Managing founder stress

Stress should be a tool for the success of your business, not a permanent state of being.

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Dr. Sherry Walling

Sherry is a clinical psychologist who helps high-achieving people manage stress, maintain healthy relationships, and be awesome at work.
She cohosts the ZenFounder podcast and co-authored The Entrepreneur’s Guide to Keeping Your Sh*t Together.

  1. Introducción
  2. Corre con inteligencia, no solo con intensidad
    1. El estrés: puede salvar vidas y acabar con ellas
  3. Cómo afrontar el estrés crónico
    1. Reconoce tus propias señales de estrés
    2. Soluciona tus puntos débiles
    3. Maneja el estrés en el momento
    4. Lleva un estilo de vida libre de estrés
  4. Cómo dominar los altibajos
    1. Cómo lograr límites saludables
    2. Cómo atravesar los altibajos
  5. No estás solo
    1. Las relaciones profundas son fuente de salud mutua

Debido a la incertidumbre global ocasionada por la COVID-19, las exigencias que vive un fundador que dirige una empresa nueva son mayores que nunca. Esta guía ofrece consejos prácticos para manejar estratégicamente el estrés, lo cual ahora es aún más relevante para los fundadores.

Antes de convertirme en psicóloga clínica, era una estrella del atletismo en la escuela secundaria de un pequeño pueblo. Mis pruebas favoritas eran las carreras de velocidad. No hay mucha estrategia competitiva más allá de dominar los tacos de salida. Comienza a moverte. No te detengas. No reduzcas la velocidad. Corre, corre, corre. Muévete rápido y rompe barreras.

Los 400 m (una vuelta a la pista; aproximadamente un cuarto de milla) son un deporte completamente diferente. Ahora tu carrera requiere estrategia. Hay momentos en los que debes reducir el ritmo y momentos en los que debes acelerar.

Corrí mis primeros 400 m como si me persiguiera un león.

Algo extraño comenzó a suceder unos 75 metros antes de la línea de meta: mi postura comenzó a desmoronarse, mis fuertes piernas de corredora comenzaron a sentirse como un peso muerto, mis brazos comenzaron a balancearse hacia delante y hacia atrás, sentía que toda parte superior de mi cuerpo se retorcía. Me costaba respirar. Tropecé cuando crucé la línea de meta, me incliné y vomité por toda la pista.

Vomitar delante de una grada abarrotada no fue mi mejor momento.

Estaba acostumbrada a la velocidad y a la intensidad competitiva, pero no a correr tan rápido durante tanto tiempo. Aprendí por las malas que no tener una estrategia en cuanto al ritmo puede llevar al desastre.

Deberíamos dejar de tratar a nuestras empresas como una carrera de velocidad. Muévete rápido; no te rompas.

Corre con inteligencia, no solo con intensidad

Necesitas una estrategia para descubrir cómo afrontarás las intensas exigencias que supone poner en marcha una empresa.

Seguramente ya has trabajado duro antes. Sabes lo que es esforzarse. Sabes lo que es trabajar muchas horas. Probablemente estés lanzando tu propia empresa porque tienes experiencia en concentrarte intensamente en un problema hasta encontrar una solución. Aprendiste a dominar tu oficio o área de especialización. Te diste cuenta de que tienes un producto o servicio que las personas necesitan y quieren.

Como emprendedor en línea, tú eres quien determina el éxito o el fracaso de tu empresa. Tú eres el centro alrededor del cual gira tu empresa. Se necesita inteligencia, creatividad, capacidad de comunicación, nivel de concentración, perseverancia, experiencia, capacidad para resolver problemas, habilidades para tomar decisiones y una red de contactos profesionales, pero todo ello no es suficiente para alcanzar el éxito.

Tienes motivación, experiencia e intensidad competitiva; necesitas asesoramiento y práctica para mejorar tu ritmo, igual que yo.

El estrés: puede salvar vidas y acabar con ellas

La creación de una empresa es estresante.

Sentirse estresado está bien. Es la respuesta natural a hacer algo que es a la vez difícil e importante. Hay mucho en juego. Las buenas decisiones importan. Confiar en las personas adecuadas es fundamental. Crear una base de clientes, comunicar claramente tu marca y tu valía, controlar el presupuesto, hacer crecer una red, trabajar con contratistas o contratar a tu primer empleado. Todo esto es estresante porque es importante. El estrés y la motivación van de la mano. Las causas del estrés suelen ser las cosas a las que más atención debemos prestar. El estrés que sentimos es nuestra propia alarma interna que nos avisa: «No lo olvides, presta atención, piénsalo bien...».

El estrés es a menudo algo bueno. Nos mantiene alerta y activos.

Tu cuerpo está preparado para experimentar estrés. Tu respuesta de lucha o huida se activa. Cuando te encuentras con un oso en el bosque, ¿corres? ¿O tomas una rama y te enfrentas a él? En el instante en que ves al oso, tu ritmo cardíaco se acelera, tu respiración se vuelve más rápida, tus músculos se tensan, la digestión y otras funciones no esenciales se ralentizan o se detienen y tu corazón comienza a bombear sangre a tus extremidades. Tus sentidos se agudizan y tu cuerpo se prepara para responder. Esta respuesta al estrés puede salvarte la vida.

Cuando ese oso es un plazo muy ajustado, una presentación decisiva o una decisión difícil que hay que tomar, esa respuesta natural de lucha o huida te permite reaccionar de forma más rápida y precisa. No es a pesar de tu capacidad innata para responder al estrés, sino gracias a ella, que eres capaz de cumplir ese plazo, de realizar esa presentación o de tomar esa decisión. La Ley de Yerkes-Dodson se basa en una serie de estudios psicológicos clásicos que midieron la relación entre el estrés y el rendimiento. La conclusión general es que la cantidad «adecuada», la medida justa, de estrés contribuye a alcanzar el máximo rendimiento.

Tu estrés te ayuda.

Entonces, ¿por qué el estrés tiene tan mala fama?

