Lo que debes saber sobre el crédito fiscal aplicado a las comisiones de pagos electrónicos en Italia

  1. Introducción
  2. ¿Qué es el crédito fiscal?
  3. ¿Qué es el crédito fiscal sobre pagos electrónicos?
  4. Quién puede beneficiarse del crédito fiscal sobre las comisiones de pagos electrónicos y cómo hacerlo
    1. ¿Cuáles son los requisitos?
    2. El papel de los proveedores de servicios de pago
    3. Notificación a la Agenzia delle Entrate
  5. Opción de transferencia del crédito fiscal
    1. ¿En qué consiste la transferencia de crédito fiscal?

En la actualidad, cuando se habla sobre innovación, investigación y desarrollo en el sector empresarial italiano, a menudo se menciona el crédito fiscal. Este beneficio fiscal representa una herramienta muy práctica para las empresas, ya que les permite reducir el importe de los impuestos que deben al Gobierno y, por tanto, pueden obtener un importante ahorro. En 2020, Italia introdujo además un crédito fiscal sobre las comisiones de los pagos electrónicos con el objetivo de fomentar el uso de métodos de pago distintos al efectivo. En este artículo, descubrirás qué es el crédito fiscal y qué es, cómo funciona y qué ventajas aporta a las empresas el crédito fiscal sobre las comisiones de los pagos electrónicos.

¿De qué trata este artículo?

  • ¿Qué es el crédito fiscal?
  • ¿Qué es el crédito fiscal sobre pagos electrónicos?
  • Quién puede beneficiarse del crédito fiscal sobre las comisiones de pagos electrónicos y cómo hacerlo
  • Opción de transferencia del crédito fiscal

¿Qué es el crédito fiscal?

El crédito fiscal es un tipo de beneficio fiscal al que las empresas italianas pueden recurrir para reducir los impuestos que deben pagar por sus beneficios netos. El objetivo de esta medida es impulsar el crecimiento y la competitividad de las empresas italianas ofreciendo un apoyo a la inversión y fomentando la innovación tecnológica. El crédito fiscal para empresas puede cubrir distintos tipos de gastos, como los de investigación y desarrollo, formación profesional, internacionalización, inversión en bienes de capital y otras actividades consideradas estratégicas.

Dado que se trata de un crédito fiscal, las empresas pueden utilizar este incentivo para compensar las deudas tributarias que tengan con diferentes instituciones acreedoras italianas, como el Gobierno, la Seguridad Social (INPS), el Instituto Nacional para la Prevención de los Accidentes en el Trabajo (INAIL), las autoridades locales, etc. Además, cuando se permita, las empresas podrán solicitar la devolución de los beneficios mediante una declaración de impuestos.

¿Qué es el crédito fiscal sobre pagos electrónicos?

El artículo 22 del decreto legislativo italiano n.º 124/2019 introdujo el crédito fiscal sobre las comisiones de pagos electrónicos, un beneficio fiscal para empresarios y trabajadores autónomos que tenía como objetivo fomentar el uso de métodos de pago distintos del efectivo. La finalidad de esta medida es compensar parcialmente los costes soportados por las empresas al aceptar transacciones electrónicas. El importe del crédito fiscal que las empresas pueden reclamar equivale al 30 % de las comisiones cobradas por las transacciones llevadas a cabo por una entidad privada con tarjeta de crédito, débito o prepago, así como con otros instrumentos de pago electrónico rastreables. Las transacciones efectuadas con tarjeta corporativa están, por tanto, excluidas.

El crédito fiscal sobre las comisiones de pagos electrónicos, también conocido como «bonificación POS», no contribuye a la generación de beneficios, por lo que no computa a efectos del impuesto de sociedades (IRES) ni del impuesto regional sobre actividades productivas (IRAP). Además, las empresas solo pueden emplearlo para compensar costes a partir del mes siguiente a aquel en el que soportaron el gasto en cuestión. Debes incluir el crédito fiscal del 30 % tanto en la presentación del formulario fiscal F24, con el código fiscal 6916, como en la declaración de la renta de 2023,indicando el código «H3» en la sección «RU» para aplicar el crédito reconocido.

Como ya hemos mencionado, el importe del crédito debido equivale al 30 % de las comisiones cobradas. No obstante, cabe mencionar que, tras los cambios introducidos en el párrafo 10 del artículo 11-bis del decreto ley italiano 73/2021, en el caso de las comisiones acumuladas entre el 1 de julio de 2021 y el 30 de junio de 2022, el crédito fiscal aumentó al 100 % para las empresas que adoptaran herramientas de pago electrónico vinculadas a herramientas tecnológicas que garantizasen la inalterabilidad y la seguridad de los datos. En esta categoría se incluyen quienes permiten pagos con tarjeta de débito o crédito, o con los instrumentos de pago avanzados a los que se hace mención en el párrafo 3 del artículo 2 del decreto legislativo italiano 127/2015. Esta disposición ya no está en vigor, por lo que, desde el 1 de julio de 2022, el crédito fiscal vuelve a ser del 30 %.

