Cómo se calcula el IVA

  1. Introducción
  2. ¿Qué es el IVA?
  3. Cómo se calcula el IVA
  4. Cuándo cobrar el IVA

El IVA es una abreviación de «impuesto sobre el valor añadido» y es un tipo de impuesto indirecto que se aplica a los bienes y servicios físicos. Las empresas y la clientela de todo el planeta deberán tener en cuenta el IVA a la hora de realizar una compra o transacción.

Todos los países con IVA cuentan con sus propias reglas y tipos, lo que dificulta el cálculo de este impuesto. En esta guía se explica cómo calcular el IVA, incluido cuándo cobrarlo a la clientela.

¿De qué trata este artículo?

  • ¿Qué es el IVA?
  • Cómo se calcula el IVA
  • Cuándo cobrar el IVA

¿Qué es el IVA?

El IVA o impuesto sobre el valor añadido se llama así porque se cobra siempre que se añade valor al producto a lo largo de la cadena de suministro. Una vez que la empresa le cobra el impuesto al cliente, es responsable de remitirlo a la entidad reguladora del gobierno correspondiente antes de la fecha límite establecida. Más de 170 países han adoptado el IVA y en algunos países de Asia-Pacífico se conoce como el impuesto sobre bienes y servicios (GST).

Cómo se calcula el IVA

Para calcular el IVA, hay que saber primero en qué país está sujeta a impuestos una venta. Es algo relativamente sencillo en situaciones domésticas en las que no hay ningún elemento transfronterizo, pero se puede volver más difícil si hay más de un país implicado. Por ejemplo, el comprador puede encontrarse en un país distinto al del vendedor, o bien los bienes pueden enviarse desde un país en el que no se encuentran ni el comprador ni el vendedor.

Una vez que hayas determinado en qué país está sujeta a impuestos una transacción, debes averiguar qué tipo de IVA cobrar. Dichos tipos varían según el país y se deben estudiar antes de cobrar el IVA a la clientela. Aquí tenemos un ejemplo de cómo calcular el IVA:

Una empresa fabricante de alfombras vende una alfombra a un comerciante en línea por 500 € con un tipo de IVA del 22 %. El minorista paga 110 € de IVA al fabricante, además del precio de la alfombra. Entonces, el minorista decide vender dicha alfombra por 600 €. Cuando una persona la compra, paga un 22 % adicional de IVA, lo que equivale a 132 € que el minorista debe cobrar en concepto de IVA. Una vez completa la transacción, el minorista acabará recuperando el IVA que pagó en un principio al fabricante. Cuando sea hora de declarar y remitir el IVA a la administración, el minorista remitirá 22 €, que es lo que le cobró al cliente (132 €), menos el IVA original pagado (110 €) al fabricante.

Al calcular el IVA de esta manera, las empresas registradas a efectos del IVA en cualquier fase del proceso recuperarán el IVA que pagaron previamente.

Cuándo cobrar el IVA

En muchos países que usan el IVA, las empresas extranjeras (también conocidas como «vendedores remotos») deben registrarse para cobrarlo en cuanto realizan su primera transacción gravable en el país. Sin embargo, otros países (como Australia, Japón y Canadá) tienen umbrales de registro monetarios. Las empresas con ventas gravables por debajo de esos umbrales no tienen la obligación de registrarse y cobrar el IVA.

Las obligaciones de cobro de impuestos varían en función del país del comprador, el producto vendido y el estatus de comprador (cliente o empresa). Por ejemplo, las empresas extranjeras deben cobrar un impuesto sobre las ventas de productos digitales a clientes que se encuentren en la UE. Sin embargo, si se tiene como cliente a una empresa registrada a efectos del IVA, es su responsabilidad contabilizar los impuestos.

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