El estrés pasa de ser un mecanismo que salva vidas a uno que las pone en peligro cuando pasa de agudo a crónico. Un factor estresante a corto plazo y limitado en el tiempo (un oso, una presentación importante) es lo que en el mundo de la psicología se conoce como estrés agudo. El estrés agudo te ayuda a rendir al máximo, a enfrentar los problemas, a correr más rápido, a concentrarte mejor, a ser creativo y a estar en sintonía con lo que tienes que hacer. Nuestros cuerpos están diseñados para el estrés agudo y son varios los sistemas del organismo que trabajan juntos para manejarlo. Nuestro cuerpo sabe exactamente qué hacer y, lo que es quizá más importante, sabe cómo dejar de hacerlo.

Una presentación. Una reunión de la junta. Una decisión. Son cosas que suceden. Los mecanismos de tu cuerpo se activan para manejarlas. Tú también. Y luego todo termina.

Cuando el factor estresante desaparece, tu sistema nervioso parasimpático entra en acción y tu ritmo cardiaco vuelve a la normalidad, tus músculos se relajan, el flujo sanguíneo regresa a tu cerebro, tu sistema digestivo vuelve a funcionar. Y la vida sigue adelante.

El estrés agudo funciona para protegernos cuando nos sentimos amenazados.

Cuando nos enfrentamos a un estrés agudo durante un largo período (estrés crónico) empezamos a forzar a nuestro cuerpo a hacer algo para lo que no está diseñado. El estrés crónico puede, literalmente, descomponer tu cuerpo. Tiene consecuencias graves y duraderas para la salud. La investigación ha mostrado que existen vínculos entre el estrés crónico y casi todos los problemas crónicos de salud: enfermedades del corazón, obesidad, diabetes, síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn, asma, migrañas, problemas gastrointestinales, esclerosis múltiple, enfermedad de Alzheimer, cáncer. Un problema de software puede convertirse en un problema de hardware.

Además, el estrés crónico puede causar problemas emocionales importantes. El estrés crónico que no se maneja se convierte en ansiedad, una batalla interior prolongada contra los miedos y los pensamientos negativos o perjudiciales. El estrés crónico no contribuye a la eficacia de los emprendedores, directivos o socios. Las personas que lo padecen se esfuerzan constantemente por no perder la compostura (mantener el estrés bajo control) y, como resultado, las personas ansiosas pueden ser impulsivas, enfadarse y tener mal genio. Toman malas decisiones. Pueden intentar sobrellevar esto mediante el alcohol o el abuso de sustancias.

Como titular de una empresa, el estrés crónico es un peligro importante. No solo experimentas todos los factores estresantes normales de la vida cotidiana, sino que también tienes sobre tus hombros el peso de tu empresa. Siempre hay un plazo, siempre una decisión que tomar, siempre tienes una presentación o una reunión, siempre hay un cliente o un contratista difícil con el que tratar. No puedes escapar del estrés, especialmente cuando diriges una empresa, así que tienes que encontrar estrategias para seguir adelante.

Cómo afrontar el estrés crónico

Hacer frente al estrés crónico consiste en averiguar cómo correr rápido durante un largo período sin vomitar delante de una multitud. No existe una única forma correcta de organizar tu vida, pero te daré algunas sugerencias basadas en investigaciones. Tendrás que hacer algunas adaptaciones para dar con un plan de manejo del estrés que realmente funcione para ti. Aunque tengas que probar y experimentar, te aseguro que vale la pena el esfuerzo para encontrar una estrategia de manejo del estrés que funcione bien para ti. Sin exagerar: tu bienestar personal y la sostenibilidad de tu negocio pueden depender de ello.

Reconoce tus propias señales de estrés

Padecer estrés crónico es como ser la proverbial rana en la olla con el agua hirviendo lentamente. La rana se mete en problemas un grado a la vez. Las consecuencias negativas del estrés crónico pueden aparecer lentamente. Quizá tu mente atareada te despierte a las 3 de la madrugada varias noches seguidas. Sientes cansancio, por lo que te irritas fácilmente con los miembros de tu familia. Tienes un dolor de cabeza casi constante, quizá causado por apretar la mandíbula o rechinar los dientes. Tu estómago está revuelto. Bebes más cafeína para despertarte. Bebes más alcohol para intentar dormir. Se hace más difícil concentrarse durante periodos de tiempo considerables. Tus decisiones se vuelven más reactivas, más impulsivas. ¿En qué momento se calentó tanto el agua?

El truco para un manejo eficaz del estrés crónico es detectarlo a tiempo. Cada uno tiene sus propios indicadores precoces del estrés. Tu cuerpo suele ser el mejor sistema de alerta temprana de que el estrés está empezando a pasarte factura. Cuando experimento una acumulación de estrés crónico, dejo de dormir bien. Algunas personas experimentan malestar estomacal (náuseas, vómitos o diarrea). A otras les duelen los hombros, la cabeza o tienen otros tipos de dolor. Quizá tu primera señal de alarma sea cierta aspereza, irritabilidad o sentirte de muy mal humor. Tal vez tengas antojos de dulces o comida salada. O recurras a un vaso (o tres) de vino o whisky para poder conciliar el sueño por la noche. Quizá pierdas el interés por el sexo y la cercanía con los demás. Tal vez tu interés por el sexo aumente drásticamente. Ciertos aspectos de tu personalidad pueden volverse más exagerados debido al estrés. Es posible que te vuelvas más caótico (pierdes las llaves, llegas tarde, olvidas cosas, faltas a citas). Por otro lado, las partes de tu personalidad de «tipo A» pueden evidenciarse más: puede que te vuelvas más rígido de lo normal (volviéndote un poco loco con las hojas de cálculo o duplicando la documentación de los procedimientos). Bajo estrés, los introvertidos pueden encerrarse más en sí mismos, y a los extrovertidos les puede costar sentarse a trabajar. Darte cuenta de que te estás desequilibrando, o de que te estás «pasando» un poco, es otro buen indicador de que el estrés está destruyendo lo mejor de ti.

La acumulación de estrés crónico afecta al cuerpo y a la vida de cada persona de forma diferente. No hay algo específico que indique hay un problema para todas las personas. Tómate un momento para reflexionar sobre cuáles son tus señales de estrés propias. Cuando has estado estresado en el pasado, ¿hay alguna parte de tu cuerpo que te duela o algún órgano que parezca que no funciona bien? ¿O hay una serie de comportamientos que indican problemas?

