounidenses en comisiones por servicios profesionales, pero depende de la complejidad de la empresa.
Impuestos a los ingresos corporativos
Los beneficios de las corporaciones tributan a nivel federal y estatal. El formulario principal para la declaración federal es el formulario 1120.
Algunas declaraciones de impuestos o presentaciones gubernamentales son muy sencillas y uno mismo puede hacerlas. Este no es el caso. Aunque parezca sencillo (solo cinco páginas al principio), es absolutamente necesario que un profesional fiscal o un contador participen en la preparación de cualquier declaración de impuestos corporativos. Es bastante fácil cometer errores que tengan consecuencias, y solucionarlos será una distracción durante la gestión de tu empresa. Además, hay varias formas de caracterizar las cosas que, si bien no son errores, darán lugar al pago de importes excesivos de impuestos en relación con formas igualmente válidas de caracterizar los mismos hechos económicos.
El impuesto a los ingresos no grava las ganancias, sino solo los ingresos. En términos generales, los ingresos son las ganancias menos los gastos. La mayor parte de las compras en nombre de la empresa, incluidos los salarios del equipo fundador y los empleados, pueden deducirse inmediatamente como gastos.
Un número relativamente menor de actividades no se pueden cargar como gastos, sino que tienen que capitalizarse. Su costo inicial (en general, elevado) se distribuye entre la empresa a lo largo de la vida útil de la actividad. También se denomina «depreciación» o «amortización». Las empresas de Internet no suelen tener gastos de capital importantes al principio de su actividad, sobre todo porque las fuentes históricas de gastos de capital (servidores, equipos de red, desarrollo de software personalizado, etc.) se alquilan cada vez más a proveedores de servicios en la nube por sumas de dinero bastante pequeñas (y expansibles).
Tu contador puede brindarte asesoramiento de confianza respecto a si es necesario amortizar algún gasto específico.
Si tienes presencia física en un estado de los EE. UU., es posible que tu empresa tenga que pagar impuestos a los ingresos estatales además de los federales. Tu contador puede asesorarte sobre si tu empresa tiene la obligación de presentar declaraciones en estados en los que existe físicamente o desarrolla su actividad, así como ayudarte a preparar esas declaraciones. Algunos estados se han vuelto más rigurosos a la hora de afirmar que la actividad en Internet puede, en algunas circunstancias, dar lugar a un requisito de presentación.
Impuestos a los ingresos federales de una sociedad de responsabilidad limitada (LLC)
Por lo general, los beneficios de una LLC se transfieren a sus titulares y se gravan en sus declaraciones de impuestos federales. Las LLC que son propiedad de un solo miembro se tratan como entidades no consideradas por el IRS (Servicio de Impuestos Internos de los Estados Unidos), mientras que las LLC que son propiedad de más de un miembro se tratan como sociedades. Aunque los beneficios de una LLC pertenecen a los titulares, es posible que la LLC como tal tenga que presentar una declaración de impuestos. Por ejemplo, una LLC cuyo único titular sea una persona física no residente en los EE. UU. deberá presentar el formulario 5472 ante el IRS, y las LLC propiedad de varios socios deberán presentar una declaración de sociedad mediante el formulario 1065.
Al igual que con los impuestos federales para una corporación, sin dudas debes contar con un profesional de impuestos o un contador que colabore en la preparación de cualquier declaración de impuestos federales relacionados con los beneficios que obtienes por tu LLC. La declaración de impuestos depende de cómo se haya constituido la LLC, y es fácil pasar por alto dónde es necesario declarar o cómo se asignan los beneficios a los titulares de la LLC.
Una de las ventajas de las LLC es que ofrecen flexibilidad en cuanto a la tributación de los beneficios. Por ejemplo, las LLC tienen la opción de presentar una elección ante el IRS para tributar como una corporación. Si te interesa esta opción, te recomendamos que te comuniques con un asesor fiscal para comprender las implicaciones fiscales y los requisitos de presentación de la elección.
