Una década después de la crisis financiera mundial, las empresas se enfrentan a nuevas dificultades. A medida que la tecnología se introduce en cada aspecto de la economía mundial, los ingenieros de software se están convirtiendo en uno de los recursos más valiosos del mundo. Las empresas de hoy enfrentan un sinfín de problemas: seguridad, puntos débiles, aranceles comerciales, complejas normas administrativas, mayor competencia internacional)... Por eso, las empresas no deben descuidar el aprovechamiento óptimo de sus desarrolladores, ya que este factor afectará a su éxito en el futuro. Los desarrolladores actúan como multiplicadores de fuerza y, si se usan eficazmente, tienen el potencial colectivo de aumentar el PIB global en 3 B$ a lo largo de los próximos diez años.

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