En 2016, alrededor de 1.610 millones de personas a nivel mundial compraron productos en línea y las ventas mundiales del comercio electrónico minorista ascendía a 1,9 B$. Pero las compras en línea no son lo único que está al alza: aunque las tarjetas habilitadas con chip hayan hecho más seguras las compras en tiendas físicas, los estafadores apuntan cada vez más a las tiendas en línea. Y estas empresas de Internet son responsables no solo de detectar el fraude, sino también de pagar los costes asociados. ¿Qué pueden hacer las empresas en línea sobre ello? Un nuevo informe de Stripe tiene intención de ayudar a las empresas a entender mejor los fundamentos del comportamiento fraudulento para crear estrategias específicas más adaptadas a sus empresas.

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