Números de identificación fiscal
Todas las declaraciones de impuestos están asociadas a números de identificación fiscal. Existen diversos tipos. Los que verás con más frecuencia son los siguientes:
Número del seguro social (SSN): los ciudadanos estadounidenses y las personas autorizadas a trabajar en los Estados Unidos reciben un número de la Administración del Seguro Social. Los organismos gubernamentales y las entidades privadas lo utilizan ampliamente para identificarlos. El SSN se considera información muy confidencial (porque a menudo se utiliza para autenticar la identidad de una persona determinada).
El formato general de un SSN es 123-45-6789.
Las empresas no tienen un SSN. Es posible que no tengas un SSN si no eres ciudadano estadounidense o no trabajaste antes en los Estados Unidos. En su lugar, debes proporcionar uno de los siguientes datos cuando te lo soliciten:
Número de identificación personal del contribuyente (ITIN): cualquier persona física (un ser humano vivo) que necesite declarar impuestos, pero no pueda recibir un SSN (porque este suele requerir el derecho legal a trabajar en los EE. UU.), puede solicitar al IRS un ITIN, que funciona como un SSN sustitutivo. No son muy difíciles de obtener. Solo debes presentar un formulario W-7 y esperar alrededor de seis semanas.
La mayoría de los titulares de empresas de Stripe Atlas no necesitan un ITIN. Tu empresa declarará impuestos en los EE. UU., pero es posible que tú no tengas la obligación de hacerlo. Si tu contador te comunica lo contrario, presenta un W-7 para que te lo emitan. También puedes obtener uno de manera simultánea con cualquier declaración de impuestos. Presenta la declaración de impuestos en papel con el ITIN anotado como «pendiente» e incluye un formulario W-7. Por lo general, esto implica una demora en la tramitación de tu declaración de impuestos y se debe evitar cuando sea posible. Sin embargo, siempre es mejor presentar la declaración a tiempo y que se demore la tramitación, que no presentarla o presentarla tarde.
Un ITIN se parece a un SSN, pero el primer dígito siempre será 9.
Número de identificación del empleador (EIN): los EIN identifican a personas jurídicas (es decir, empresas), no a personas físicas (personas reales). Para recibir un EIN, debes presentar un SS-4 ante el IRS. Si constituiste tu empresa mediante Atlas, gestionaremos esto en tu nombre.
Las entidades financieras de los EE. UU. y, en ocasiones, otras empresas te solicitarán el EIN. Es posible que no sea una buena idea publicarlo, pero no se tratan con tanta confidencialidad como los SSN. (La revelación de tu SSN a una persona no autorizada es una emergencia inmediata; la divulgación del EIN de tu empresa ocurre de forma bastante frecuente).
Un EIN se puede ver así: 12-3456789. Ten en cuenta que tiene la misma cantidad de dígitos que un SSN, pero la ubicación del guion es diferente. Desafortunadamente, no es cierto que los guiones no importan: algunos SSN tienen los mismos números en el mismo orden que algunos EIN, por lo que debes asegurarte de completar siempre la casilla correcta e incluir los guiones en los espacios adecuados.
Declaraciones informativas
Las empresas, incluida la tuya, tienen la obligación de declarar ciertas transacciones al Gobierno mediante «declaraciones informativas». El Gobierno coteja las declaraciones informativas con las presentaciones de impuestos de particulares y empresas para asegurarse de que los contribuyentes no se olviden de pagar impuestos por los ingresos que recibieron.
Tu empresa emitirá declaraciones informativas de manera periódica. Es posible que las recibas ocasionalmente, por lo que también debes entender cómo funciona ese proceso.
Existen varios tipos de declaraciones informativas. Los dos formularios que quizás emitas son el W-2, que registra los ingresos salariales de un empleado, y el 1099-MISC, que muestra el pago por servicios a un contratista particular. (Por lo general, no emitirás un 1099-MISC a una empresa, aunque pagues por sus servicios).
Tu contador se encargará de presentar los formularios W-2 y 1099 en tu nombre, a principios del año calendario. Le entregarás una copia al contribuyente sobre el que informas y otra al IRS, y guardarás otra copia para tus archivos.