Conocer cuáles son tus propias señales de alerta temprana es esencial para tu capacidad de ser proactivo y trabajar contra el estrés crónico antes de que destruya tu salud y cause estragos en tu empresa y tus relaciones.

Soluciona tus puntos débiles

¿Cuál es la causa de tu estrés? Echa un vistazo a los principales culpables del estrés de forma sincera. Empieza por escribir una lista de los factores que te estresan en todos los ámbitos de tu vida, incluidos el trabajo, el hogar, la familia y las relaciones. Encuentra los puntos débiles específicos.

Es posible que te des cuenta de que estás padeciendo estrés pero que no tengas muy claro qué es lo que está provocando que te sientas así. Si analizas las causas específicas del estrés, podrás examinar la lista y resolver los factores estresantes uno por uno. Algunos de ellos pueden modificarse o evitarse.

Por ejemplo, tal vez tengas un pico de estrés la mayoría de las tardes cuando intentas concluir una llamada de un posible cliente para poder salir corriendo por la puerta y buscar a tu hijo en el colegio a las 3:30 p. m. Tal vez necesitas que alguien cuide de tu hijo después del colegio durante dos tardes a la semana para así poder completar las llamadas de posibles clientes sin sentir esa presión. Si sientes estrés constantemente por la cantidad de correos electrónicos que llegan a tu bandeja de entrada, considera la posibilidad de contratar a un asistente a tiempo parcial para que haga una preselección o responda a todos los correos electrónicos no esenciales.

Se trata de examinar sistemáticamente cada punto débil y preguntarte: «¿Qué nivel de control tengo aquí? ¿Cómo puedo eliminar o disminuir esta experiencia en mi vida?».

Haz cambios y recopila datos. Pon en práctica aquellos cambios que afecten de forma más directa a lo que está causando tu estrés y haz un seguimiento de tu estado de ánimo: presta atención a si estos cambios están repercutiendo o no en el resultado final del estrés.

Cambia del pensamiento pasivo («este estrés me está afectando a mí») al pensamiento activo («puedo tomar el control de algunas partes de mi estrés»). El estrés ya no es un villano y tú ya no eres una víctima indefensa. Tienes cierto control sobre la cantidad de estrés que experimentas a medida que desarrollas tu empresa. Utiliza el estrés en tu beneficio. Deja que te llene de energía durante breves períodos cuando necesites rendir al máximo y vuelve a la normalidad para seguir con tus obligaciones a largo plazo.

Maneja el estrés en el momento

No todos los factores estresantes tienen «solución». El año que abrió mi empresa de consultoría, a mi padre le diagnosticaron un cáncer terminal y tanto mi madre como mi hermano menor pasaron semanas en unidades de cuidados intensivos por crisis médicas no relacionadas y potencialmente mortales. Mi marido y yo también asumimos la tutela de dos niños que necesitaban un lugar seguro donde vivir de forma urgente. Habría sido un año difícil si no hubiera lanzado mi empresa. Como estaba en la fase inicial de mi empresa, mi nivel de estrés estaba por las nubes. Y no había mucho que pudiera hacer para eliminar estos factores estresantes de mi vida. Estaban ocurriendo y estaban completamente fuera de mi control.

¿Qué hacemos con los factores estresantes que no podemos resolver? Cuando no puedes atacar al problema (es decir, el factor estresante), ataca al estrés en sí mismo. Para que funciones bien, debes ser capaz de tener cierto nivel de tranquilidad, de control sobre cómo el estrés moldea tu cuerpo y tus emociones. Entiendo que esto es más fácil de decir que de hacer. Sin embargo, como cualquier otra habilidad, es posible alcanzar la calma interior ante situaciones de estrés significativo.

Cuando sientas que algo te aprieta el pecho, que tu respiración se vuelve superficial o que te empiezan a sudar las palmas de las manos, cualquiera sean tus señales tempranas de estrés, es el momento de hacer una pausa, aunque sea microscópica. Una investigación emergente sugiere que la mejor herramienta que tenemos para contrarrestar el estrés elevado son las respiraciones lentas y profundas. A continuación, encontrarás un resumen breve y fácil de aplicar, pero, créeme, los datos de la investigación son contundentes. Si hubiera una herramienta con la que pudiera equipar a todo nuevo emprendedor, sería la capacidad de respirar lenta y profundamente.

A modo de práctica, coloca una mano con la palma sobre el ombligo. Inhala lentamente por la nariz (cuenta de cuatro a cinco segundos) y observa cómo tu mano se eleva a medida que tu vientre se «llena» de oxígeno. Exhala lentamente por la nariz (cuenta nuevamente de cuatro a cinco segundos) y observa cómo tu mano se hunde hacia la columna a medida que tu vientre se «desinfla». Haz cuatro o cinco respiraciones así, respirando por la nariz hacia el vientre. Respirar de esta forma es sencillo, pero también poderoso. Señala que tu sistema nervioso parasimpático o «de calma» se activa y hace saber a tu cuerpo que no existe una amenaza inmediata que requiera una respuesta de estrés agudo.

Puedes respirar de esta manera en medio de una conversación, en medio de una tarea que estés realizando. Lo he hecho en un escenario sin que la gente se diera cuenta. Es una herramienta rápida, sencilla y muy eficaz para el estrés «en el momento». Además de practicar respiraciones lentas y profundas, a continuación te muestro otras herramientas que pueden ayudarte a manejar los picos de estrés en medio de tu vida laboral:

  • Tómate un descanso de tres a cinco minutos para estirarte. Presta atención a tus hombros, cuello y mandíbula.
  • Pon música relajante.
  • Cambia tu manera de trabajar.
  • Toma un descanso y llama a un amigo o a un familiar.
  • Levántate y da una vuelta a la manzana.
  • Cierra los ojos durante 10 minutos.
  • Medita o reza.
  • Come algún refrigerio saludable o dedica un momento a disfrutar de una bebida caliente.
  • Levántate y lávate la cara con agua fresca.
  • Tómate un momento para aplicarte una loción perfumada en las manos.
  • Ponte una gota de aceite esencial en la muñeca.