Quién puede beneficiarse del crédito fiscal sobre las comisiones de pagos electrónicos y cómo hacerlo

¿Cuáles son los requisitos?

Todas las personas con número de identificación a efectos del impuesto sobre el valor añadido (IVA), los comerciantes, las empresas, los artesanos y los empresarios pueden solicitar el crédito fiscal sobre pagos electrónicos —con independencia del tipo de negocio y del régimen tributario adoptado— siempre que su facturación en el año fiscal anterior a aquel en el que las transacciones de pago se efectuaron no superara los 400.000 €. En la práctica, este requisito lo cumplen todas las pymes.

El papel de los proveedores de servicios de pago

Para que los empresarios y los trabajadores autónomos que cumplen los requisitos puedan obtener el crédito fiscal sobre los pagos electrónicos, los proveedores de servicios de pago que hayan formalizado un contrato con la empresa para aceptar tarjetas de pago en Italia (de débito, de crédito o prepago) u otros instrumentos de pago electrónico rastreable deben enviar a esta, con carácter mensual, un documento en el que aparezcan todas las comisiones cobradas por pagos electrónicos efectuados en los últimos 30 días.

Notificación a la Agenzia delle Entrate

Con el fin de obtener el crédito fiscal del 30 %, las empresas deben enviar este documento a la Agenzia delle Entrate (la agencia tributaria italiana) antes del día 20 del mes siguiente a aquel en el que se efectuaron los pagos. Esto se puede hacer personalmente, mediante la página pertinente del sitio web de la Agenzia delle Entrate, o con la ayuda de un contable. Una vez que se compruebe el cumplimiento de los requisitos, la Agenzia delle Entrate podrá asignar el crédito fiscal a la empresa.

Opción de transferencia del crédito fiscal

El artículo 121 del decreto legislativo italiano 34 de 2020 introdujo las dos opciones que se detallan a continuación como alternativa al uso directo de la deducción para trabajos de construcción y medidas energéticas.

  • Descuento en la tasa debida: el denominado «descuento en factura» puede alcanzar un importe máximo igual a la tasa en sí y lo adelantan los proveedores que llevan a cabo el trabajo.
  • Transferencia a terceros del crédito fiscal por el mismo importe: las otras partes pueden ser instituciones de crédito y otros intermediarios financieros.

Más delante, el artículo 2 del decreto legislativo italiano 11 de 2023 estableció que, a partir del 17 de febrero de 2023, este derecho ya no podría ejercerse, excepto en circunstancias concretas. No obstante, analicemos cómo funcionaba la transferencia de crédito fiscal.

¿En qué consiste la transferencia de crédito fiscal?

La transferencia de crédito fiscal permite la cesión del derecho a obtener una deducción fiscal a un tercero (por ejemplo, intermediarios financieros, bancos o contratistas) para que la cobre del deudor. Para entender mejor su funcionamiento, conviene saber quiénes son las partes interesadas:

  • Encargado: se trata del deudor; en otras palabras, el sujeto al que el cedente solicitará que pague el crédito obtenido.
  • Cedente: es el sujeto que tiene derecho al crédito.
  • Cesionario: es el sujeto que adquiere el crédito y lo administra (por lo general, un banco).

El cedente transfiere el crédito al cesionario, por lo general, mediante el pago de una tasa acordada entre las partes. En el sector de la construcción, el cedente suele ser el contribuyente que soporta el gasto y el cesionario es la empresa o el banco.

La principal ventaja de transferir el crédito fiscal es que se obtiene liquidez inmediata mediante su venta. De esta forma, las empresas pueden obtener un beneficio más inmediato en comparación con la deducción fiscal, que se reparte a lo largo de varios años.

Hasta 2023, se permitía la transferencia de crédito fiscal como parte de la ejecución de los siguientes tipos de trabajo:

  • Medidas de desarrollo energético, que otorgaban derecho a obtener el Ecobonus o el Sismabonus (es decir, la adopción de medidas antisísmicas)
  • Reformas a las que se aplicase la deducción a 10 años
  • Recuperación y restauración de las fachadas de edificios existentes
  • Instalación de estaciones de carga de vehículos eléctricos
  • Trabajos que cumplen los requisitos para el Superbonus 110 %
  • Instalación de sistemas fotovoltaicos

Como ya hemos mencionado, a partir del 17 de febrero de 2023, la opción de transferir el crédito fiscal ya no puede aplicarse, excepto en casos específicos. Por ejemplo, en el caso de trabajos destinados a salvar y eliminar barreras arquitectónicas o intervenciones llevadas a cabo en municipios ubicados en áreas clasificadas como zonas de riesgo sísmico.

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