Para emitir cualquier declaración informativa, necesitas el número de identificación fiscal de una persona, que suele ser un SSN para los formularios W-2, y un SSN, ITIN o (con poca frecuencia) un EIN para los 1099. Existe un formulario para solicitar de manera formal el número de identificación fiscal de una persona, el W-9. El W-9 solo se utiliza con contribuyentes de los EE. UU. Si alguien no es estadounidense (por ejemplo, si empleas a alguien en el extranjero), deberás solicitar que te entregue un W-8BEN en su lugar. (De este modo, queda un registro en papel en caso de que se dé una conversación con el IRS de este estilo: «¿Por qué no presentaste un 1099 para ese contratista?». «No tenemos que hacerlo porque no tiene responsabilidad fiscal en los EE. UU.». «¿En serio?» «Aquí está su W-8BEN». «De acuerdo»). Como al IRS le encantan los formularios, existe (el W8-BEN-E) para cuando necesites un W8-BEN de una entidad corporativa.
Es posible que en ciertas ocasiones soliciten que tu empresa presente un formulario W-9 o W8-BEN. Esto podría ocurrir si alguien cree que necesita presentar, o podría necesitar presentar, una declaración informativa sobre ti. Por ejemplo, una entidad financiera puede solicitar uno de estos documentos para abrir una cuenta, en previsión de que quizá tengas que presentar un formulario 1099-INT para declarar los ingresos por intereses en una fecha posterior.
En algunos casos, es posible que te soliciten uno de estos formularios por error. Algunos errores relativamente frecuentes:
Solo se debe solicitar el formulario W-9 a personas estadounidenses (incluidas las empresas). Si no eres estadounidense, te solicitarán el formulario W8-BEN.
Cualquier empresa constituida en los EE. UU. es una persona estadounidense, independientemente de quién sea su titular. Muchos clientes de Stripe Atlas tienen corporaciones de Delaware cuya dirección y operaciones son internacionales. Estas corporaciones siguen siendo personas estadounidenses y, por lo tanto, solo deben presentar el formulario W-9, no el W8-BEN-E.
En ocasiones, las empresas solicitan estos formularios cuando en realidad no los necesitan. No tienes ninguna obligación en particular de proporcionarlos si no existe ningún requisito legal de declaración informativa. Dicho esto, las empresas no tienen ninguna obligación específica de realizar negocios contigo, y algunas solicitarán estos formularios en determinados momentos por una cuestión de políticas empresariales. A menudo, la resolución más fácil es decir: «¿Puedes consultar con tu contador si eso es realmente necesario?». También puedes simplemente decidir proporcionar el formulario, aunque no estés obligado a hacerlo.
Por lo general, te será conveniente presentar los formularios W-9 o W8-BEN. Una razón habitual por la que tu contraparte los solicita es para documentar su decisión de no retener dinero en tu nombre. (Si no eres conocido en el sistema fiscal de los EE. UU, es posible que tengan la obligación legal de retener quizás el 30 % de tu pago y enviarlo al IRS. Luego, el IRS esperará a que presentes la declaración y tal vez te devuelva una parte de ese monto. Se supone que las personas conocidas en el sistema fiscal son honestas y se puede confiar en que guardan su dinero antes de presentar una declaración para determinar qué parte se debe enviar al IRS. El formulario W-9 implica lo siguiente: «Las leyes pertinentes determinan que el IRS confía implícitamente en mí, por lo que tienes toda la justificación legal que necesitas para pagarme lo que acordamos y no retener nada»).
Tu empresa puede recibir declaraciones informativas. El más probable para los clientes de Atlas es un 1099-K de Stripe, que muestra los ingresos por procesamiento de tarjetas de crédito en un año. No tienes que hacer nada en respuesta a una declaración informativa, ni tienes que enviársela al IRS debido a que ya recibió una copia. Debes tener los ingresos que figuran en la declaración registrados en algún lugar de tus libros, y tus libros impulsan tu declaración de impuestos.