La reacción de estrés consiste en ir deprisa y acelerarse para dar respuesta. Cuando haces lo contrario y bajas el ritmo, contrarrestas las emociones que subyacen a la reacción y, por lo tanto, al propio estrés. Cuando cambiamos una o más fuentes de estímulos sensoriales (vista, oído, olfato, gusto y tacto), le damos a nuestro cerebro nuevos datos para procesar. Si esa nueva información sensorial es relajante, puede ser otro desencadenante para activar el sistema parasimpático o «de calma».

Estas habilidades pueden practicarse como un mecanismo para calmarse en medio de situaciones de estrés elevado. También pueden integrarse en la vida diaria como una forma de fortalecer los músculos «antiestrés». Unos minutos de respiración profunda o meditación cada día pueden hacer maravillas para reducir el nivel básico de estrés y ansiedad. Estas prácticas también favorecen el aumento de la atención y la concentración, la mejora del sueño y la disminución de la depresión. Es una gran inversión en ti y en tu negocio.

Lleva un estilo de vida libre de estrés

El primer año de tu empresa puede ser el momento más importante para vivir tu vida de un modo que te permita hacer frente al estrés de forma saludable y proactiva. Esta afirmación va en contra del «ajetreo» propio de una startup. En contra de lo que suele pensarse, trabajar más no siempre es trabajar mejor. Los hábitos que incorpores a tu empresa (y, por extensión, a tu vida diaria) se prolongarán durante años. Elige hábitos que contrarresten el estrés crónico antes de que se acumule. Esto contribuirá a la sostenibilidad a largo plazo de tu empresa y hará que tu vida sea más agradable durante estos primeros años tan intensos.

Tú eres quien mejor te conoce. Si lo piensas un poco, probablemente tengas una idea de lo que necesitas para llevar un estilo de vida que minimice el estrés. Afortunadamente, los psicólogos y otros profesionales médicos han investigado cuáles son los mecanismos más eficaces para contrarrestar las consecuencias negativas del estrés crónico.

Cuida tu cuerpo. Gran parte del daño que causa el estrés se debe a los efectos acumulativos del cortisol en el organismo. Cuidar tu cuerpo puede ayudarte a optimizar tu capacidad para contrarrestar el estrés. Esto significa dormir bien, alimentarte con comida nutritiva y mover tu cuerpo (para elevar tu ritmo cardíaco) durante al menos 30 minutos tres veces por semana. Estas tres cosas son esenciales para un manejo óptimo del estrés y un funcionamiento neurológico óptimo. Tu cerebro no funciona bien sin cuidados y mantenimiento básicos. Comer, dormir y hacer ejercicio son los pilares básicos del cuidado personal que permiten que tu cuerpo funcione correctamente. Te resultará muy difícil destacar en tu negocio si no cuidas tu cuerpo.

Cuida tus relaciones. Si vas a atravesar una situación difícil, el recurso que mejor te ayudará a predecir cómo la manejarás es la calidad de tus relaciones. Las relaciones nos protegen de los problemas de salud mental asociados con el estrés extremo. No descuides tus relaciones mientras desarrollas tu empresa. Si tienes éxito, querrás tener gente con quien celebrarlo. Si fracasas, querrás tener una comunidad de seres queridos que te apoyen para volver a levantarte.

Celebra el éxito. Los primeros años de una empresa pueden parecer confusos. Hay muy pocos momentos en los que se tiene la sensación de «haber alcanzado la meta». Nunca hay momentos en los que la lista de tareas pendientes esté terminada. Es difícil sentir que algo está «terminado». Sin embargo, nuestro cerebro se beneficia del impulso neurológico que proporciona la satisfacción de haber completado algo. La creación de una empresa es un proceso largo y arduo. Es importante celebrar el logro de objetivos específicos: el primer cliente que realiza un pago, el primer pedido al por mayor, la primera publicación viral. Cualesquiera que sean los pequeños objetivos que guíen la lista de «tareas pendientes» de tu empresa, busca la manera de celebrarlos. Mi amigo Phil hizo una lista de cinco objetivos que quería completar en un año y luego seleccionó una botella de vino especial para cada uno de esos cinco objetivos. Cada botella tenía una etiqueta adhesiva: «Vender el plugin de WordPress» en el Pinot Noir de Edna Valley y «Lanzar la automatización del onboarding» en el Cabernet Sauvignon de Napa.

Nosotros, los emprendedores empedernidos, a menudo nos inclinamos por lo que falta por hacer. Terminamos una cosa y ya comenzamos con la siguiente. Pero un buen manejo del estrés exige que contrarrestemos la interminable lista de tareas pendientes con pequeñas celebraciones a lo largo del camino. Es tan importante decir la verdad sobre lo que se está logrando como decir la verdad sobre lo que falta por hacer. Tu cerebro necesita endorfinas. Tus amigos y familiares necesitan la oportunidad de celebrar tus logros. Tu cofundador, tus empleados o los miembros de tu equipo necesitan verte celebrar para sentirse seguros y poder felicitarte. Y tú necesitas que te recuerden todo lo que se está logrando.

Reserva tiempo para jugar. Los comienzos requieren un esfuerzo tremendo, perseverancia, concentración y trabajo duro a la antigua usanza. Resiste la tentación de poner los ojos en blanco cuando menciono que parte de garantizar tu éxito es dedicar tiempo al juego. Las actividades lúdicas son aquellas que eliges hacer porque te producen alegría. El juego permite que tu cerebro y tu cuerpo disfruten de un ritmo diferente, un descanso de la intensidad y el trabajo duro que supone hacer crecer una empresa. El juego debe ser inmersivo y estimulante. Se trata de actividades como la arquería, jugar en una liga de fútbol, el ajedrez, el snowboard, construir con Legos, hacer una colcha, montar en bicicleta, tocar en una banda, pintar, jugar con los niños o restaurar un automóvil clásico. Jugar videojuegos y ver televisión o películas son sin duda formas habituales de relajarse. Estas no están en lo más alto de mi lista porque tienden a ser cognitiva y físicamente pasivas. Las mejores formas de juego involucran la totalidad de tu ser: tu cuerpo, tu inteligencia, tus emociones. Te hacen perder la noción del tiempo y te producen una sensación de placer. Te permiten, al menos temporalmente, olvidarte del estrés.

Un estilo de vida preparado para el estrés es aquel en el que contrarresta el estrés con elecciones proactivas que además son emocional y físicamente saludables. Lo haces para entrenarte para hacer frente al estrés. Lo haces en medio de situaciones de estrés. Lo haces porque te das cuenta de que no puedes permitirte sacrificar tu bienestar en favor del ajetreo diario.

La intensidad y la velocidad sin estrategia alguna pueden hacer que pierdas el apetito o provocarte agotamiento y ansiedad.

Cómo dominar los altibajos

Los altibajos son inevitables. Cuando estás a cargo de una empresa, hay momentos en los que todo va muy bien, sentirás que estás en las nubes y que todo es maravilloso cuando un nuevo producto tiene éxito, la cantidad de clientes crece, surgen oportunidades de asociación, tienes la oportunidad que establecer conexiones con personas influyentes, firmas contratos importantes y aumentan tus ingresos. Estos momentos son gloriosos. Y en esos momentos, te resultará difícil imaginarte haciendo otra cosa. Es estupendo ver que tu trabajo es bien recibido en el mundo. Esos momentos de emoción y orgullo son tu recompensa después del trabajo duro. Los momentos buenos te dan esperanza, ves que tu empresa puede crecer y florecer y permitirte tener un buen estilo de vida y la oportunidad de causar un impacto significativo en el mundo.

Pero también habrá otros momentos. Momentos en los que sientas desaliento, vergüenza, miedo o ira. Habrá momentos en los que querrás abandonarlo todo, cuando alguien traiciona tu confianza o un cliente deja de utilizar tu servicio. Habrá momentos en los que no sabrás con seguridad si podrás pagar las nóminas o mantener la empresa a flote. Algunos de estos momentos difíciles serán tan solo pensamientos fugaces. Otros se alargarán hasta convertirse en meses de agonía. Estos momentos pondrán a prueba tu fortaleza, sabiduría y paciencia. Serán muy, muy duros.

Ante todo, los altibajos son una parte normal del inicio de un negocio. No estás solo en los altibajos y los momentos buenos y malos. Internet no siempre es honesto. Muchos especialistas en marketing de información promocionan sus estrategias infalibles para conseguir un negocio millonario. Es como si vendieran aceite de serpiente para la vida eterna o propiedades frente al mar en Las Vegas. Es una historia intrigante. Pero pertenece a la sección de ficción. No hay un camino fácil hacia el éxito. Es un trabajo duro, un riesgo y una inversión de tiempo, energía, recursos y capital emocional. No sucederá fácilmente, y no sucederá en un día.

Las personas tienden a subestimar la carga emocional que supone poner en marcha una empresa. Muchos emprendedores que están empezando se preparan para la inversión de tiempo y la inversión financiera que se avecina. Seguro que has elaborado un plan de negocios y has investigado aspectos como los impuestos y la constitución de sociedades, te has preparado minuciosamente. Pero también debes planificar la inversión emocional.

Cuando emprendes, tu empresa es una extensión de ti. Es tu medio de vida. Es el mecanismo a través del que alimentarás a tus hijos y la entidad que decide si harás o no ese viaje a Cancún este año. El bienestar de tu empresa determina tu bienestar financiero. Eso significa que tu estado emocional está vinculado a sus altibajos. Sin embargo, la conexión entre tú y tu empresa va más allá, no es tan solo un medio de vida, tu empresa surgió de tu mente y representa tu forma única de resolver un problema o de ver el mundo. Tu empresa es el reflejo de tus habilidades y tu experiencia. Es algo que existe porque tú existes. A diferencia de un entorno laboral en el que fichas a la entrada y a la salida, la creación de tu propia empresa está profundamente ligada a tu identidad.

Cuando ofreces algo en público, te vuelves vulnerable y te expones. Esto conlleva un nivel de intensidad emocional. Cuando estás al volante o cuando sostienes la pelota, estás expuesto a que todo el mundo te vea. Se trata de una experiencia cargada de adrenalina, en la que todo está en juego, tanto en el buen sentido como en el malo.

Esto hace que los errores empresariales sean especialmente difíciles. A menudo se producen en público y pueden se mucho más importantes que un simple «Uy, ese enlace estaba mal». Cometerás errores en tu empresa. Una errata, un correo electrónico enviado incorrectamente o un billete de avión sacado para una fecha equivocada. Es algo que ocurrirá. La cuestión es hasta dónde llegarás para dar respuesta a estas situaciones. ¿Hasta qué punto puedes restarles importancia? ¿Hasta qué punto te vienes abajo por los errores en tu empresa?

Cómo lograr límites saludables

Tú no es su empresa. Y tu empresa no es tu bebé.

Hace poco leí en un estudio de investigación publicado en Human Brain Mapping que comparaba los escáneres cerebrales (IRMf) de padres que pensaban en sus hijos con los escáneres cerebrales de emprendedores que pensaban en sus empresas. Puede que no te sorprenda saber que las regiones de activación neurológica eran muy similares. Tanto los padres como los fundadores experimentaron una activación en la parte de su cerebro que libera dopamina. Se trata de un centro de recompensa: nos sentimos bien cuando se activa.

Al igual que los padres que miran imágenes de sus dulces hijos pequeños, los emprendedores experimentan un pequeño remolino de recompensa, una pequeña dosis de dopamina, cuando contemplan las imágenes de su empresa. A nivel neurológico, los emprendedores tienen una relación cariñosa y afectuosa con su empresa.

Además, se observó en los cerebros empresariales, al igual que los de los padres, una supresión de las partes del cerebro que están conectadas con el procesamiento social crítico. Estas áreas del cerebro son importantes para la evaluación social o la capacidad de leer y evaluar las intenciones de otra persona. (Esta es la parte de tu cerebro que estaba activa anoche en un evento mientras escaneabas la sala y evaluabas inconscientemente con quién querías hablar).

Cuando estas áreas cerebrales están desconectadas o quedan suprimidas, las personas son incapaces de conectarse de manera precisa con los demás y relacionarse con ellos. En este estudio, los fundadores eran esencialmente incapaces de evaluar críticamente sus empresas como una entidad separada. En su lugar, la empresa estaba codificada en sus cerebros como una extensión del yo. (Y al igual que el amor romántico y el amor paternal, el amor de los fundadores es ciego).