El escenario en el que una declaración informativa realmente importa es cuando la declaración muestra una gran cantidad de dinero y la declaración a los ingresos corporativos no refleja ese dinero. Esto puede dar lugar a que el IRS realice una auditoría de correspondencia, básicamente con la siguiente pregunta: «Sabemos que recibiste USD 5000 en intereses el año pasado. ¿Dónde se incluyó este importe en tu declaración de impuestos?». Como eres un contribuyente respetuoso con la ley, tendrás una respuesta preparada a esa pregunta, y eso es todo.
Muchos empresarios creen que las declaraciones informativas reflejan necesariamente los ingresos (beneficios), pero no es así. Por ejemplo, un 1099-K refleja el volumen total de pagos, que ni siquiera se aproxima a los ingresos sujetos a impuestos de una empresa: aún tienen que pagar gastos, etc. El IRS espera que esa cifra sea un subconjunto de los ingresos del año (y solicitará explicaciones si muestras USD 200,000 de pagos con tarjeta de crédito, pero solo declaras USD 120,000 de ingresos). Sin embargo, no grava los ingresos, sino los beneficios de la empresa.
¿Qué son las tarifas de envío de fondos?
Las empresas hacen cada vez más negocios a nivel internacional, lo que plantea preguntas controversiales sobre dónde generan los beneficios de su actividad las partes relacionadas que trabajan de forma concertada y dónde deben pagar impuestos. Lo mismo ocurre con muchos clientes de Atlas, que pueden tener una entidad corporativa en los EE. UU. y otra en su país de origen.
Las empresas documentan el movimiento de dinero entre sus propias operaciones internacionales mediante tarifas de envío de fondos, un mecanismo para describir los movimientos internos de dinero, bienes, servicios y beneficios entre dos o más partes relacionadas como si fueran transacciones «independientes» de empresas no relacionadas.
Las tarifas de envío de fondos evolucionaron a lo largo de los años a medida que las empresas y las autoridades fiscales intentaban afrontar las complejidades de los negocios internacionales. Es una herramienta para que los contribuyentes consideren la mejor manera de asignar esos ingresos y para que las autoridades fiscales consideren si se asignó mucho o poco a un territorio, especialmente cuando existe una diferencia en el tratamiento fiscal entre los territorios.
Tarifas equitativas
La teoría general de las tarifas de envío de fondos es que las entidades acuerdan mutuamente un precio equitativo para los bienes y servicios que circulan entre ellas, registran su justificación y cotejan los libros de las entidades separadas con esta realidad estipulada y también con el flujo real de fondos.
En general, las economías basadas en el mercado asumen que no existe una «tarifa equitativa», excepto en el contexto de un acuerdo entre un comprador y un vendedor. ¿Cuánto «debería» costar un software? Nada, USD 0.99 o un millón de dólares estadounidenses al año, según el acuerdo entre las partes. Las autoridades tratan la elección de un comprador y un vendedor para acordar un precio con una deferencia considerable, incluso en asuntos fiscales: el IRS asumirá por defecto que el precio de un item de gasto es razonable.
Hay una advertencia aquí que es muy importante sobre las tarifas de envío de fondos: asumimos que los compradores y vendedores en la mayoría de las transacciones realizan la transacción porque les gustan las condiciones de la transacción, no porque tienen una relación mayor que la transacción. Esto se llama negociar de manera «independiente». Cuando el comprador y el vendedor tienen una relación, por ejemplo, están casados o dirigen una empresa en común, es posible que la transacción esté relacionada con el deseo de no entrar en un conflicto personal; o, lo que es más preocupante desde la perspectiva del IRS, para reducir los impuestos pagados.
En consecuencia, las tarifas de envío de fondos consisten en documentar «En el mundo hipotético en el que nuestras dos empresas no estuvieran relacionadas en absoluto, podríamos haber acordado razonablemente comprar esto porque es valioso y pagar esta cantidad de dinero porque es lo que costaría en el mercado».
Ejemplos de tarifas de envío de fondos
Los siguientes son dos ejemplos frecuentes en las empresas de Atlas:
Venta de software mediante la subsidiaria estadounidense de una empresa extranjera
Supongamos que los fundadores de una empresa de software operan en la India como una sociedad de responsabilidad limitada (PLC), el equivalente indio de una corporación estadounidense. Por una cuestión de practicidad, lo llamaremos software de monitoreo de servidores.