Por un lado, esta investigación me ha ayudado a entender algunas cosas sobre los fundadores. Algunas son buenas. Este hallazgo demuestra el sacrificio, el empuje, la locura que supone ser fundador. El amor de los padres saca lo mejor y lo peor de los seres humanos. Nunca fui consciente de la paciencia,capacidad de sacrificio y fortaleza que podía tener hasta que tuve hijos. Y nunca fui consciente del egoísmo, el malhumor y la locura que podía alcanzar hasta que tuve hijos.

Lo mismo ocurre cuando fundador: a veces te sientes obsesionado y lleno de energía; otras veces, apasionado y creativo. A menudo, te comportas de forma un poco irracional con todo lo que haces para hacer crecer tu empresa, y ahora sabemos que hay una explicación científica detrás de ello.

Por otro lado, me preocupa un poco lo mucho que un negocio puede llegar a integrarse en nuestro ser. Al igual que en cualquier relación humana importante, demasiada fusión, demasiado enredo y demasiadas emociones conectadas pueden ser peligrosas. Poner todo el corazón en una empresa es psicológicamente peligroso.

Los emprendedores pueden apegarse tanto emocionalmente a su empresa que llegan a relacionarse con ella como si fuera otra persona. Por desgracia para ellos, las empresas no son buenas parejas sentimentales. Son erráticas y exigentes, no saben escuchar y nunca, nunca sacan la basura.

Una empresa puede apoderarse de todo. Puede apoderarse de tu tiempo, de tu energía, de tus pensamientos y de tus emociones, y con ello llega una gravedad que siempre está ahí, hagas lo que hagas. En esos momentos, es muy fácil empezar a decirte a ti mismo que lo tienes controlado, que lo estás haciendo bien y que no necesitas a nadie ni a nada. A partir de ahí, de forma progresiva, poco a poco, te vas dejando consumir cada vez más por el trabajo. Pronto, te despiertas y solo piensas en tu empresa, cuando estás con los amigos y la familia, eso es en lo que piensas, cuando te vas a dormir, es lo único que está en tu cabeza.

Se trata de una identificación equivocada: el trabajo, la startup o la idea se han convertido tanto en quién es el fundador como en lo que ama. Pero tu empresa simplemente no puede soportar el peso de quién eres tú: nunca será tu valor total ni tu propósito. Tampoco es una buena válvula de escape para el amor, porque simplemente no puede corresponderte. Tu startup no tiene los hombros con los que soportar ese peso, y no debería. Así que ese apego emocional fuera de lugar tiene que desaparecer si quieres estar saludable y fuerte para ti, para tu empresa y para tu familia.

La clave es tomar un poco de distancia emocional. Es útil poder separar quién eres de la empresa que estás creando. Los altibajos se producirán, pero tu identidad, tu vida emocional y tus relaciones no tienen por qué sufrir las consecuencias.

Cómo atravesar los altibajos

¿Qué hacemos con estos altibajos? ¿Qué hacemos con los intensos enredos entre nuestra empresa y nuestra identidad? ¿Cómo se puede fundar y hacer crecer una empresa sin desgarrarse emocionalmente? Hablemos de estrategias concretas.

Registra los altibajos. Una de las actividades más importantes de mi vida se reduce a dos frases. Cada día escribo el punto álgido de mi día y el punto más bajo de mi día. Tan solo anoto los datos. El poder de estos datos no está tanto en el momento puntual. Aunque llevar un diario tiene muchos beneficios psicológicos, el poder de esta práctica se produce cuando se revisan las frases que se acumulan con el tiempo. Tener tres meses, o tres años, de altibajos te ayuda a ver patrones que no eres capaz de ver en el día a día. Cuando tienes datos longitudinales, puedes identificar las partes de tu vida que son tus «momentos dulces». También puedes ver las partes de tu vida que solo te dejan cansancio, estrés e infelicidad.

Estos datos pueden ayudarte de varias maneras. En primer lugar, pueden ayudarte a sacar el máximo de los momentos dulces: las partes de tu vida que te resultan significativas, agradables y atractivas. Estas son las partes de tu vida en las que la probabilidad de influir y obtener una energía duradera es mayor. Registrar tus momentos bajos te dará información sobre qué debes contratar, eliminar o evitar. Ver los datos a lo largo del tiempo puede ayudarte a identificar cuándo no estás empleando bien tu energía. La segunda forma en que esta información puede ayudarte es que cuando registras tus altibajos a lo largo del tiempo, ves inevitablemente el poder del paso del tiempo. Esto también pasará. Los errores, las críticas, los puntos bajos y los fracasos no duran para siempre. Con el tiempo son sustituidos por otros sentimientos, por otras experiencias de éxito y alegría.

Esa es una de tus habilidades más valiosas como fundador: saber que, por muy mal que vayan las cosas, los malos momentos no durarán para siempre. El momento pasará. La situación cambiará. Todos los altibajos, por más bruscos que sean, tienen una duración limitada.

Diversifica tu cartera emocional. No puedes estar emocionalmente dedicado en exclusiva a tu empresa. Mantén tus amistades y relaciones con los miembros de tu familia. Permite que el romanticismo forme parte de tu vida. Ten aficiones y practica ejercicio. Lucha contra el impulso de comer, dormir y respirar la empresa cada momento del día. Deja un espacio para experimentar los altibajos emocionales de otros aspectos de tu vida. Cuando tú, el emprendedor, estés en un bache, las otras partes de tu vida (tu vida como padre, hincha de fútbol, aficionado a la cerveza artesana) te proporcionarán el apoyo emocional que necesitas.

Adopta una mentalidad de crecimiento. La forma en que decidas ver los momentos malos marcará la diferencia entre tener una «mentalidad fija» o una «mentalidad de crecimiento». Estos términos los acuñó originalmente la profesora de psicología de la Universidad de Stanford, la Dra. Carol Dweck. Según la teoría de Dweck, la mentalidad fija supone que nuestro carácter, capacidades e inteligencia están fijados en nosotros: o somos listos, o no lo somos; o somos emprendedores capaces, o no lo somos. Mientras tanto, la mentalidad de crecimiento asume que nuestras habilidades y capacidades son siempre un trabajo en curso, son solo la marca más alta de nuestro desarrollo y educación hasta el momento.

Un emprendedor que trabaja con una mentalidad de crecimiento aprovecha los desafíos y ve los fracasos como oportunidades de crecimiento que le permiten desarrollar sus habilidades actuales. La autoestima de un emprendedor con mentalidad de crecimiento está ligada al esfuerzo y al aprendizaje, no al resultado de un proyecto determinado. Cualquier habilidad, cualquier éxito, cualquier correo electrónico enviado con un enlace erróneo o cualquier fracaso es un punto de partida para el crecimiento que se desarrolla a lo largo de la vida.

Un emprendedora con mentalidad fija cree que si hoy no tiene una habilidad determinada, esto quiere decir que simplemente no tiene esa habilidad. Punto. Esta perspectiva no tiene en cuenta el cambio a lo largo del tiempo, no reconoce el valor de intentarlo, fracasar y volver a intentarlo. El emprendedor de mentalidad fija solo ve el momento presente, no la adquisición natural (o intencionada) de habilidades que se produce con el paso del tiempo. Convierte tus momentos malos en momentos de aprendizaje, y convierte tus momentos buenos en celebraciones de todo lo que has aprendido. Muéstrate dispuesto a probar cosas nuevas, a poner en práctica ideas nuevas, a ir más allá de los límites de lo que sabes y puedes hacer ahora mismo.

Descansa cuanto sea necesario. Si pasas demasiado tiempo en una montaña rusa, te marearás, te dolerá todo el cuerpo y perderás el equilibrio. El cuerpo humano no está hecho para soportar intensidades prolongadas ni estrés agudo prolongado. Si quieres que el emprendimiento se convierta en un estilo de vida sostenible, tienes que descansar. Sí, incluso durante el primer año. Sí, incluso cuando estés creciendo, tengas mucho trabajo y sientas un peso sobre tus hombros.

Hay tres tipos de descansos que considero importantes:

1. Descansos de la tecnología: tengo una amiga que paga dos iPhones simplemente para poder tener uno para el trabajo y otro para uso personal. De esta manera, mantiene sus contactos de trabajo y sus contactos personales en teléfonos separados. Mantiene su correo electrónico del trabajo y su correo electrónico personal en teléfonos separados. Y cuando termina de trabajar al final de cada jornada, enchufa su teléfono del trabajo a una estación de carga y lo deja en la oficina. Su razonamiento es que se encontraba completamente encadenada a su trabajo, incluso cuando estaba en casa cenando con su familia o viendo los partidos de fútbol de sus hijos. Aparecía una notificación en la bandeja de entrada y ella sentía que tenía que contestarla. es bueno encontrar una forma de no estar disponible las 24 horas del día. Esto puede significar dejar el teléfono en la oficina o guardarlo en un cajón cuando no estés trabajando, o incluso desactivar las notificaciones. Sea cual sea tu decisión, haz un esfuerzo consciente por limitar las comunicaciones laborales a tu horario de trabajo, de modo que puedas centrarte en tu familia, tus amigos y tus actividades no laborales.

2. Vacaciones: tomarse unas vacaciones es la mejor manera de darse un respiro. Una semana de descanso ayuda a tu cuerpo a resetearse de la acumulación de estrés crónico. También puede darte una perspectiva actualizada de tu vida y tu empresa y aumentar tu motivación para conseguir más. Los dividendos suelen pagarse enseguida. Claro, te tomas una o dos semanas de descanso, pero cuando vuelvas inspirado y renovado, es probable que tu productividad sea mayor que antes.

Casi todos los fundadores con los que hablo se resisten a esta idea. Y lo entiendo. Tengo una empresa, al igual que mi marido, y comprendo lo angustioso que resulta para un fundador alejarse, sobre todo al principio, cuando no tienes establecidos procesos ni un equipo que te cubra. Es difícil desconectarte, sobre todo porque eres una parte esencial (e insustituible) de tu empresa. Sé que para mí, la idea de marcharme y desconectarme de todo a menudo me resulta más estresante que la de quedarme en casa y seguir adelante.

De todos modos, necesitas irte de vacaciones. Distintas investigaciones han demostrado una y otra vez que las personas que dan a su mente y a su cuerpo un descanso de la rutina son más capaces de pensar de forma creativa, de resolver problemas, de alejarse de la mentalidad robótica de «haz lo que tengas que hacer» que suele acompañar a meses y meses de estrés. Cuando das un paso atrás y te vas de vacaciones, te recargas de energía y vuelves con ganas y entusiasmado por las cosas que se te ocurrieron mientras tu mente estaba descansando.

Tomarte vacaciones también te da tiempo para centrarte en aquellas relaciones y actividades que muchas veces ignoras durante el ajetreo del día a día. Crear recuerdos, vivir experiencias compartidas o tener tiempo para conversar sin prisas son formas estupendas de invertir en tu libertad, tus relaciones y en experiencias alegres que nos llevan a la mayoría de nosotros por el camino empresarial.

Considera esto como un permiso, o mejor dicho, una receta médica, para irte de vacaciones. Si la idea de desconectarte por completo te provoca un ataque de pánico, no lo hagas del todo. Llévate el teléfono y revisa el correo electrónico varias veces al día, o llama para participar en reuniones informativas. Adáptalo a tu situación personal. Pero asegúrate de que funcione. Vete. Escápate. Encuentra el tiempo. A la larga, será beneficioso para ti. Órdenes del médico.

3. Retiros: las vacaciones son un tiempo de descanso, lejos del trabajo. Un retiro es un tiempo de reflexión, una inmersión profunda en tu empresa.

Creo que todo emprendedor necesita hacer un retiro de tres días al menos tres veces al año. Un retiro es el momento de reflexionar, volver a centrarse y considerar el panorama general de tu empresa. Es cuando fijas tus objetivos, evalúas tus progresos y valoras el estado y la dirección que está tomando tu empresa. Es fácil ver que la empresa está en un camino que parecía correcto hace un año, pero que ya no lo es; o en un camino que supone un alejamiento de tus objetivos; o en un camino que es correcto, pero que necesita algunos retoques. Un retiro reflexivo puede ayudarte corroborar la dirección de tu empresa y a reorientarla para que sea aún mejor.