La PLC vende software de monitoreo de servidores directamente a empresas de la India, pero a sus programas los pueden utilizar clientes de todo el mundo. Crean una corporación en Delaware como subsidiaria para vender su software a clientes de todo el mundo, mientras que pretenden que la PLC siga vendiendo a clientes nacionales indios.
En este caso, el objetivo económico final de la empresa es asignar gran parte de los beneficios al lugar donde se produce la creación de valor, que debería ser la India, dado que el software en rigor se produce allí. De este modo, la PLC de la India podrá pagar sus gastos (incluido el salario del equipo de ingeniería), compensar a los fundadores y obtener beneficios para los fundadores o inversores (probablemente locales). En consecuencia, la empresa desea dejar en la entidad estadounidense una cantidad proporcional al trabajo que realiza.
Existen varias formas de lograrlo. Una es convertir a la entidad estadounidense en revendedor del software de la PLC. La empresa documentará de manera exhaustiva que investigó los acuerdos de reventa. Supongamos que el resultado de esta investigación fuera que los revendedores no relacionados reciben normalmente un 20 %. A continuación, harán que la entidad estadounidense firme un acuerdo formal de reventa con la PLC, por el que se la obliga a pagar el 80 % de la facturación que cobre a los clientes por el software que desarrolló la PLC.
La PLC de India recibe esta comisión como ingresos, tras lo cual se compensa con los gastos (salarios, servidores, etc.) de la entidad india y se grava por la India.
El 20 % restante de las ventas se queda en la corporación estadounidense. La empresa aplica parte de ellas a los gastos necesarios para el funcionamiento de la corporación estadounidense, como honorarios de contabilidad y de abogados (para la negociación de contratos, etc.), comisiones bancarias y similares. De este modo, la entidad estadounidense obtendrá un beneficio modesto, que será gravado por los Estados Unidos. El beneficio después de pagar impuestos se puede enviar a la empresa controladora de la corporación, donde puede o no estar sujeto a impuestos, o bien puede mantenerse en los EE. UU. por el momento y utilizarlo más tarde; por ejemplo, en la ampliación de las operaciones en los EE. UU., la compra de activos en dicho país en nombre de la empresa de los EE. UU. o en actividades similares.
Venta de productos físicos a través de una empresa de los EE. UU. que realiza inversiones
Supongamos que tenemos fundadores en Hong Kong que fabrican fundas para iPhone a nivel local, con la intención de distribuirlas a nivel internacional. Es posible que opten por inversiones. Si sus inversores son de Silicon Valley, tal vez les exijan constituir una corporación de Delaware para invertir.
En este caso, el objetivo final de la empresa es, en primer lugar, transferir fondos de los Estados Unidos a Hong Kong, utilizar esos fondos para establecer una operación de fabricación y, a continuación, vender los productos de su operación a través de la entidad estadounidense.
La primera parte consistiría en que la entidad estadounidense contratara servicios profesionales (diseño, imagen de marca, etc.) a la empresa de Hong Kong. Esto justificaría de manera adecuada el pago del dinero suficiente a la empresa para ponerse en marcha. La empresa de Hong Kong lo contabiliza como ingresos y la de los EE. UU., como gastos.
La operación en Hong Kong comienza entonces a producir fundas para iPhone. Se las venderá a la empresa estadounidense, que las venderá, a su vez, en todo el mundo. En este caso, la empresa preferiría venderlas al precio más bajo posible (porque así aumentan las ganancias de la entidad estadounidense, lo que complacerá a los inversores de ese país), pero las consideraciones de cumplimiento de la normativa la obligarán a fijar precios acordes con los de otros fabricantes de productos minoristas en los Estados Unidos. Por ejemplo, podría ocurrir que el precio mayorista (que paga la empresa de los EE. UU. a la empresa de Hong Kong) fuera el 40 % del precio minorista. Una vez más, la empresa documentaría de manera exhaustiva los motivos de su fijación de precios y los reflejaría en las facturas (de envío, etc.) entre las dos empresas.