Un retiro puede significar muchas cosas para diferentes personas, dependiendo de lo que realmente les aporte la soledad, el espacio y el tiempo para pensar, reflexionar y crecer. En mi caso, busco una habitación de hotel con vistas al mar y meto en la maleta un rollo de papel kraft y una caja de rotuladores. Una de mis amigas fundadoras se va a la cabaña de su familia en el bosque, hace excursiones para adentrarse aún más en la naturaleza y poder encontrar realmente un lugar tranquilo donde pensar y tomar notas en un cuaderno. Mi recomendación general: ve a algún lugar alejado de tu vida cotidiana, desconéctate lo más que puedas, pasa tiempo a solas, dedica tiempo a pensar y escribir. Vuelve con algunas ideas prácticas.

Ahora bien, sé que la mera idea de tomarse unos días libres para no hacer nada más que pensar y reflexionar suena aterradora para muchos. Ya estás pensando en la pesadilla logística que supone dejar de trabajar durante unos días, encontrar a alguien que se encargue de la atención al público o dirija al equipo, cancelar reuniones o reprogramar eventos. Y lo entiendo: la vida en una empresa puede ser abrumadora y trepidante. Puede que te parezca que no puedes darte el lujo de tomarte un tiempo para un retiro, pero le daré la vuelta a esa idea y te diré que no puedes permitirte no hacerlo.

Tener una empresa es una forma increíblemente gratificante de vivir la vida. Los altibajos forman parte de ella: son lo que la hace emocionante y gratificante. Y son lo hacen que duela y nos sintamos abrumados en algunos momentos.

No estás solo

Esta guía está repleta de información práctica para ayudarte a mejorar tu salud mental. Pero la «táctica» más importante de todas no se basa en ti como individuo solitario. La medida más importante que puedes tomar como emprendedor es crear tu propia comunidad de relaciones.

Una de las cosas más comunes que oigo de los fundadores de empresas es que las personas con quienes comparten su vida no «los entienden». Nuestros cónyuges, vecinos, compañeros de cuarto de la universidad, hermanos y padres no entienden las presiones y los desafíos a los que se enfrenta un emprendedor.

«Nadie más entiende lo que es dirigir mi empresa».

«Nadie entiende cómo es mi día a día y contárselo sería un proceso largo y complicado».

«Nadie más podría entender lo que siento en este momento».

«Los demás no soportan el cúmulo de presiones y responsabilidades que yo tengo».

Tu cerebro te está jugando una mala pasada. Todos (literalmente, todos los seres humanos) hemos experimentado frustración. Todos nos hemos sentido tristes. Todos sabemos lo que es sentirse inseguro o asustado. Todos nos hemos sentido desmotivados o agotados. Todos hemos experimentado la duda o la falta de confianza. Todos hemos conocido la alegría del éxito o la emoción que se siente cuando las piezas de tu vida encajan de la forma adecuada.

No estás solo.

Te lo repito: no estás solo.

Como fundador, resulta igual de fácil acostumbrarse a pensar que se está solo y aislado como superar esos pensamientos. Simplemente hay que adquirir el hábito de decirle que sí a las personas. «Sí, puedo tomar un café solo para conversar. Sí, me encantaría contarte cómo ha sido mi día y ver si tienes alguna opinión al respecto. Sí, deseo recibir algunos consejos». Sí, sí, sí.

Habla menos y escucha más, incluso (especialmente) a las personas que no tienen una empresa y están en tu vida. Escucha sus problemas, lo que les disgusta y sus miedos. Escucha sus alegrías y qué celebran. Escuchar atentamente te ayudará a tender un puente entre tu situación y la de ellos. Tanto si quieres conectar con tu marido que se queda en casa; con tu mujer que es médico de urgencias; con tu hija en edad preadolescente o con tu padre jubilado y obsesionado con el golf, encontrarás un punto de conexión y comprensión si los escuchas atentamente.

Escuchar no significa ponerse una capa de superhéroe y arreglar los problemas de todo el mundo. Tú también tienes tus necesidades. Escuchar es una forma de ayudar a los demás a ayudarte. Ayuda a tus familiares y amigos a entender tu vida como fundador de una empresa escuchando las emociones y preocupaciones comunes en las historias de sus vidas. Todos somos humanos y la mejor forma de conectar con los demás es a través de esas emociones tan reales y tan humanas.

Las relaciones profundas son fuente de salud mutua

Nuestro bienestar depende de mantener relaciones sanas y profundas. Nuestros cuerpos necesitan el contacto físico. Nuestras mentes ansían que nos comuniquemos. Nuestro corazón se alegra cuando alguien nos quiere. Nuestras mentes se enriquecen cuando somos capaces de ayudar a los demás. Somos una especie social. Las relaciones aportan consuelo y compañía. Las personas que forman parte de nuestra vida pueden orientarnos cuando necesitamos resolver problemas, servir de vías de escape cuando necesitamos tomar distancia, ser nexos de unión cuando nos cuesta conectar, ayudarnos cuando necesitamos una nueva perspectiva y ser la base sobre la que construimos nuestras empresas.

Es imposible tener éxito en tu negocio o en la vida, al igual que es imposible estar saludable sin relaciones profundas y significativas. Las personas deben ser lo primero en lo que invertimos y nuestra prioridad sobre otras tareas. (Tú también eres una de esas «personas»).

Para concluir, quisiera destacar la importancia de acudir a un profesional de la salud mental. Un terapeuta o consejero está capacitado para detectar patrones conflictivos y puede ayudarte a prevenir crisis negativas o rupturas en tus relaciones. Muchos de nosotros también sabemos bastante bien cómo manejar el estrés. Y si ocurre lo peor, si fracasas, te sientes completamente solo, caes en una depresión, tienes pensamientos negativos, pasas por un divorcio o experimentas una quiebra, tienes a un experto a tu lado para ayudarte a recomponer tu vida. Para obtener algunos consejos específicos para fundadores sobre por qué y cómo ponerse en contacto con un profesional de la salud mental, escucha este episodio de podcast.

Deseo sinceramente que encuentres una estrategia personalizada para que tu emprendimiento se convierta en un estilo de vida sostenible, significativo, satisfactorio y lucrativo. Si crees que necesitas hablar con alguien, no lo dudes: acude a un profesional de la salud mental de tu localidad o ponte en contacto.

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