Es probable que esto deje a la empresa de Hong Kong con un beneficio modesto (por el trabajo de servicios y las fundas de iPhone vendidas al por mayor, que se gravan en Hong Kong). La empresa estadounidense paga por los servicios y las fundas al por mayor, y luego las vende a un precio de venta minorista (más alto) (a través de su sitio web u otro canal), con la esperanza de obtener un beneficio. Los beneficios se gravan en los EE. UU. Después de los impuestos, es posible que los dividendos se destinen a los inversores o titulares de la empresa.

Algunas observaciones no tan evidentes:
La empresa podía elegir entre vender las fundas a través de la entidad de Hong Kong o de la entidad de los Estados Unidos. ¿Por qué vender a través de la entidad estadounidense? La razón principal es que los inversores invierten con la esperanza de poseer el valor que produce la empresa, por lo que se organizará para mantener la mayor parte del valor en la entidad estadounidense: será titular de la marca, los diseños y las relaciones comerciales, y «solo» hará que la entidad de Hong Kong efectúe el trabajo real en su nombre.
¿Sería seguro llevar a cabo este ejemplo a la inversa? Sería claramente más arriesgado. En general, las tarifas de envío de fondos que funcionan para reconocer ingresos en una jurisdicción de alta tributación, en lugar de una de baja tributación, no se examinan con mucho detenimiento. En cambio, las que funcionan para reconocer los ingresos en una jurisdicción de baja tributación suelen investigarse en detalle. La tasa impositiva de corporaciones en Hong Kong es menos de la mitad que la tasa en los Estados Unidos. En consecuencia, el IRS podría suponer que una entidad de los EE. UU. que le paga a una entidad relacionada de Hong Kong podría hacerlo con fines de optimización fiscal y no por razones económicas legítimas. Esto no lo hace imposible, solo más difícil de justificar. Una de las razones para disponer de contadores es tener una buena idea de cuál es el riesgo de una determinada posición fiscal y luego tomar una decisión de negocio sobre cuánto optimizar en términos de ahorro fiscal frente al riesgo fiscal.
Las tarifas de envío de fondos pueden ser muy intrincadas, sobre todo a medida que la estructuración de la corporación se complejiza, los tipos de transacciones empiezan a complicarse (las transacciones financieras multipartitas y multinacionales son mucho más difíciles de contabilizar que la simple venta de una funda de iPhone) y aumenta el tamaño de la empresa.
Una empresa que genera millones de dólares estadounidenses en ingresos probablemente necesitará que un contador especializado en su sector diseñe o modifique su estrategia de tarifas de envío de fondos. Dicho esto, incluso las empresas más pequeñas deben documentar su posición en materia de tarifas de envío de fondos. Si no dispusieran de esta documentación, se les complicaría mucho evitar sanciones si el IRS examina y cuestiona las tarifas.
Las medidas coercitivas se dirigen de manera desproporcionada a los grandes operadores (porque las agencias tributarias entienden que allí es donde se encuentra el dinero).
Esto no debe asustarte: el IRS, como la mayoría de las agencias tributarias, es bastante razonable y simplemente quiere que le paguen una cantidad acorde con tus responsabilidades según la ley. Si tienes un desacuerdo de buena fe con el IRS, tus asesores profesionales lo resolverán en el desarrollo normal de los negocios. Esto suele ocurrir con poca frecuencia y es muy poco probable que sea el motivo de fracaso de una empresa. Concentra tus esfuerzos en crear algo que a las personas les encante y en venderlo de manera eficaz. Puedes, y debes, contratar a contadores que gestionen estos asuntos en tu nombre.
Auditorías
La palabra «auditoría» asusta a muchos empresarios. No debería ser así.
Una auditoría no es más que una solicitud de información formal por parte de una agencia tributaria sobre la exactitud de la información que figura en tu declaración de impuestos. La inmensa mayoría de las auditorías son «auditorías de correspondencia»: la agencia tributaria simplemente te envía una carta, en general porque una computadora comparó las declaraciones informativas con tu declaración de impuestos presentada y se observó una posible discrepancia. Por lo general, tu contador redactará la respuesta a las auditorías de correspondencia, pero es probable que sea relativamente sencilla. (A menudo, el problema se puede explicar en un solo párrafo).
En ocasiones, el IRS selecciona algunas declaraciones para hacer un examen más detallado. Si te seleccionan para una auditoría de este tipo, deberías contar con representación profesional, ya que pueden ser bastante estresantes y distraerte de la gestión de la empresa. De todos modos, si presentas declaraciones precisas de una empresa bien organizada, no son una emergencia.
Estas auditorías suelen requerir una visita en persona, ya sea en la oficina local del IRS o en la tuya. (El IRS tiene oficinas en las embajadas de los EE. UU. en todo el mundo para abordar los problemas de tributación internacional. Suelen tener poco personal, por lo que tienen que ser muy selectivos respecto a la actividad de auditoría. No obstante, debes presentar declaraciones exactas en tiempo y forma).
En caso de recibir una auditoría, tu contador o abogado fiscal te dará instrucciones para redactar tu respuesta. Debes seguir sus consejos al pie de la letra, ya que para eso pagas por sus servicios. Algunas cosas que ingenuamente pueden parecer una gran idea, como facilitar al IRS todos los datos financieros de tu empresa, pueden retrasar la resolución de la auditoría o complicar demasiado el proceso; por ejemplo, que se examinen partes de la empresa que no estaban originalmente en el alcance de la auditoría.
Las auditorías son poco frecuentes, sobre todo en las empresas más pequeñas. Debes saber que existe la posibilidad de recibir una si diriges una empresa, pero son solo eso: la posibilidad de un encuentro relativamente rutinario entre tu empresa y el Gobierno. Aborda esta posibilidad como un profesional responsable: contrata a un contador, presenta declaraciones honestas, conserva la información de forma organizada y destina tu tiempo a desarrollar la empresa en lugar de preocuparte por el improbable caso de una auditoría. En caso de recibir una auditoría, vuelve a actuar como un profesional responsable: llama a tu contador o abogado fiscal y sigue sus instrucciones.
Los impuestos son un blanco móvil
La contabilidad es un campo profundo, como el desarrollo de software o el marketing. Una similitud entre estos campos es que el núcleo de la profesión es, en esencia, el mismo de un año a otro. Otra similitud es que la situación cambia de manera constante.
En estos momentos, la reforma fiscal está suscitando interés a nivel mundial. Las agencias tributarias aún no terminan de entender la Internet, y en cualquier momento pueden producirse cambios que afecten la situación de las empresas que operan en la Web.
Del mismo modo que no establecerías tu estrategia técnica o de marketing una vez y luego te olvidarías de ella, querrás trabajar con tus asesores fiscales (como mínimo) una vez al año para asegurarte de que la forma en que estructuraste las actividades siga cumpliendo con la normativa y proporcionándote beneficios.
A veces, incluso recibirás buenas noticias inesperadas. Por ejemplo, cuando el autor de esta guía puso en marcha su empresa, los sistemas de seguridad social de dos países le aplicaron una doble imposición por los mismos ingresos. A los pocos años de constituir la empresa, firmaron un acuerdo de totalización, que le permitía (a él y a otras empresas en situación similar) pagarle solo al sistema de su país de residencia. Se trataba de un ahorro importante, debido a un cambio legislativo, que habría pasado por alto si no hubiera revisado de manera periódica su estrategia fiscal con un profesional.
Esta guía no pretende constituir ni constituye en ningún caso asesoramiento, recomendaciones, mediación u orientación de tipo jurídico o fiscal. Esta guía y el uso que hagas de ella no crean una relación de abogado y cliente con Stripe, Orrick ni PwC. La guía solo representa las ideas del autor y no está respaldada por Orrick ni refleja necesariamente su opinión. Orrick no garantiza la exactitud, integridad, adecuación o actualidad de la información incluida en la guía. Te recomendamos que te comuniques con un abogado o contador competente con licencia para ejercer en tu jurisdicción a fin de recibir asesoramiento sobre tu problema específico.